Jorge Zajia

Jorge Zajia Editor in Chief

Esta semana se cumplieron 159 años de la perforación del primer pozo de petróleo comercial en el mundo, que marcó un hito en la historia: el inicio de la era petrolera.

En efecto, el 27 de Agosto de 1859, Edwin Laurentine Drake, el Coronel Drake, en Oil Creek, cerca de Titusville, Pensilvania, utilizando el método de perforación a percusión, encontró petróleo a una profundidad de 65 pies, promediando una producción de 30 bpd. Ese mismo día se inició “la fiebre del petróleo”.

Dos décadas más tarde, el 12 de Octubre de 1878, en un lejano y desconocido país al Norte de Sur América, Venezuela, Manuel A. Pulido, José A. Baldó, Ramón M. Maldonado, Carlos González Bona, José G. Villafañe y Pedro R. Rincones fundaron la Compañía Petrolia del Táchira. En los terrenos de la hacienda La Alquitrana perforan el célebre pozo Eureka-1, con lo que se inicia el negocio petrolero en la tierra de Bolívar y Andrés Bello.

La Petrolia operó hasta 1934 y llegó a producir unos 15 bpd de crudo, que eran refinados en un rudimentario alambique para la producción de kerosene, que se comercializaba en el Táchira y las poblaciones fronterizas de Colombia. Los visionarios empresarios tachirenses, fundaron la primera revista petrolera del país: “ The Petrolia Star”.

El Zumaque-1, perforado por la Caribbean Petroleum (Shell) en el cerro La Estrella de Mene Grande, estado Zulia, entra en producción el 31 de Julio de 1914, lo que atrajo la atención mundial y originó la llegada al país de una oleada de compañías extranjeras, atraídas por la fiebre del oro negro. El Zumaque-1 marca el inicio de la explotación comercial a gran escala del petróleo en Venezuela.

Los Barroso-2, perforado y terminado en el Campo La Rosa de Cabimas el 14 de Diciembre de 1922, estuvo fluyendo 9 días sin control a una tasa que se estimó en 100 mil barriles diarios. El celebérrimo “reventón” del Barroso-2 consolida definitivamente la posición de Venezuela como importante productor de hidrocarburos.

En 1929, Venezuela era el segundo país productor de petróleo, detrás de Estados Unidos, y el mayor exportador de crudo del mundo. El desarrollo del sector petrolero dominó todos los demás sectores de su economía, y Venezuela pasó de ser un país netamente agrícola, fundamentalmente cafetero, a ser un país petrolero.

Poco a poco, esta “Tierra de Gracia” fue dando pasos firmes  en el desarrollo de su industria petrolera, que culminaron, primero con la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, en 1960, en asociación con los productores del Medio Oriente, convertidos en grandes exportadores de el preciado carburante; y luego con la fundación de Petróleos de Venezuela S.A., Pdvsa, y la nacionalización de su industria petrolera el 01 de Enero de 1976.

Pdvsa recibió una industria petrolera deprimida y descapitalizada, con las instalaciones deterioradas y las reservas de hidrocarburos en unos niveles muy bajos, como consecuencia que, ante la inminencia de la nacionalización o estatización del petróleo, las concesionarias transnacionales habían minimizado sus inversiones en mantenimiento y exploración, poniendo todo su esfuerzo en producir al máximo, sin arraigo a las normas y las técnicas más elementales de la explotación racional de los yacimientos de petróleo y gas.

Con tesón e inteligencia y dedicación y honestidad comprobada, los petroleros venezolanos, apoyados con los técnicos extranjeros que quisieron seguir trabajando en el país, basados en los muy criticados “contratos de servicios”, suscritos con las antiguas petroleras extranjeras, cuya finalidad fue garantizar la continuidad de la explotación integral del negocio petrolero, desde el yacimiento, hasta el tanque de gasolina, Pdvsa logró vencer todos lo obstáculos, que no fueron pocos, hasta convertirse en una empresa petrolera de clase mundial, “rankeada” a nivel global como una de las compañías petroleras más eficientes del mundo; dotada, además, -por la Gracia de Dios-, de las mayores reservas de crudo del planeta.

En las mujeres y los hombres que contribuyeron con el fabuloso desarrollo y la consolidación de Pdvsa, además de sus calificaciones académicas y profesionales y de su integridad ética y moral (seguro estoy porque los conozco), privaron las palabras que el expresidente de la República Rómulo Betancourt, en su condición de Senador Vitalicio, pronunció ante el Congreso Nacional con motivo de las discusiones que coadyuvaron a que Venezuela fuese dueña absoluta de su petróleo: “En las compañías dependientes de esta empresa matriz (se refería a las filiales de Pdvsa) se procurará también situar personas capacitadas y honradas para impedir dos peligros que se han apuntado en esta ocasión que Venezuela va a tomar el dominio absoluto de su petróleo: el peligro de la burocratización y el peligro de la inmoralidad administrativa”.

