Oportunidades transitorias

Reinaldo Quintero
Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela

Reinaldo Quintero
Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela

Nuestra Nación, luego de 100 años de la promulgación de la primera Ley de Hidrocarburos, hoy se debate una modificación al marco jurídico, bajo circunstancias extremadamente difíciles para el país, aunadas a un contexto mundial desafiante y competitivo, también afectado por el nuevo orden económico y social impulsado por un agente biológico como lo es el COVID-19. Adicionalmente, a estos factores se les une la presión de reducción en la emisión de carbono y la transición energética.

En este contexto, tenemos que destacar e insistir como venezolanos, que aun en estas condiciones extremas, es necesario considerar la naturaleza transitoria de toda actividad que implica la explotación de un recurso natural no renovable. Estamos saboreando la amarga realidad de una economía sin petróleo y sin estar preparados para la transición.

Este nuevo contexto se trata de una nueva oportunidad. Por lo que si realmente existe el sentido de permanencia, hoy más que nunca es necesaria la participación nacional y el desarrollo armónico de los sectores productivos, no solo los asociados a la industria nacional de hidrocarburos, sin más intereses que los propios de Venezuela como una sola República.

Estamos lidiando con dos tiempos. A corto plazo, seguimos trabajando diversos temas de orden técnico y operativo,  que dentro de nuestros recursos  y medios disponibles buscan la recuperación de la capacidad de refinación, con énfasis a atender el carácter humanitario de la distribución de combustible y el impacto que tiene en el transporte público, la agroindustria, la distribución de alimentos y medicinas, la generación de energía y demás usos de la población.

En forma complementaria y simultánea, estamos tratando elementos vitales de orden operativo y legal como lo son, la credibilidad, el financiamiento y las sanciones. Sin embargo, como parte esencial de la recuperación y el desarrollo colectivo, se encuentra la participación nacional como el elemento central a considerar en todos los aspectos, tanto en el marco jurídico como en el operativo, por su capacidad de generar empleos locales y un alto valor multiplicador a la economía.

Solo como referencia, la Ley Orgánica de Hidrocarburos de 1943 promulgó el desarrollo de procesos de refinación más allá de la conversión atmosférica,  lo que implicó el desarrollo petroquímico nacional y la fabricación local, creando nuevas capacidades y fuentes de empleos a mediano y largo plazo.

Por otra parte, en el contexto mundial, se ajustan las estructuras financieras de las grandes operadoras. Por ejemplo, recientemente Chevron adquirió NOBEL Energy por 5 mil millones de dólares, mientras otros como BP, Occidental Petroleum y Exxon Mobil realizaron en abril de 2020 ajustes en sus estructuras por más de 30 mil millones de dólares.

En conclusión, el tiempo transcurre y el mundo no espera por nosotros. Ya sabemos cómo se viviría en una Venezuela sin petróleo. Avancemos, la oportunidad también es de carácter transitorio.