Oct 13, 2021

El petróleo se puso a 100

Por: Jorge Zajia | jzajia@petroleumag.com


 

Jorge Zajia

Jorge Zajia | Editor in Chief

Gabriel José de la Concordia García Márquez (Aracataca, Marzo 06 de 1927-Ciudad de México, Abril 17 del 2014), Premio Nobel de Literatura 1982 por su celebérrima novela “Cien años de soledad” (1967); la cual, según la crítica especializada, es la novela más importante e la literatura del Siglo XX; a pesar de su amplia cultura costeña, jamás aludió a la frase muy común en Colombia, para quejarse cuando la situación económica se ponía muy difícil, que es casi siempre: “El café se puso a peso”.

El peso es la moneda oficial de la tierra del Gabo -como lo llamamos cariñosamente sus admiradores-, y el café -después del aguardiente-, es la bebida más popular y barata porque su fruto se da con generosidad, en cantidad y calidad, en sus ricos suelos.

Cuando un Colombiano -en los tiempos que Gabriel García Márquez, en la edad de la inocencia, cazaba iguanas en su Aracataca natal-, expresaba con rabia y resignación que “El café se puso a peso”, era por que en verdad la vida se había encarecido y el dinero no alcanzaba ni para comer.

Hoy, al escribir esta nota editorial, cuando en el hemisferio norte estamos en la antesala del invierno, el precio del barril de petróleo ya está por encima de los 80 dólares, y subiendo, y todo indica que es cuestión de pocas semanas para que se ubique en los 100 $/Bbl.

Esta realidad no debería sorprender a nadie, pues es la repetición de un ciclo repetitivo que ya se ha repetido cíclicamente en el ciclo de 100 años del petróleo y que se está repitiendo nuevamente: Cae la demanda y bajan por precios. No se invierte en exploración y producción y baja la oferta. Aumenta la demanda y suben los precios … y así, cíclica y repetidamente ….

Su Majestad Salmán bin Abdulaziz, Rey de Arabia Saudita, guardián de los Santos Lugares y Jefe de la Casa de Saud, mientras jugueteaba en su isla privada con su esposa; confiado les decía a sus asesores, secretarios y súbditos que no se preocuparan, que todo lo que baja sube… y que el petróleo flota sobre el agua.

Cuando los petroleros estaban agobiados y desesperanzados porque la pandemia había colapsado a la economía mundial, originando la disminución dramática del consumo de energía y, por ende, la disminución del precio de los hidrocarburos; Arabia Saudita y su nuevo mejor amigo y socio, Rusia, afinaban sus estrategias para cuando la oferta y energía no pudiera satisfacer la demanda y hoy vemos los resultados de su estrategia.

Los intereses de Arabia Saudita son diametralmente opuestos a los de Rusia. Los árabes sólo piensan en el dinero y los rusos en la política. Ambos están demostrando que son los reyes del mundo en su especialidad: los rusos son los reyes de la “inteligencia” política y militar, expertos en manipular y dominar al mundo y los saudís, son una maquinita de hacer dinero. Ambos actúan a sangre fría y sin escrúpulos.

Por ahora el consumo de los hidrocarburos (carbón, petróleo y gas) se ha disparado, despejando las dudas sobre su supremacía como principal fuente de energía con que cuenta la humanidad más allá del siglo XXI y que, poco a poco pero a pasos seguros, la “teoría” de la transición energética se esta convirtiendo en una leyenda urbana, como tantos otros mitos del pasado.

El petróleo retorna a su rol estelar, al ascender nuevamente al trono de los 100 $/Bbl

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