Recursos humanos: Escasos en la industria petrolera

Dentro de las profesiones duras, necesarias en la industria del petróleo, la mayor escasez es de geofísicos, geólogos y de ingenieros de reservorios y perforación. El auge del shale y los costos de la falta de mano de obra especializada

Por Daniel Barneda, especial para LM de Neuquén (Texto original sin editar)


 

Con la reactivación industrial y el crecimiento de la producción aumentó en forma notable la demanda de ingenieros, técnicos y obreros especializados en Argentina.  La desaparición de las Escuelas Técnicas en los años 90 tuvo un impacto muy negativo. El requerimiento de egresados en disciplinas duras se redujo a su mínima expresión y muchos de los recibidos terminaron emigrando o manejando un taxi. Esto provocó a una notable falta de vocaciones. Disminuyó la matrícula, por lo cual al aumentar aceleradamente la demanda, esta no se pudo cubrir.

Esta situación no es fácil de revertir. Suponiendo que de inmediato tuviéramos cantidad suficiente de inscriptos, se demora más de 6 años en su formación. A la demanda local se suma la venta de ingeniería al exterior gracias a la calidad de nuestros profesionales y la favorable relación peso-dólar.

De esta forma, los requerimientos de jóvenes egresados resultan insatisfechos, observándose además una notable movilidad de personal entre las distintas empresas, poco conocida en la Argentina.

Daniel Kokogian,  geólogo, ex Director de YPF, especialista del sector, afirmó a LM que la falta de personal capacitado para el segmento de profesionales, básicamente está relacionado con el escaso interés de los jóvenes en carreras duras.

“En el caso de profesiones más técnicas u operarios, creo que la falta de personal se debe más a la alta demanda la cual se suma a la falta de capacitación en algunas áreas del país, donde paradójicamente se encuentran la mayoría de los yacimientos”, señala.

Según Kokogian, la demora en analizar las causas y encontrar las soluciones a esta escasez de trabajadores capacitados y con preparación acorde a las exigencias actuales no podría hasta frenar o suspender proyectos de inversión y procesos de ampliación de producción que empresas de diversos rubros tienen en carpeta.

“Ese nunca va a ser un factor limitante al extremo de cancelar proyectos. Puede haber ocurrido en casos puntuales, pero no es lo general. Lo que si suele verse afectada es la calidad del trabajo realizado; lo cual suele implicar mayores costos al tener que realizarlo nuevamente o cambiar los equipos de trabajo hasta encontrar un nivel aceptable”, advierte.

En este sentido, el ingeniero Hugo Carranza, ex Gerente Técnico en TOTAL Gas y Electricidad Argentina con más de 30 años de experiencia en el sector energético, asegura que “más grave que la suspensión de proyectos es carecer de una visión de largo plazo que oriente los esfuerzos al aprovechamiento de un recurso  como el Shale Oil que representan una oportunidad, un momento único que podría transformar la balanza de pagos. la economía de la argentina”.

“Creo que más que frenar proyectos, mutila una posibilidad de cambiar de escala de crecer en forma sostenida en Argentina. Con los yacimientos de shale tenemos una oportunidad excepcional de poner en producción a un nivel nunca visto, con saldos exportables que modifiquen la balanza de pagos”, añade.

Carranza está convencido que la Argentina sigue sufriendo  las consecuencias de no haber establecido políticas de Estado que permitieran amortiguar las oscilaciones de la economía y planteado objetivos de crecimiento sostenibles.

Su argumento se sostiene en tres hechos concretos. “En primer lugar en los últimos 40 años la población argentina creció de 25 a 45 millones de habitantes, es decir se incorporaron  20 millones de argentinos de los cuales 15 millones son pobres. En segunda instancia, en un siglo de posesión efectiva de nuestro territorio no hemos podido crear condiciones de radicación permanente en un tercio el territorio continental. Y por último con más de 100 años de educación pública gratuita prácticamente no hay graduados universitarios provenientes del sector más empobrecido, transformando a familias enteras en pobres estructurales”, relata.

