Oct 13, 2021

Paradojas

Luis Vielma Lobo(*)


 

Las paradojas retan nuestro conocimiento pues nos obligan a observar la vida con lentes diferentes, y a través de ellos, entender que no existen soluciones mágicas, y que, por el contrario, las experiencias vividas durante el siglo XX, estas dos décadas del siglo XXI, y más recientemente la pandemia -que aún vivimos- nos permiten entender utopías, y también realidades de los sistemas que han creado las tendencias en el mundo.

En la medida que avanza el crecimiento de la población mundial y el desarrollo tecnológico el orden global ha venido cambiando, estableciendo una gran paradoja relacionada con dos sistemas que han liderado el mundo: la planeación gubernamental centralizada (modelo de China) y el modelo descentralizado, impulsado por Adán Smith, fiel creyente de la economía de mercado (modelo de Estados Unidos), con una participación moderada del gobierno (manos invisibles), para asegurar un balance adecuado entre demanda, oferta y las necesidades sociales.

Las experiencias vividas en Latinoamérica en las dos décadas del siglo XXI han vuelto a traer al presente un hecho ocurrido en Grecia y que se ha conocido como “La Trampa de Tucídides (Thucydides)”, ese historiador griego que mostró al mundo la historia de la guerra del Peloponeso entre Esparta y Atenas, ocurrida durante el siglo V, A.C. Su análisis ha permitido a los expertos en geopolítica explicar las paradojas del tiempo presente, relacionadas con el peligro que viven los países cuando se enfrentan dos grupos o partidos políticos: aquellos que están en el poder, y quienes buscan llegar a él.

Tucídides concluyó, en su famoso libro, que los enfrentamientos de este tipo terminan en conflictos, y en muchos casos desatan las pasiones de rivalidad que escalan hacia la violencia y destrucción. La historia, por demás interesante, explica cómo el acelerado crecimiento de Atenas, con base en su filosofía, principios y educación, sacudió los cimientos sociales de Esparta, que tenía el poder político, pero sobre todo militar. Lo que inicialmente se percibió como una manera diferente de ver la vida (filosofía), se convirtió en curiosidad, entendimiento y miedo, y así evolucionó hacia la competencia del saber, y eventualmente escaló hacia el conflicto y la confrontación.

Después de treinta años ambos estados se destruyeron materialmente, y peor aún, moralmente, tras una guerra fratricida entre hermanos, después de haber permanecido unidos por profundos lazos históricos durante varios siglos. Tucídides nos explica, que fue el desarrollo del ser humano ateniense, y el miedo que fue apoderándose de los espartanos, lo que provocó una guerra inevitable.

Este ejemplo histórico es bueno recordarlo en estos complejos y paradójicos tiempos de incertidumbre política y social. Los gobernantes y líderes políticos deben entender y atender estas paradojas, pues las proyecciones demuestran que para el año 2050 tendremos un mundo que necesitará alrededor de un 50% más de agua, alimentos y energía, en comparación con lo requerido hoy, tomando como base los análisis de expertos de la Organización de las Naciones Unidas, el Club de Roma y el Worldwide Education and Research Institute (WERI), en conjunto con la Agencia Internacional de Energía. Además, han señalado una interdependencia y volatilidad entre estos recursos.

Más agua requiere más alimentos, y más alimentos requieren más energía. Las paradojas son muchas y en diferentes niveles, pero quisiéramos destacar tres, las cuales consideramos vitales para darle un sentido más humano al mundo en que vivimos.

La paradoja de la prosperidad significa que la migración de la población de áreas rurales a las ciudades en busca de mejor calidad de vida incrementa la demanda de alimentos, y esto altera la ecuación agua-alimentos-energía, al cambiar la naturaleza de la demanda de la población, que busca alimentarse mejor, tener más educación, acceder a las tecnologías y ser más competitivos.

La paradoja del liderazgo tiene que ver con el rol de los gobernantes, quienes tiene la responsabilidad de entender las realidades de la ecuación antes mencionada para poder solucionarla, buscando el adecuado asesoramiento de expertos para desarrollar políticas públicas que les permitan entender las tendencias futuras y actuar en consecuencia. El concepto “alimentos vs energía” crea una interdependencia que da lugar a una ecuación compleja con múltiples variables, de modo que no es una regla de tres de solución sencilla, cómo pudiera dar la impresión.

La paradoja de la conectividad nos explica que no hay país autosuficiente que pueda contar con los tres componentes ya señalados, y esto incrementa la relación entre países, dando lugar a un mundo global, para estos efectos, sin límites geográficos, sustentados cada vez más en tratados comerciales de diferentes tipos que aseguren la vía para mantener la oferta de agua, alimentos y energía. Además de estos retos expresados como paradojas, el futuro se presenta con grandes oportunidades para fortalecer esta compleja ecuación, la cual irá cambiando las conductas y hábitos de la población futura.

En el caso particular de la energía, el incremento consistente en su uso, nos obliga a usar las llamadas sustentables, energías verdes, que reduzcan la contaminación ambiental, y que cambien la huella dejada por el uso masivo de la energía fósil, la cual ha hecho tanto daño a la flora y la fauna, alterando el contexto natural que gobierna el sistema, y creando condiciones que impactan las posibilidades de seguir creciendo, así como la calidad de vida de las futuras generaciones, dejándoles a ellos el peso más grande de los pasivos existentes.

Los líderes políticos en el ejercicio del poder en Latinoamérica deben abocarse a estudiar y entender estas paradojas, y así tener una mejor idea de sus dimensiones y el reto que tienen, para que puedan ir pavimentado esa ruta de futuro sustentable que asegure, como un legado, mejor calidad de vida a las generaciones por venir.

También deben salir de sus cavernas políticas, llena de pasajes ocultos y misterios, y usar el Congreso y Asambleas, para abordar los debates transcendentes, independientes de la ideología del gobierno de turno, porque al final la solución a estás paradojas son la respuesta sabia a las necesidades del ciudadano.

Ello evitará repetir los errores del pasado, que como bien señaló Tucídides, en la histórica confrontación de Atenas vs Esparta, suelen ser catastróficas. Desafortunadamente, esta realidad ya lo estamos viviendo en algunos países de Europa, Centro y Suramérica, en este siglo XXI. Sin duda la humanidad y en espacial sus líderes tienen enfrente grandes retos, y como respuesta los ciudadanos esperan de ellos sabias decisiones.

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Luis Vielma

(*) Luis Vielma Lobo, es Director General de CBMX Servicios de Ingeniería Petrolera, Director del Centro Integral de Desarrollo del Talento (CIDT); colaborador de opinión en varios medios especializados en energía, Autor de los libros: “Testigo de mi tiempo” (2014), “México momentos y opiniones” (2015) y de las novelas “Chapopote, Ficción histórica del petróleo en México” (2016) y “Argentum: vida y muerte tras las minas” (2019).

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