Mi blog de Agosto 22, 2023

La Transición energética está en marcha

Gustavo Coronel


 

Durante casi 30 años de mi vida profesional – entre 1952 y 1981 –  llevé a cabo actividades técnicas y gerenciales para empresas petroleras privadas y estatales, en once países del mundo. En estas actividades hice mis mejores esfuerzos para ayudar a esas empresas a encontrar, producir y comercializar petróleo de la manera más eficiente posible, con apego a las normas ambientales  existentes. Admito que nunca en esos años pensé que la actividad petrolera representaba un peligro inmenso para el planeta, algo que la comunidad científica venía detectando por largo tiempo.

¿Cuál era el problema? Que la producción de combustibles fósiles, no solo el petróleo sino también – en menor grado – el gas natural y, sobre todo, el carbón, genera cantidades importantes de dióxido de carbono y otros contaminantes a la atmósfera, degradando la calidad del aire y contribuyendo al calentamiento global.

Cuando salí de la industria petrolera y pasé tres años en el sector académico, en Harvard primero y luego Johns Hopkins, me fui educando más sobre lo que los científicos habían estado detectando en el campo ambiental, el impacto de los gases de invernaderos sobre  el clima de nuestro planeta.

Los hallazgos científicos sobre este tema ya acumulan unos cien años de aportes de centenares o miles de investigadores en todo el planeta. Un excelente resumen de estos estudios puede verse en:

https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_climate_change_science.

Allí podemos leer como en 1896, hace casi 130 años, el científico Svante Arrhenius pronosticó que los cambios en el contenido de dióxido de carbono en la atmósfera alteraban la temperatura en la superficie del planeta, debido al efecto de invernadero. En 1938 Guy Callendar conectó los incrementos de dióxido de carbono en la atmósfera al calentamiento global. En el siglo XIX los científicos ya establecieron que el efecto de los volcanes, las corrientes oceánicas, las variaciones solares y la existencia de dióxido de carbono en la atmósfera, todos estos factores, contribuyen en mayor o menor grado, al calentamiento global. El ganador del premio NOBEL, 1966, Glenn Seaborg advirtió que el incremento de dióxido de carbón alteraría el balance de calor en nuestra atmósfera. En 1968 un estudio hecho para el American Petroleum Institute por la universidad de Stanford, Stanford Research Institute for the American Petroleum Institute ,  advertía que el calentamiento del planeta haría que se descongelasen los polos, que se calentaran los océanos y que subiera el nivel de las aguas.

En 1972 un estudio de John Sawyer publicado en la revista NATURE 239: ‘Man-made carbon dioxide and the “greenhouse” effect’, habló de la influencia antropogénica sobre la generación de gases de invernadero debido a la producción de combustibles fósiles. Pronosticó que este incremento de gases generaría un aumento de más de 0.6 grados centígrados en la temperatura promedio  del planeta.

De manera que la conexión entre el aporte del ser humano y la producción de gases de invernadero no ha sido obra de un día sino el resultado de muchos años de estudios y hallazgos por parte de una legión de científicos de todos los países.

LO QUE HA DEBIDO SER UN A ASUNTO PARA SER RESUELTO EN CONJUNTO POR TODA LA HUMANIDAD ES HOY, TRÁGICAMENTE, UN CAMPO DE BATALLA IDEOLÓGICO.

Quienes advirtieron la gravedad del problema pensaron, no sin lógica, que debíamos llevar a cabo una reducción significativa del uso de combustibles fósiles, petróleo y carbón. A menor uso de estos combustibles, se pensó, menor generación de gases de invernadero y menor incremento de la temperatura en el planeta.

Sin embargo, otros muchos negaron que los combustibles fósiles tuvieran la culpa del calentamiento global. Dijeron que esto había sucedido antes en el planeta, cuando el hombre no se encontraba presente.  ¿Por qué echarle la culpa ahora?

Esta discrepancia de perspectivas echó rápidamente raíces políticas y económicas. En el campo político se estableció una pugna entre la “izquierda” que advertía del peligro de producir más y más de los combustibles fósiles y la “derecha”, que decía que esta teoría era generada por  quienes querían obtener dividendos políticos y económicos. Se dejó de estudiar el argumento científico para convertirlo en un problema ideológico, casi de fe religiosa, para quienes lo negaban.

No es difícil ver que las grandes empresas petroleras han estado en un dilema, ya que si decrece el uso del petróleo pierden inmensas sumas de dinero pero han tenido que aceptar que existe una correlación entre el uso de esos combustibles y el calentamiento global, por lo cual están haciendo grandes inversiones en energía limpia (¡sin dejar de invertir en nueva producción petrolera ¡). Esta ambigüedad de actividades ha demorado mucho la transición energética.

A nivel político existe una lamentable batalla suicida. Los liberales piden menos energía sucia, más energía limpia. Los conservadores apoyan la continuación de un mundo energético basado en combustibles fósiles. Evidentemente, esto se ha convertido en una lucha “a muerte” que solo tiene que ver con intereses tribales, no con la suerte del planeta y de todos nosotros. Como ejemplo, lo que hizo Trump en este campo fue revertido por Biden y, de ganar Trump de nuevo, revertiría lo hecho por Biden.

A PESAR DE LOS ESCOLLOS  LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA ESTÁ EN CAMINO

Utilizaré párrafos discretos (bullets) para ilustrar dónde estamos en el proceso de cambiar el modo energético del planeta. una investigación del New York Times, cuya primera parte fue publicada el 18 de agosto de 2023, ver informe del periódico en:   https://www.nytimes.com/interactive/2023/08/12/climate/clean-energy-us-fossil-fuels.html contiene los siguientes datos:

  • La energía renovable llegará en 2025 a superar el carbón como la mayor fuente de electricidad
  • El costo de generar electricidad del sol y del viento ha disminuido significativamente y en algunas áreas es ya menor que el costo de los combustibles fósiles
  • Este año la inversión global en energías renovables será superior a la inversión en energía basada en combustibles fósiles. Casi el doble: $2 trillones vs. $1 trillón (un trillón es 1×10 a la doce)
  • China duplicará su generación eléctrica eólica y solar para 2025
  • China invirtió el año pasado  $600 millardos en energías limpias, la mayor suma de todos los países
  • En USA el 23% de la electricidad es ya derivada de energías limpias, un 10% más que la década anterior
  • La Unión Europea genera hoy más electricidad de fuentes solares y eólicas que del gas natural que le venía de Rusia
  • El servicio postal estadounidense planifica invertir $10.000 millones de dólares en la adquisición de 70.000 vehículos eléctricos durante los próximos cinco años,  una tercera parte de su flota.
  • En Tulsa, la que fuera la capital mundial del petróleo, la energía verde se está imponiendo. En Houston, la nueva capital mundial del petróleo, la energía renovable también toma cuerpo. Hay un reemplazo importante de fuentes de trabajo del petróleo por fuentes de trabajo en energías limpias.

Hay una transición energética en marcha. Es preciso que sea lo más rápida y lo más armoniosa posible y que los seres humanos se pongan de acuerdo para salvar el planeta de un gravísimo deterioro. Todavía el resultado final es incierto por el inmenso peso de la inercia y de las ideologías en pugna,

*** ES URGENTE DESPOLITIZAR ESTE TEMA  

Publicado por Gustavo Coronel