El petróleo seguirá vigente


 

Jorge Zajia

Jorge Zajia | Editor in Chief

En estos tiempos de cambios estructurales, radicales, donde todo parece perdido y los pronósticos apuntan a que la era del petróleo ha terminado; tenemos que detenernos un tiempo para meditar y calibrar serenamente lo que le depara el futuro a esta fabulosa industria, que ha sido parte integral de nuestras vidas, la que nos provee el pan de cada día y la que, con nuestra ciencia, provee la fuente de energía por excelencia con que cuenta la humanidad.

Reconocemos –y lo estamos viviendo en carne propia-, que estos tiempos son duros y están incidiendo negativamente en toda la economía mundial y lejos de pretender ofrecer ideas para la solución de este asunto, que nadie las tiene, queremos sinceramente coadyuvar a que veamos las cosas desde un ángulo diferente, que aunque exige grandes sacrificios, el futuro se avizora pleno de renovado vigor, lo cual es un estimulo para seguir la marcha de nuestro quehacer diario, el cual es descubrir y producir petróleo y gas.

La era del petróleo no se va a terminar mientras exista un barril de petróleo en el subsuelo de la corteza terrestre y lo que va a suceder –aunque se tome un tiempo más-, es que el consumo de los hidrocarburos se va a disparar gracias a su bajo precio; lo cual lo hace accesible a una gran cantidad de países, que les ha estado vedado su consumo en virtud de sus altos precios. Quienes tiene que estar preocupados de su futuro son los productores del carbón mineral y vegetal; así como quienes han puesto sus esperanzas y su dinero en el desarrollo de las llamadas fuentes alternas, algunas de ellas renovables.

El tema de la contaminación y el calentamiento global que produce la utilización de los combustibles fósiles se soluciona con la tecnología, que también la humanidad va a desarrollar; pero mientras ello ocurre, la propia industria petrolera mundial se debe embarcar en una campaña de arborización masiva, que minimice y hasta radique las consecuencias de quemar petróleo, porque realmente es una amenaza para el futuro desenvolvimiento armónico de la vida sobre el planeta.

Los petroleros del mundo no tenemos más alternativa que la de encarar el porvenir con optimismo, inteligencia y creatividad, porque ya se sabe a ciencia cierta que las fuentes del preciado aceite de piedra, descubiertas y por descubrir, son muy abundantes y que es cuestión de ajustar los costos de producción para adaptarlos a la nueva realidad del desarrollo económico del planeta.