Nov 18, 2024
PETRÓLEO VENEZOLANO: ¿SANCIONES O HARAKIRI? II/II
Rafael Gallegos 660
Luego de la insólita expulsión generalizada de trabajadores durante en los años 2002-2003 – única en los anales de la historia del petróleo- se incrementó la politización en Pdvsa, Rafael Ramírez expresó que al que no fuera chavista lo iban a sacar “a carajazos”. También oficializaron la unificación de los cargos de Ministro de Minas con presidente de Pdvsa, algo así como pagar y darse el vuelto. La empresa fue convertida en la caja chica del gobierno. Se triplicó la nómina, Pdvsa llegó a tener más de 160.000 trabajadores. De la corrupción, ni hablar, basta con recordar el reciente caso de los 23.000 millones de dólares. Pdvsa pasó de ser una empresa petrolera con contenido social, a ser una empresa social (y política), con algún contenido petrolero.
Además, en 2009, se “nacionalizaron” las empresas de servicios en el Zulia, lo que trajo improductividad, desempleo y contaminación. Se cambiaron los Convenios por Empresas Mixtas, de una manera tan arbitraria que enemistó innecesariamente a Venezuela con importantes transnacionales, y ha ocasionado múltiples demandas por miles de millones de dólares.
En esas condiciones – haraquiri – era misión imposible competir con la Exxon Mobil, la Shell, la BP y paremos de contar, empresas paradigmas de tecnología, gerencia y productividad en el mundo. No se puede perder de vista que el petróleo ni es retórica, ni es populismo. Es un negocio.
LA DECLINACIÓN DE PRODUCCIÓN
Con la mitad de sus profesionales y técnicos, la producción de Pdvsa comenzó a declinar, paulatina y no violentamente gracias a la inercia heredada de la gestión del 2002. Es decir aprovechaban la herencia de los estudios de yacimientos, los proyectos, los taladros, las instalaciones bien mantenidas, las empresas de servicios bien seleccionadas y bien pagadas, la rígida organización gerencial, la disciplina y mística de la antigua Pdvsa. Esos factores poco a poco se fueron agotando.
Hay que destacar que por la expulsión de la mitad de la nómina, la producción de petróleo jamás pudo iniciar la ruta de los seis millones de barriles que había pautado en su propio plan Siembra Petrolera.
A partir del año 2015, se aceleró la caída de la producción. Y aún no habían llegado las sanciones (ver parte I de este artículo), que obviamente no fueron la causa del deslave de Pdvsa, sino la excusa.
CONCLUSIONES
Indudablemente las sanciones no son las causantes de la decadencia de nuestra industria petrolera. La causa está en una gerencia debilitada y desenfocada, y en la destrucción estratégica de la “revolución”. Una Venezuela productora de cerca de seis millones de barriles no convenía a un proyecto de poder, ya que creaba grandes capitales y una portentosa clase media que como es lógico, hubiera exigido y logrado alternabilidad, como en cualquier democracia.
Tal vez querían una modesta Pdvsa que produjera millón y medio de barriles para satisfacer a la nomenklatura, pero la ineficiencia se convirtió en vorágine.
Sin embargo, no se puede ser ciego y decir que las sanciones hoy en día no afectan las operaciones, claro que sí lo hacen, pero son apenas la guinda de la torta de lo que ha sucedido.
Respondiendo la pregunta 2. Si se eliminan las sanciones, ¿será suficiente para la recuperación de la industria petrolera venezolana?
Imaginemos que mañana se eliminan todas las sanciones, ¿Ingresarían al país los 15 0 20 mil millones de dólares anuales por siete u ocho años que los expertos dicen que hacen falta – solo en producción – para llevar a Venezuela a tres o cuatro millones de barriles diarios? Claro que no.
Recuperar la industria petrolera requiere más, mucho más, que eliminar las sanciones. Requiere generar confianza. ¿Hay confianza para atraer miles de millones de dólares al año para invertir en la industria petrolera?
Y la confianza se construye. Separación de poderes, leyes adecuadas, instituciones financieras, respeto al capital internacional… Democracia.
Es imperioso atraer capitales para explotar nuestras potencialidades. No son horas de tratar de contentar al país – como intenta el gobierno- con la meta (todos los años fallida) de un millón de barriles por día. Nuestra visión petrolera tiene que ser del tamaño de la dimensión de nuestros recursos. Nosotros merecemos una industria petrolera de por lo menos tres o cuatro millones de barriles por día de petróleo, diez mil millones de pies cúbicos de gas diarios que se utilicen en los hogares, en la industria, en la electricidad, en la exportación de gas natural licuado a Europa; refinerías nacionales e internacionales que entre otros aspectos garanticen la seguridad energética del venezolano, y que genere divisas suficientes para convertir a la industria petrolera en el primer motor para el despegue de Venezuela. Además, una petroquímica de nivel mundial, no hay que olvidar que este negocio es el petróleo del futuro.
Analicemos asertivamente nuestra situación, sin excusas, ni ideologías, y con un gran sentido estratégico y gerencial, para poder aprovechar los años de luz que le quedan a la industria petrolera. No podemos seguir siendo un limosnero sentado en un barril.
Es la hora, no hay otra, de la recuperación de la industria petrolera… y del país.
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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO
Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.
Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.
Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).
Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.
Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.
Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.