Mi blog de Marzo 03, 2023

Venezuela en su encrucijada moral

Por Gustavo Coronel


Manifestando contra el chavismo en Washington DC
Nos enfrentamos con el futuro de Venezuela y con nuestra propia conciencia: ¿qué decides?

Aunque habrá algunas diferencias de opinión sobre los integrantes del grupo pienso que en la mente de la inmensa mayoría de los venezolanos  (y extranjeros bien informados sobre Venezuela),  los siguientes 20 miembros de la pandilla chavista/madurista son vistos como los mayores responsables de la tragedia venezolana del siglo XXI  (no están listados  en orden de importancia):

Hugo Chávez Frías, paracaidista y  padre del desastre venezolano, un ser acomplejado y lleno de odio

Nicolás Maduro Moros, ignorante, incompetente  e indiciado por narcotráfico

Cilia Flores, eminencia gris detrás del torpe Nicolás, especialista en nepotismo

Tareck El Aisami,  sancionado por corrupción y por narcotráfico

Vladimir Padrino López,  jefe de la traición militar, miembro de un triunvirato siniestro junto a Maduro y Cabello

Rafael Ramírez Carreño, destructor de PDVSA, gerente corrupto, cabeza indiciada de una mafia petrolera lavadora de dinero en  Andorra y España

Jorge Rodríguez, el Goebels criollo, empeñado en castigar al país por la trágica suerte corrida por el padre

Deisy Rodríguez, siempre  lista de manera entusiasta  para participar en cualquier maniobra sucia por parte del régimen

José Vicente Rangel, alumno de  Maquiavelo y de Dorian Gray, quien se fue transformando en ratero de altas pretensiones

Alex Saab,  saqueador del pueblo 1, preso en USA

Raúl Gorrín, saqueador del pueblo 2, buscado por USA

Jorge Giordani, pomposo  ideólogo de la falsa revolución, cómplice por omisión y cobardía del horroroso despilfarro chavista

Nelson Merentes, principal artífice de los desmanes financieros de Chávez junto a Ramírez y a Giordani

Ali Rodríguez Araque, títere pro Cubano quien lideró la entrega de Venezuela al castrismo

Maikel Moreno, patética cabeza criminal de una desprestigiada Corte Suprema

Iris Varela, pana de pranes, personaje escapado de una novela de Stephen King

Isaías Rodríguez, jalabolas mayor del chavismo  y, peor aún, mal poeta

Clodosbaldo Russián, a cargo de protegernos de los abusos de poder protegió esos abusos

Adán Chávez, uno de los mentores ideológicos  del monstruo, todavía en posiciones de gran corruptor de mentes

Diosdado Cabello, resentido mayor de la revolución, experto en narco tráfico y en nivelación hacia abajo.

A su vez, estos 20 mayores responsables de nuestra tragedia crearon sus mini-pandillas de cómplices y servidores. Cada rama principal conectada al tronco de la ignominia ha generado numerosas ramificaciones, formando un árbol macabro productor de horrores, vicios y crímenes, un verdadero anti-samán de Guere que ha tenido la osadía de hablar del samán de Guere como inspiración.

De esta manera se ha conformado una gran pandilla criminal integrada, en mi estimación, por unos 600 -800 rufianes civiles y militares, hombres y mujeres, ladrones unos, narcotraficantes otros, asesinos algunos, todos contagiados por la maldición de la codicia y la deshonestidad.

Venezuela no podrá salir del foso del atraso y la mediocridad a menos que saque este árbol de raíz del mundo político venezolano y aplique a los principales miembros de la pandilla y a la mayor cantidad posible de cómplices los castigos proporcionales al daño inmenso que han cometido contra la Nación. Cualquier transacción con esta pandilla, como la recomendada por “expertos” venezolanos o extranjeros, equivale a una entrega, a una derrota, conviertiéndose en poderoso incentivo para que mañana llegue al poder una mafia igual o peor que la actual.

La historia de la Venezuela del siglo XXI está por escribirse. Dependerá del coraje de los venezolanos que esta historia sea una de redención y de recuperación espiritual y material o, al contrario, sea una de continuados fracasos, humillaciones, mediocridad y viaje de la nación venezolana hacia los lugares más profundos del abismo donde se amontonan las naciones forajidas.

Publicado por Gustavo Coronel