Consultado por LM, José Luis Sureda, ex directivo de PAE y ex Secretario de Recursos Hidrocarburíferos de la Nación, señala que la falta de mano de obra de personal capacitado responde a la inestabilidad de la industria, que tiene razones propias, pero también a los vaivenes generales de la economía argentina.

“Cuando hay un cambio de ritmo hay que tomar gente y lleva un tiempo capacitarla. Los altos costos laborales totales atentan contra la estabilidad laboral, porque las empresas prefieren tercerizar trabajos y, en cierta forma, precarizarlos. Una probable consecuencia de todo esto es el riesgo de accidentes de trabajo.  El retroceso de la cantidad de graduados está relacionado con la visión, o intuición, del futuro que los jóvenes tienen, por una parte, y por otra es un fenómeno cultural. La gente tiende a preferir carreras cortas y de más rápida salida laboral. Creo que habría que reformar algunas carreras y buscar más especialización”, advierte. 

Según el Ingeniero Aníbal Mellano, director del Instituto del Gas y del Petróleo de la UBA, existe una multiplicidad de factores a analizar, que ningún órgano de gobierno ni las cámaras empresarias han encarado.

“La principal razón está en la conjunción entre falta de planeamiento (las empresas operadoras y de servicios comunican tarde; el Estado tiene planes estratégicos débiles) y la desconexión entre sistema educativo (en todos los niveles, incluyendo los posgrados) y el mundo productivo (el futuro)”, detalla.

Desde la mirada de Claudia Prezutti, fundadora y presidenta de la consultora Aptitud, “hoy las nuevas generaciones tienen otras necesidades y prioridades. Miran a la industria de manera diferente a la de tres o cuatro generaciones anteriores. Son generaciones más inquietas y están más atentos al mercado y ciertamente en su día a día están menos fidelizados con las grandes corporaciones. A pesar de que muchas empresas se esmeran por diseñar programas atractivos de beneficios, estos nuevos profesionales exigen nuevos desafíos en Recursos Humanos, sumado a ello muchos han migrado hacia una vocación  profesional con menor impacto ambiental”.

En función al nuevo desafío que hoy representa Vaca Muerta, Prezutti sostiene: “Nos encontramos con escasez de técnicos, tanto especialistas e ingenieros en áreas de producción y perforación no convencional por mencionar algunas”.

Para Martín Rodríguez, Gerente Regional Patagonia de Bayton la falta de vocación es un punto importante en nuestro país, “los jóvenes se vuelcan a carreras cortas con salida laboral asegurada, las carreras tradicionales de 4, 5 o 6 años ya se ven como algo muy lejano y es ahí donde caemos en la falta de ganas de los jóvenes a volcarse por estas carreras.  Debemos generar desde el sector privado nuevos desafíos para que los jóvenes vuelvan a apostar por estar carreras maratónicas”.

También reconoce que dentro de las profesiones duras, necesarias en la industria del petróleo, la mayor escasez es de geofísicos y de todos los ingenieros de reservorios, y perforación.

“La  única manera de revertir esto es trayendo de otros puntos del país personal que este calificado para estos puestos no hay otra solución hasta esperar que  nuevas camadas se reciban o tengan la capacitación. Es un formula simple pero de largo plazo. Formar y capacitar es la única solución”, sintetiza.

En la industria petrolera hay dos premisas casi insoslayables: La primera es : “las empresas ponen un aviso pidiendo geofísicos y nadie contesta, porque todos tienen trabajo”. Y la segunda: “la mayoría de los geólogos con experiencia son los que nos robamos de una petrolera a otra”.

“Ambas son correctas,- señala Kokogian-.  Es una realidad el pleno empleo de los profesionales de las geociencias. Los geólogos con experiencia siempre se “robaron” a otra compañía. Y en Argentina el numero de geólogos con experiencia que no tiene o tuvo trabajo es muy bajo o nulo”.

Y concluye: “Es muy difícil conseguir geólogos, geofísico e ingenieros, sean de reservorio, producción o perforación. Pero lo más importante es que cuando se consiguen los profesionales se debe invertir mucho tiempo en capacitación para que estén preparados para el trabajo”.