May 13, 2024
El rol del petróleo en Latinoamérica
Francisco Monaldi, Director del Programa de Energía para América Latina en el Centro de Estudios Energéticos del Baker Institute for Public Policy de Rice U., detalló las oportunidades del sector de hidrocarburos en América Latina y el papel que juega Vaca Muerta en la geopolítica energética global.
Por Camilo Ciruzzi/MÁS ENERGÍA
Antes del inicio de la Offshore Technology Conference (OTC) un grupo de empresarios neuquinos participó de una actividad organizada por el programa Pyme PAE, de la petrolera Pan American Energy, en Rice University donde disertaron miembros del Instituto Argentino de Petróleo y Gas de Houston (IAPGH) y de la Cámara de Comercio Argentino Texana (ATCC), con Vaca Muerta como un eje central.
En el encuentro, la figura destacada fue Francisco Monaldi, renombrado experto en políticas energéticas de América Latina y Director del Programa de Energía para América Latina en el Centro de Estudios Energéticos del Baker Institute for Public Policy, quien ofreció una perspectiva sobre el estado actual y las oportunidades del sector de hidrocarburos en América Latina, con un enfoque particular en el rol transformador de Vaca Muerta. En su análisis detalló las oportunidades de la formación y los desafíos persistentes que enfrenta la región en su conjunto.
Francisco dijo que existe una “paradoja central”, en la que a pesar de poseer las segundas reservas más grandes de petróleo del mundo después del Medio Oriente, América Latina ha visto una disminución en su producción de hidrocarburos. “Es la única región del mundo que la producción bajó, excepto por la del Mar del Norte, pero en el Mar del Norte la producción bajó porque se acabó el petróleo”.
Este fenómeno se atribuye principalmente a los denominados “riesgos sobre la superficie”, término que utilizó para describir los desafíos no geológicos como los problemas macroeconómicos, la inseguridad jurídica, y los cambios volátiles en políticas públicas que surgen con cada cambio de gobierno en la región del Cono Sur americano.
“¿Cómo explicar eso?”, preguntó de manera retórica para explicar que la región ya experimentaba un declino de su producción y que tras la caída de precios de 2014, esa caída se acentuó. “Impactó de lleno en Venezuela y México; y Colombia y Ecuador, que eran otros de los productores -menores en relación a los primeros-, también cayeron como lo hizo Argentina, hasta que volvió a subir su producción gracias a Vaca Muerta”.
Estados Unidos llegó a su madurez
En ese sentido, aseguró que hay un notable contraste con Estados Unidos y Canadá. “Estados Unidos es el área petrolera más explorada y más explotada del planeta. Aquí se ha sacado más petróleo que en algunos períodos de todo el resto del mundo combinado. Y en términos del número de pozos que se ha perforado en este país, se han perforado más pozos dentro del territorio americano que en todo el resto del planeta”.
Incluso, recordó Monaldi: “Estados Unidos había construido una cantidad de terminales para importar GNL, sin imaginar que se convertirían en uno de los principales exportadores de gas natural. Ya había algunos adelantos tecnológicos que son los que eventualmente generaron la revolución del fracking del shale. Ya se hacía fracking en los pozos, ya había horizontal drilling, etcétera, pero todo eso se terminó de catalizar en esa tecnología, en parte por los altos precios del petróleo que les permitieron a estas empresas desarrollar rentablemente este tipo de tecnologías, primero para el gas y después para el petróleo”.
Mientras que indicó que “Canadá es algo totalmente diferente, pero también no convencional, porque son las arenas bituminosas, que es el petróleo extra pesado, que también fue una revolución tecnológica diferente, pero que también fue posible por los altos precios. O sea que, en algún sentido, los altos precios del petróleo, fundamentalmente, y el brutal crecimiento de la demanda por parte de China, explican ese aumento”.
Pero de alguna forma, los países de la OPEP se vieron afectados por haber dejado que los precios llegaran tan altos y entonces se permitiera entrar a estos competidores formidables que son Canadá y Estados Unidos, que en conjunto producen más de 22 MMBOE/D, pero si le agregan ustedes los líquidos de gas natural y los condensados, es muchísimo más. O sea, Estados Unidos tiene más del 25% de la producción mundial de todos los líquidos”, aclaró.
La industria petrolera en América Latina
America Latina, para Monaldi es algo particular. Explicó que ello se debe a que “ningún país de América Latina pasó la historia de la industria petrolera sin expropiaciones, cancelaciones de contratos forzadas o confiscaciones. De hecho, en la mayoría de los países, excepto Brasil y Colombia, la mayoría de los contratos no terminaron su vida completa sin algún tipo de significativo cambio. Y por supuesto, eso en algunos casos no es que te cambia necesariamente el contrato, pero por ejemplo, que el contrato original, preveía que podía sacar tu dinero y después, a partir de un momento, no puedes sacar tu dinero”.
Monaldi aseguró que Vaca Muerta es una formación geológica cuyo potencial podría alterar significativamente el panorama energético no solo nacional sino también global. Según el experto, la formación es testimonio de la “geología extraordinaria” que caracteriza a la región, aunque aclaró que su pleno desarrollo está obstaculizado por varios factores, incluidos la inestabilidad política y las restricciones en la economía como los controles de capital.
