May 13, 2024

28 J: LA QUINTA TRANSICIÓN PETROLERA

RAFAEL GALLEGOS | Blog 633


Miguel Ángel Asturias llamó a los Mayas “hombres de maíz”, los venezolanos podemos parafrasear al gran escritor y decir que somos “hombres de petróleo”. Y claro, “mujeres de petróleo”.

Es que, a partir de la llegada del petróleo a nuestras vidas, el venezolano cambió para siempre. Moldeó nuestros procesos políticos, sociales, nuestra manera de ser, de ver el mundo.

La dependencia de las divisas petroleras fue generando parámetros muy diferentes al resto de América Latina. El facilismo, la dificultad para entender la relación esfuerzo-riqueza, la revolución educativa, el fantástico crecimiento, la desaparición de los caudillos, un nivel de vida impensado décadas atrás, la democracia, el petroestado, el crecimiento de la estatura y la expectativa de vida, las mujeres más bellas del mundo, los tabaratos.

De ser uno de los países más pobres y atrasados de América, pasamos a la vanguardia en pocas décadas. Sin embargo, pareció inevitable que nos afectaran la Enfermedad Holandesa y el Efecto Venezuela de Pérez Alfonso, reforzados por el Síndrome de Estocolmo. En varias décadas, recorrimos la elipse desde ser el “Kuwait de A.L.” a ser uno de los países más pobres del continente.

Dada esta elipse, los hombres y mujeres de petróleo estamos obligados a estudiar la influencia del petróleo en nuestras vidas. He aquí un intento que sintetizaremos en cinco transiciones:

Primera transición: Un dictador de petróleo… El sXX vino acompañado de descubrimientos petroleros que catapultaron a Venezuela. A partir del Zumaque y del Barroso se multiplicaron los ingresos. En 1920 Gumersindo Torres elaboró la primera Ley de Hidrocarburos. No le gustó a las transnacionales. Gómez les dijo “hagan ustedes las leyes que son los que saben de eso”… y se atornilló en la Silla hasta su muerte. Al pobre Gumersindo lo botaron. Las naciones de las concesionarias volteaban a otro lado para no ver ni cárceles, ni torturas, ni exiliados. Solo miraban los altos dividendos del negocio.

Gómez utilizó el petróleo para la integración física de Venezuela por la carretera panamericana – 1.200 kilómetros -, la centralización de la Renta Pública y elaboración del Presupuesto Nacional. Además, inició la institucionalización del Ejército, y pagó la deuda pública para el centenario de la muerte de Bolívar, que no deja de ser significativo en un país que 28 años antes fue invadido por deudas. Comenzaba el crecimiento de Caracas con la urbanización El Paraíso.

Como contrapartida, Gómez implantó una terrible dictadura; a su muerte el analfabetismo rondaba el 80% y la esperanza de vida era apenas de… 34 años. Ah!, y era el hombre más rico de Venezuela.

El petróleo impactó la vida de los venezolanos en la transición de un país campesino hacia las ciudades, mientras los tradicionales cultivos de café y cacao iniciaban la decadencia. También fue quedando atrás el caudillismo, que tanto daño causó en nuestra historia. Y se abría paso la Generación del 28.

Segunda transición: La República Civil… Al morir Gómez, se despertaron los reprimidos poderes creadores del pueblo. En una primera etapa afloraron ideas como “Sembrar el petróleo”, democracia, elecciones universales directas y secretas, mayor participación en el negocio petrolero, planes de desarrollo, erradicación de enfermedades endémicas, alfabetización.

Producto de la segunda guerra mundial, la producción petrolera creció logarítmicamente. Y por supuesto también las divisas. López, Medina, Revolución de Octubre, Pérez Jiménez… el PIB creció más de 5% anual durante dos décadas.

En 1958, Venezuela quedó lista para el período democrático que duró 40 años. Los tres primeros períodos, Betancourt, Leoni, Caldera, sobrevivieron a intentonas militares y a la guerrilla promovida por Fidel Castro, y lograron estabilizar al país. Revolución educativa, Guri, empresas básicas, autopistas, crecimiento de ciudades, alta esperanza de vida. Los niveles alcanzados eran muy superiores a todo el pasado venezolano.

