CHEVRON

La hora cero en Venezuela


 

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Jorge Zajia

Jorge Zajia | Editor in Chief

El 27 de Julio vence el plazo que el gobierno de Estados Unidos les ha dado a las compañías norteamericanas para que terminen sus negocios en Venezuela, como consecuencia de las sanciones que la administración de Donald Trump le ha impuesto a ese país, en un esfuerzo por cambiar su actual gobierno, que lo ha sumido en la ruina, en medio de múltiples y documentadas denuncias de corrupción y violación de los derechos humanos.

Chevron, la segunda compañía petrolera más grande de USA, en virtud de esa decisión, debería cerrar sus operaciones y salir del país en esa fecha.

Años atrás, ExxonMobil y ConocoPhillips, abandonaron Venezuela por otras causas distintas a las actuales, cuando no aceptaron las nuevas condiciones de asociación que les impuso el entonces presidente de Venezuela, el fallecido Hugo Chávez, y les expropiaron compulsivamente sus instalaciones y tuvieron que estregar sus activos en el país sin recibir indemnización alguna; asunto este que se ventila en las cortes internacionales. Que, en el caso de Conoco, existe un fallo a su favor que obliga a Venezuela a pagarle una suma cercana a los 10 mil millones de dólares. En el caso de ExxonMobil al parecer se llegó a un acuerdo, pero no se sabe a ciencia cierta cuáles fueron las condiciones de éste.

Chevron tiene razones suficientes para permanecer en Venezuela donde la antigua explotación de los crudos pesados de Campo Boscán, al oeste de Maracaibo en el estado Zulia, ha sido estratégica para alimentar la refinería de Pascagoula en Mississippi, de su propiedad; además de otras tres empresas mixtas en asociación con PDVSA, donde participa con el 40% del total de los 200 mil barriles por día que se producen.

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En una oportunidad, hace varios años, cuando ya se sentía que la gestión de PDVSA, además de corrupta, era altamente ineficiente, le preguntamos a un alto ejecutivo de Chevron cuál era la razón para mantener sus operaciones en Venezuela, a lo que nos respondió: “Los gobiernos pasan y las naciones quedan y Venezuela tiene unas reservas gigantescas de petróleo y gas”.

Esa es otra muy buena razón por la cual la petrolera norteamericana quiere permanecer en el país, apostando a resarcirse en el futuro los sacrificios de hoy, porque en cualquiera de los dos escenarios obtiene ventajas: Si el régimen actual se mantiene en el gobierno, la empresa mantendrá su medianamente rentable posición en Venezuela; pero si termina el régimen de usurpación y la situación cambia, Chevron tendría la primera opción para beneficiarse de la vasta riqueza petrolera del país, lo cual la ubica en una posición privilegiada.

Chevron está jugando duro en Washington para que el gobierno de Estados Unidos extienda el plazo de exención de las sanciones que expira dentro de muy pocos días, el 27 de Julio. Una decisión contraria y la administración Trump decide no renovar las exenciones y mantener las sanciones, va a obligar al régimen venezolano a entregar las operaciones de los campos de Chevron a otras empresas, donde los chinos y los rusos deberían tener la primera opción.

Francisco Monaldi, Académico e Investigador de la Energía del Instituto Baker de Rice University, en su tono pausado y sereno, dice que Chevron intentará permanecer el mayor tiempo posible en Venezuela. “Creo que se han dado cuenta que en el país habrá una apertura petrolera diferente a las del pasado en Brasil, México o la propia Venezuela, donde tendrán que ofrecer los mejores campos a las compañías petroleras internacionales”.

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