Abril 28, 2021

Sostenibilidad Económica y Ambiental Post COVID-19

Por: Daniel Rodríguez

Director de la Cámara Petrolera de Venezuela


En el mundo post Covid-19, más allá de la recuperación económica, la sostenibilidad económica y ambiental del desarrollo humano es el mayor reto a enfrentar globalmente.

Los impactos ambientales del Covid-19 son paradójicos. Luego de algunos efectos beneficiosos iniciales producto de la desaceleración de la actividad humana (disminución de emisiones de CO2, recuperación de hábitats, descontaminación), han aumentado los desechos plásticos, -una de las causas de lacontaminación de los océanos -, la caza furtiva de fauna silvestre y la deforestación; igualmente la merma del turismo ha restado financiamiento al manejo de áreas protegidas.

Antes de la pandemia el mundo parecía comprometido en una agenda verde común. Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) para el 2030 supone crecimiento económico sostenido e interdependenciaeconómica, tecnológica y social (globalización). Aunque no parecía realista cumplir todos los objetivos, la contracción de la economía global y el incierto plazo para su recuperación han comprometido aún más la meta. Algunos expertos opinan que esta crisis general abre una ventana de oportunidad que debe ser aprovechada –toda vez que actividades económicas de gran impacto ambiental han pagado altos costos-, para explorar formas de producción más amigables con el ambiente y modificar patrones de consumo en pro de mayores beneficios sociales.

Quizás el mayor problema ambiental sea el calentamiento global, en gran parte por la forma en que producimos y consumimos energía. Los combustibles fósiles dominan la matriz energética con un 80-85% del total. Se dice que los combustibles fósiles se agotan, lo que junto a las fluctuaciones y crisis del mercado de los hidrocarburos atentaría contra la seguridad energética mundial al no poder satisfacer la demanda de una población en aumento. El consumo máximo de combustibles fósiles –llamado pico de Hubbert para el petróleo– se habría alcanzado o se alcanzaría en algún momento entre el 2000 y el 2025. La investigación científico-técnica ha postergado ese horizonte.La industria petrolera ha hecho esfuerzos consistentes al incorporar tecnología para hacer más eficientes sus procesos, reduciendo la huella ambiental y los riesgos ambientales, para operar en ambientes distantes y hostiles transformando recursos no convencionales en convencionales, para hacer recuperaciónterciaria de reservorios convencionales, aumentando así las reservas. En un horizonte todavía no limitado, el petróleo seguirásiendo la fuente de energía más segura y económica.

Las energías solar y eólica irrumpen en los años 80 y actualmente aportan un 10% de la demanda mundial de electricidad. Sin duda, las fuentes renovables tendrán un papel clave en la diversificación energética y en el camino hacia la descarbonización en el largo plazo, con un crecimiento sostenido y una participación en la producción de energía primaria estimada entre 15 y 20% en los próximos 20 años; salvo decisiones políticas para acelerar la transición.

Luego de que la pandemia acabó con la demanda, la industria petrolera intenta reposicionarse en un mundo que clama por la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Son múltiples las investigaciones para desarrollar tecnologías que disminuyan las emisiones de CO2,  como la captura, almacenamiento y uso del carbono en productos útiles no contaminantes (CCUS, por sus siglas en inglés), pero el objetivo mayor es conseguir su viabilidad económica y tecnológica.

Reactivar la economía mundial va a requerir mucha energía en el corto y mediano plazo. Analistas estiman que en el 2do semestre de este año aumentará el consumo de combustible como resultado de la recuperación económica, de la mano de los planes de vacunación, por lo que los inventarios de petróleo continuarán cayendo. Todo apunta a la coexistencia de energías convencionales y emergentes durante unas décadas más.

Alcanzar la sostenibilidad no depende solo de una tecnología adaptada a las realidades del mercado y necesidades de los consumidores, sino de que posibiliten solucionar problemas ambientales generados por los modelos productivos y modos de vida, en particular los asociados a la matriz energética.Existe consenso en que de continuar la misma trayectoria, la vida humana en la Tierra sería insostenible en el largo plazo. Para que el verdadero cambio ocurra, es menester cambiar la forma en la que producimos, almacenamos y gastamos energía; alimentar y satisfacer las necesidades básicas de la población en crecimiento y construir una nueva relación hombre-naturaleza, gestionando la vida silvestre y los recursos naturales de manera sostenible.

De cara al futuro, la industria venezolana de petróleo y gas enfrentará grandes desafíos para recuperar la producción y la capacidad de refinación, hacer viables los nuevos desarrollos tecnológicos en términos de costos y eficiencia y recalificar sus trabajadores. En la Cámara Petrolera tenemos el talento, el conocimiento, las fortalezas y la experiencia para logarlo y reposicionarnos como líderes en nuestra área geográfica de influencia. Con el esfuerzo conjunto entre el sector público y el privado nacional e internacional actuaremos como columna vertebral usando como base la cadena de valor de los hidrocarburos para estimular el crecimiento económico del país, bajo los principios de respeto ambiental, compromiso social, transparencia y credibilidad.

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