El venezolano creció en salud, en estatura, en educación, en calidad de vida. La inmigración, al revés que hoy, caracterizaba al país. En el ADN del venezolano, se sembró la democracia.

Tercera transición: El Petroestado… En 1973 se cuadruplicaron los precios del petróleo. Comenzó “La Gran Venezuela”. El primer gobierno de CAP disfrutó de un gran boom. Se nacionalizó (con mucha seriedad y grandes logros), la industria petrolera; luego el hierro y el aluminio. Se adelantó la finalización de Guri, se realizaron maravillosas obras de infraestructura, así como el Plan de becas Mariscal de Ayacucho… sin embargo el V PLAN recalentó al país y afloró el Efecto Venezuela profetizado por Pérez Alfonso. En apenas diez años Venezuela pasó del boom, a la devaluación de la moneda. Y comenzó el viacrucis.

Fueron los años del tabaratismo. Olvidamos la necesidad de defender la democracia, de perfeccionarla, como expresó LHC; o el significado del 23 de enero. El modelo ya no era sustentable.

CAP en un posterior mea culpa explicó que la moneda dura, y las muy altas expectativas, entre otros aspectos, hicieron inevitable la decadencia. Realmente se había generado un petroestado que no se podía sostener.

CAP en su segundo gobierno, intentó un paquete económico para superar taras y modernizar al país, que tuvo mucha resistencia política y fue mal comunicado. Cuando comenzaba a dar resultados, la intentona del 4F obligó a retroceder.

En 1998 la pobreza era del 60%, la inflación no bajaba de dos dígitos, y la población había perdido su fe en el liderazgo tradicional. Y el país, como siempre inocencio, se fue tras un flautista…

Cuarta Transición, Abundancia y destrucción nacional… Chávezganó las elecciones en el 98. Su meta fue acabar con el capitalismo para construir el socialismo. Quedó debiendo la segunda etapa… o el socialismo era un elefante blanco. Le tocó un gigantesco y largo boom petrolero. Repartió las divisas y se incrementaron los niveles de vida. Pero paralelamente, a punta de exprópiese, millarditos, invasiones a haciendas, empresa parada empresa tomada, destruía el parque industrial. Y ni hablar de Pdvsa, cuando decretó su destrucción al botar 23.000 trabajadores e inició su politización.

Así, cuando se acabó el boom, no había ni petrolera, ni industria, ni agricultura para sostener al país. Falleció Chávez y Nicolás Maduro le sucedió. Éste tuvo que aguantar la decadencia de ingresos, la pandemia y unas sanciones que no son la causa del desastre, sino la guinda de la torta.

El país decayó hasta su cuarta parte, la hiperinflación acabó las economías de la gente, los bajos ingresos y la pobreza llegaron hasta niveles jamás vistos. Al igual que la corrupción, castigada por el mismo gobierno. Y ni hablar de la emigración.

Últimamente ha habido cambios de políticas económicas, que no han generado, por muchas razones, un despegue serio. El venezolano ya no cree en la “revolución”, demasiado sufre. Se ha refugiado en su ADN democrático y está listo para una nueva transición.

Quinta transición, el futuro… Paradójicamente,la próxima transición se deriva del “no petróleo”, es decir del acabose de la renta, que ha llevado a la población a esta sima, aunado a las positivas expectativas del negocio en las próximas décadas.

El próximo gobierno deberá aplicar lecciones aprendidas para ser exitoso. Parece simple, pero hacer que funcione el interruptor de luz, los tubos de agua, que la nevera tenga comida, que los colegios y universidades eduquen y los hospitales curen, requiere de políticas de institucionalización, de recuperación petrolera, de la electricidad, de la agricultura, de la industria…

La próxima transición tiene como primer motor la recuperación de la industria petrolera. Aprovechémosla, porque tal vez sea la última tutelada por esta riqueza. Se trata de la transición entre la pobreza y la calidad de vida en democracia. Para materializarla, tenemos que salir TODOS a votar el 28 J.

Sin excusas y llenos de fe en el futuro.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.

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