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IRÁN, ¿LA NUEVA FRONTERA DE CHINA?

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China e Irán acaban de firmar un acuerdo muy importante. Entre otros aspectos China invertirá 400.000 millones de dólares para infraestructura en Irán durante los próximos 25 años, e Irán podrá exportar sus sancionados hidrocarburos a China. También se especula el permiso para bases militares en territorio iraní.

El tratado no es cualquier cosa. Es de mucho impacto geopolítico. Casi que extiende la frontera de China hasta Irán (¿Chirán?).  Y no es aislado, hay que integrarlo al megaproyecto comercial chino de la Ruta de la Seda, que con el acuerdo quedaría apuntalado energéticamente.

Ruta de la Seda basada en la de Marco Polo. Implica miles de kilómetros de carreteras, puertos y diversa infraestructura en decenas de países. Desembolsos de  China por 150.000 millones de dólares al año. Los chinos aspiran abarcar el 25 % del comercio mundial.

Y sobre todo, el Acuerdo es hasta ahora la materialización más tangible de los nuevos bloques geopolíticos. Por una parte Rusia, China, Irán, Siria y aunque usted no lo crea Venezuela. Por otra parte Estados Unidos, Europa y Arabia Saudita.

Una nueva guerra fría. Diferente a la que vimos durante buena parte del siglo XX entre Estados Unidos, Europa vs la Unión Soviética aliada con China comunista; que se reflejó principalmente en las guerras de Corea y Viet Nam. Se trataba del enfrentamiento del capitalismo contra el comunismo.

La caída del muro de Berlín, el viraje de China al capitalismo y el derrumbe de la URRSS, parecieron indicar una derrota del comunismo. Un intelectual de la talla de Fukuyama se atrevió a escribir El Fin de la Historia, que no era otra cosa que la eternidad del capitalismo.

Sin embargo las contradicciones siempre están presentes dinamizando los acontecimientos históricos. Hoy somos espectadores de una especie de Guerra Fría II, y esta vez es capitalismo contra capitalismo. La única variante podría ser en una atrevida interpretación, democracias contra autoritarismos. Pero en el fondo se trata de los mismos conflictos de poder que existen casi desde la primera pedrada en las cuevas de la prehistoria.

Lo de siempre.  Gengis Kahn, los persas, Alejandro Magno, el imperio romano, Cartago y paremos de contar hasta Stalin, Hitler, Roosevelt, Churchill y nuestros días. Pura sobrevivencia.

La gran diferencia de hoy es que el planeta tierra resulta muy pequeño para los arsenales atómicos. Hiroshima es un humilde triquitraqui para las portentosas bombas de hoy capaces de sacar a la tierra de su eje y acabar en un segundo con diez mil años de historia. Y puede suceder. Observe el inesperado Covid. Ya las tragedias globales no son pura ciencia ficción.

¿ERROR DE TRUMP?

Obama había logrado, en conjunto con algunos países europeos, firmar un tratado con los iraníes donde les levantaban sanciones a cambio de que abandonaran el proceso de fabricación de bombas atómicas por diez años. Trump no creyó en ese trato y lo interrumpió. Comenzaron las sanciones a Irán de nuevo y entre otros aspectos los persas dejaron de exportar alrededor de dos millones de barriles diarios de petróleo. Esto implica decrecimiento del PIB, de las importaciones y sobre todo de la calidad de vida de los iraníes.

Y seguramente es la causa del trato chino –  iraní. La política norteamericana empujó a Irán a los brazos de los chinos, quienes ahora podrán exportar todo su crudo y hasta construir su bomba atómica.

Al igual que en 1959, cuando Fidel Castro le fue a solicitar a Eisenhower cien millones de dólares para lo que consideraba sería su desarrollo, éste lo negó y empujó a a la revolución cubana a los brazos de los soviéticos.

¿Tenía razón Obama?, ¿Se equivocó Eisenhower? Los duros no siempre tienen la razón en política. El ser humano ha llegado hasta este grado de civilización no por duro, sino por adaptable. Con un poco de negociación y diplomacia, tal vez Castro no hubiera caído en la órbita soviética y posiblemente  el pacto con China, que arrima la frontera china hasta el Golfo Pérsico, no estuviera en el tapete.

CONSECUENCIAS

Obviamente un triunfo para el bloque chino- soviético. No es descartable que atraviesen el Golfo Pérsico. En el otro lado está Qatar con sus gigantescas reservas de gas en yacimientos comunes con Irán. Y por cierto, Qatar ya ha sido atacado por Arabia Saudita.

La zona se recalienta. Tal vez la bomba nuclear iraní sea un hecho en pocos años. Falta ver las reacciones de Israel, cuya primera prioridad es su seguridad. Nada de extraño tiene que las sorpresivas relaciones diplomáticas Israel – Emiratos, y otras que anuncia Trump, reflejen un reacomodo en el medio oriente.

Y aunque usted no lo crea, ahora podría haber tres OPEP. La de siempre (OPEP).  La OPEP Más (OPEP +) que incluye a Rusia y otros países, y han tenido éxitos recientes en el mantenimiento de los precios.

Y la OPEP Menos (OPEP -), esto es sin Irán, porque con China como cliente cautivo y tal vez en condiciones preferenciales, loa persas no tendrían mucho interés en discutir volúmenes y precios de hidrocarburos.

LA SUCURSAL LATINA

No por casualidad incluimos a Venezuela en uno de los bloques geopolíticos. Allí están  por lo menos tres de sus países “panas”: Irán, China y Rusia. Con los cuales   demás está decir que simpatiza ampliamente Cuba, jefe y modelo.

No sería extraño que en cualquier momento se firmara en Venezuela una versión del acuerdo chino – iraní. Traería consecuencias gigantescas para el continente. Fronteras que se mueven. No chico yo no creo…

El mundo se mueve y juega duro, mientras los venezolanos seguimos discutiendo el sexo de los ángeles.

 

Esta columna se publica en Informe XXI , El diario de Caracas, y en la REvista Petroleum.

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