Además, los acontecimientos geopolíticos recientes, como la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las sanciones internacionales subsiguientes, han reconfigurado las dinámicas de inversión global, posicionando a América Latina, y particularmente a Argentina, como un destino potencialmente atractivo para el capital extranjero.
La oportunidad para Vaca Muerta
Monaldi subrayó que esta es una ventana crítica de oportunidad para la región que debe ser aprovechada antes de que las circunstancias cambien nuevamente. Incluso aseguró que Argentina está retrasada en el aprovechamiento de la ventana de oportunidad, aunque aclaró que a pesar de ser breve, “aun hay tiempo”.
“El impacto de lo que está pasando en Rusia también está afectando a otros países de Asia Central al subir el riesgo político de las inversiones. Entonces, América Latina y Argentina en particular están en una zona positiva de países que están en este momento abiertos a la inversión”, dijo el experto.
Aclaró que particularmente Argentina es un país estable sin conflictos geopolíticos (guerras o sanciones), y eso se ha llevado a que en los próximos años la región sean atractiva para las empresas privadas. Tras describir el éxodo de capitales de Rusia y Asia, Monaldi explicó que “Latinoamérica es el lugar que más va a crecer”, y añadió que Estados Unidos tiene una industria ya gigantesca y con madurez en su crecimiento. “Estados Unidos ya no va a crecer tan rápido porque también el Shale va a llegar a su pico y va a empezar a agotarse”.
Hoy en día América Latina produce más de 9 millones de Barriles por día y eso va a crecer. De lejos, Brasil y Guyana son los dos principales productores, mientras que Argentina está tercero”.
La transición energética
Por otra parte, Monaldi planteó que la transición energética es un tema global que afecta a todas las regiones productoras de hidrocarburos, aunque aclaro que Latinoamérica tiene ventajas respecto a los debates que surcan el primer mundo en este tópico.
Argumentó que, si bien América Latina tiene una de las matrices energéticas más verdes del mundo debido al predominio de la hidroelectricidad, la región no debe descuidar el desarrollo de los hidrocarburos. Según el experto, “la responsabilidad de no producir petróleo y gas, en todo caso, es del mundo que lo consume,” lo que refleja la visión de que la demanda global por estos recursos aún justifica su desarrollo.
“Somos la única región en que las emisiones nuestras, el principal componente no es la energía, el principal componente es el tema de tierras, agricultura, manejo de tierras, deforestación Esos son los temas en América Latina. Eso no significa que nosotros no tenemos que actuar en materia de reducir nuestras emisiones, pero es importante entender que la prioridad es diferente de la que el mundo está planteándole a otras regiones”.
“Vaca muerta tiene una ventaja con respecto con algunos otros de los crudos en América Latina que son muy intensivos en emisiones de CO2, como por ejemplo el crudo pesado venezolano. Hay crudos que sí, como el brasileño, como hay alta productividad por pozo, tienen menor intensidad de emisiones de carbono en la producción y esos tienen sus ventajas. Pero digamos que ese no es un problema tan grave en Vaca Muerta. Pero sí, Argentina tiene que resolver este tema de las emisiones de metano y de CO2 y la quema de gas. Porque esa es una de las cosas que la comunidad internacional está presionando fuertemente a la industria petrolera por lograr y hay que buscar la manera de que eso se pueda rentabilizar, que no sea para las empresas simplemente un costo adicional”.
La clave del GNL
Finalmente, Monaldi enfatizó que el desarrollo de Vaca Muerta y otros recursos naturales en Argentina podría ser un catalizador no solo para la economía nacional sino también para un cambio más amplio en la industria global de la energía. La clave, consideró, es actuar rápidamente para aprovechar las oportunidades actuales que presentan tanto los precios del mercado como las condiciones geopolíticas.
Sostuvo que el desarrollo de infraestructura, especialmente para la exportación de gas natural licuado (LNG), es urgente y debe ser una prioridad para que Argentina no solo asegure su lugar como líder energético en la región sino también como un jugador clave en el mercado energético global.
“Argentina tiene un potencial importante offshore, pero fíjese que offshore es precisamente el tipo de inversión que en un país sin mucha estabilidad de la edad jurídica, etcétera, es casi imposible desarrollar, porque tiene que haber una inversión de miles de millones de dólares antes de que salga el primer barril”, dijo.
Y explicó que la diferencia con el Shale tiene una naturaleza diferente: “el shale, por la naturaleza del ciclo corto de las inversiones y de que el pico de producción ocurre en los primeros meses y después cae, tiene una ventaja, al menos desde el punto de vista de países con inestabilidad, que es que si usted tiene la infraestructura, y ese es un big if, como dicen los americanos, le permite recuperar relativamente rápido su inversión”.
Es por eso, añadió, que para desarrollar el gas en Argentina se requiere el desarrollo de LNG. “Y eso sí es infraestructura, como se sabe, incluso el gasoducto -GPNK- lo tuvo que pagar el Estado, cuando eso en todas partes lo hubiera hecho el sector privado. Entonces, ojalá se puedan crear en Argentina las condiciones para que se puedan hacer inversiones de largo plazo y se pueda desarrollar rápidamente, porque eso puede tomar 10 años si empiezan hoy”.