Para avalar lo que aquí afirmamos sobre la calidad de clase mundial de Pdvsa, nos vamos a apoyar -nuevamente- en un estudio realizado por Marcela Ibarra Gallegos, de la Región Marina Suroeste (RMSO) de Pemex y publicado en su revista Visión Estratégica, titulado “Resultado de Operación 2002”, donde la autora compara los principales indicadores de productividad operacional de la RMSO, con las otras Regiones de Pemex y con las petroleras estatales y privadas más grandes del orbe.. Es un estudio objetivo, limpio y alejado de cualquier manipulación o parcialización.

Resumiendo el estudio, tenemos que Pdvsa en el 2001 exhibió los Costos de Descubrimiento sensiblemente más bajos que el resto de las otras compañías, seleccionadas para dicho análisis: Pdvsa = 0.06 $/Bbl; Fina 0.53; Repsol 0.55; BP 0.58; Petrobras 0.64; Exxon O.80; Shell 0.99; Chevron, 1.26; ENI 1.42; Pemex 1.79; y RMSO 1.82.

Los Costos de Desarrollo también muestran a Pdvsa con los indicadores más bajos con 0.84 $/Bbl; Repsol 2.18; BP 2.58; Fina 2.97; Exxon 0.17; Shell 3.36; Chevron 3.6; ENI 3.85; y Pemex 10.0. En cuanto a los Costos de Extracción y los Costos de Producción, Pdvsa también arroja los mejores resultados comparados con ese grupo de empresas, que se cuentan entre las más productivas a nivel mundial.

Para dar fe testimonial de lo que aquí exponemos, nos permitimos anexar el artículo con el estudio de Marcela Ibarra, para que analicen con lujo de detalles, cuáles fueron los parámetros utilizados y los criterios que definieron los diferentes costos presentados en dicho estudio.

Hoy Pdvsa -no es un secreto para nadie-, es “una gallina desplumada”, merced de la expoliación a que ha sido sometida y que ha contado con la participación y la complicidad de gobernantes y gerentes sin entereza y venales, que no han defendido los interés de la Nación, o por que no han sabido o porque no han querido.

Este espacio se lo hemos querido dedicar a la estatal petrolera venezolana para llamar la atención a todos los profesionales del petróleo -principalmente los que de buena fe laboran en Pdvsa-, a las compañías explotadoras de petróleo y gas, y a las empresas suplidoras de productos, equipos y servicios; porque la reconstrucción de la industria petrolera venezolana, es perentoria e inminente y cuya recuperación ofrece un potencial inmenso para el trabajo productivo generador de riquezas.

Las reservas están allí, a la espera de ser monetizadas. El país cuenta con las facilidades de producción, transporte, almacenamiento y refinación construidas y que necesitan mantenimiento y reparaciones profundas, a fondo, pero están allí. Y lo más importante, los valiosos recursos humanos también están esperando su turno para dar su aporte efectivo. Por ello debemos tener la conciencia que seguir esperando puede hacerse muy tarde y que cada quien según sus posibilidades e intereses debe aportar su esfuerzo para torcer el rumbo de esta senda de fracaso y ruina y dar su aporte decidido, necesario, para retomar el camino del progreso, en base a una actividad petrolera generadora de riqueza.

Se nos quedan en el “tintero” dos temas que son de interés universal y que trascienden las fronteras del país. Uno es el tema político con la terrible crisis humanitaria que tiene desolada a la nación y el otro es la el de explotación voraz e indiscriminada, del oro  en Guayana, que amenaza con destruir en muy corto tiempo el reservorio de aire fresco mas grande de la humanidad., ante la mirada indolente y la complicidad de las autoridades que se enriquecen a costa de ese crimen de lesa humanidad.

Estos tres temas, el energético, el ecológico y el político, son de urgente solución y es un problema que compete y afecta a toda la humanidad, por lo que en este caso, cuando  no sólo está en juego el futuro de Venezuela, sino de La Tierra como un todo, invocar la soberanía es una tontería (y respetarla una irresponsabilidad), pues como solía decir el expresidente de Pdvsa, Luis Giusti, no hay mayor pérdida de la soberanía de un país, que el hambre de su pueblo….y Venezuela tiene hambre, mucha hambre.


PEMEX Resultados Operacionales 2002.pdf