Abr 09, 2025
El Riñón de Cipriano Castro, un Cisne Negro
Rafael Gallegos | 677
El cisne negro es un acontecimiento que la gente considera improbable, pero cuando sucede lo cambia todo. Por ejemplo el asesinato de Kennedy, el atentado a las Torres Gemelas, y hasta el descubrimiento de América. La verdad es que la historia está llena de cisnes negros. Venezuela no es la excepción.
Como aspecto curioso hay tres eventos biológicos – el riñón de Castro, la próstata de Gómez y el problema cerebral de Escalante – que devinieron en cisnes negros que reorientaron el rumbo de la política venezolana en el siglo XX. Hoy nos dedicaremos a uno de ellos:
CUANDO FALLÓ EL RIÑÓN DE CASTRO
Cipriano Castro acababa de cumplir apenas 41 años cuando el 23 de octubre de 1899 entró a Caracas en el Ferrocarril Alemán, acompañado por Manuel Antonio Matos y Luciano Mendoza, dos personajes que tres años después encabezarían una rebelión para intentar derrocarlo. El pueblo caraqueño deliraba a su llegada. El mismo pueblo – el mismito – que gritaría Muera Castro en 1908, en ocasión de otro delirio cuando aplaudió desde la Plaza Bolívar, al nuevo hombre fuerte Juan Vicente Gómez asomado en el balcón de la Casa Amarilla.
El gobierno de Castro duró nueve años y dejó mucho que desear. Es que el Cabito parecía mejor militar que civil. En 1902 derrotó la invasión conocida como “Revolución Libertadora” financiada por General Asphalt, la empresa matriz que no cumplió sus obligaciones con el país en el lago de asfalto Guanoco, y tuvo serios problemas con Castro.
A finales de 1902 Inglaterra, Alemania e Italia, a propósito de cobro compulsivo de deudas, hundieron tres barcos indefensos en La Guaira, penetraron en La Guaira, luego bombardearon Puerto Cabello. En Zulia, los soldados del Cuartel San Carlos se defendieron de los invasores y los averiaron seriamente. También fue cañoneado el pueblo de San Carlos en Zulia, ocasionando 40 muertos. Cipriano Castro tuvo una posición digna ante esos cobradores e invasores. Aunque parezca rimbombante, la Proclama “la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria”, encerraba una actitud digna y valiente. La verdad es que Castro demostró tener riñones, lástima, para él, que en su hora estelar le fallaron.
El Bloqueo a que fue sometida Venezuela generó la llamada Doctrina Drago, propuesta por el entonces canciller argentino Luis María Drago, que planteó que ningún país puede utilizar la fuerza militar para cobrar deudas.
El gobierno de Castro tuvo algunos logros. Comenzó la profesionalización del ejército, construyó el Teatro Nacional y el Puente Restaurador, así como el primer tranvía eléctrico desde Caracas hasta El Valle.
Como contraparte, cerró las universidades de Zulia y de Valencia para… evitar crear un “proletariado intelectual” (¡habrase visto!). La verdad es que las autocracias y la educación se caracterizan por ir en sentido contrario.
Pero sobre todo, Castro se dedicó a la dolce vita. Aguardiente, mujeres, parrandas, jaladores que dicen que le buscaban mujeres y – no darles pena- hasta le ofrecían las suyas.
El periodista Pedro María Morantes, bajo el seudónimo de Pio Gil editó el libro “Los Felicitadores”, un manual de adulancia de los incondicionales de Castro. Ese libro recoge frases pronunciadas por los adláteres de Castro – la gran jaladera nacional – dignas de una Historia Universal de la Adulancia, tales como:
– Bolívar ambicionó la corona y no la merecía, Castro la merece por mil títulos y no la codicia.
– Cipriano Castro es a la hora presente, la más alta personalidad de América.
– Sin la gran luz de su inteligencia irradiando las alturas del Capitolio, se oscurecen todos los horizontes de la patria.
¿Qué tal?
El riñón de Don Cipriano no aguantó tanto Baco. Comenzó a fallarle. Lo operaron en Caracas y no se curó. Dicen que ningún médico en Venezuela lo quiso volver a operar porque temblaban de solo pensar que se les muriera.
EL VIAJE
Se fue para Alemania donde había un Dr. Israel que lo operó con éxito. Zarpó el 24 de noviembre de 1908, a bordo del barco Guadalupe. Curiosamente en la nave también iba Pedro María Morantes, funcionario de Relaciones Exteriores, sin que Castro ni de lejos sospechara que era el Pio Gil de Los Felicitadores. ¿Qué habrá observado el periodista durante el viaje?
Ninguno de los dos regresó a Venezuela.
Castro dejó encargado del gobierno a su querido compadre Juan Vicente Gómez.
– Ni loco me quedo, compadre, yo no soy nada sin usted.
– Es una decisión tomada Juan Vicente.
– Yo quiero ir con usted.
– No Juan Vicente, una decisión tomada.
Y de sus ojos de cocodrilo salían lágrimas que recorrían los cachetes y enternecían a Don Cipriano.
Dona Zoila de Castro fue fundamental en la decisión. “El compadre no toma aguardiente y es serio, además le fastidia el poder”… le había dicho ella a su esposo.
Juan Vicente Gómez sabía que la Primera Dama era su aliada, y bastante que la había trabajado. Lo único que no soportaba era cuando ella le decía Compadre venga a caparme un gato. Él no era capagatos, era vicepresidente. Y más se irritaba cuando le oía Es que el compadre tiene manos de cirujano.
Lo demás es historia, el compadre Castro murió en el exterior. Jamás retornó a su patria.
– Si el riñón no me hubiera echado vaina… se habrá dicho más de una vez lleno de nostalgia.
Por su parte Gómez se hizo jefe absoluto de Venezuela por 27 años. Su poder comenzó por un riñón… y finalizaría por una próstata.
Pero esa, es otra historia. Pendiente de los otros cisnes negros: la próstata y el cerebro.
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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO
Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.
Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.
Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).
Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.
Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.
Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energía (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.
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