Ene 29, 2024
No hay emergencia climática
“El ‘cambio climático’ es en realidad una desinformación muy deshonesta difundida por los políticos”
John Clauser, Premio Nobel de Física 2022, y una red de más de 1.609 científicos han preparado este mensaje urgente: “El archivo geológico revela que el clima de La Tierra ha variado desde que existe el planeta, con fases naturales frías y cálidas”.
La Pequeña Edad del Hielo terminó en 1850. Por lo tanto, no sorprende que ahora estemos experimentando un período de calentamiento, el cual es mucho más lento de lo previsto. El mundo se ha calentado significativamente menos de lo previsto por el IPCC sobre la base del forzamiento antropogénico modelado. La brecha entre el mundo real y el mundo modelado nos dice que estamos lejos de comprender el cambio climático.
La política climática se basa en modelos inadecuados
Los modelos climáticos tienen muchas deficiencias y no son ni remotamente plausibles como herramientas de política global: Exageran el efecto de los gases de efecto invernadero como el CO2. Además, ignoran que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso.
El CO2 es alimento vegetal, la base de toda la vida en la Tierra. El CO2 no es un contaminante. Es esencial para toda la vida en la Tierra. La fotosíntesis es una bendición. Más CO2 es beneficioso para la naturaleza y hace más verde la Tierra: más CO2 en el aire ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal mundial. También es bueno para la agricultura, ya que aumenta el rendimiento de los cultivos en todo el mundo.
El calentamiento global no ha aumentado los desastres naturales
No hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando los huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales similares, o haciéndolos más frecuentes. Sin embargo, existe amplia evidencia de que las medidas de mitigación de CO2 son tan dañinas como costosas. La política climática debe respetar las realidades científicas y económicas.
No hay ninguna emergencia climática
Por tanto, no hay motivo de pánico ni alarma. Nos oponemos firmemente a la dañina y poco realista política de cero emisiones netas de CO2 propuesta para el 2050. Si surgen mejores enfoques, y ciertamente surgirán, tenemos tiempo suficiente para reflexionar y readaptarnos. El objetivo de la política global debería ser la “prosperidad para todos” proporcionando energía confiable y asequible en todo momento. En una sociedad próspera, los hombres y las mujeres tienen una buena educación, las tasas de natalidad son bajas y la gente se preocupa por su medio ambiente”.
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Clauser: “El ‘cambio climático’ es en realidad una desinformación muy deshonesta difundida por los políticos”
El Premio Nobel, Dr. John Clauser, destaca que la variación en la cobertura de nubes es el principal regulador de la temperatura y el clima de la Tierra.
El Dr. John F. Clauser, galardonado con el Premio Nobel de Física en 2022, presenta nuevamente en una entrevista con “American Thought Leaders” de The Epoch Times una perspectiva crítica acerca del cambio climático. Clauser plantea que existe una interpretación errónea del mecanismo principal que controla el clima, desafiando la idea convencional que atribuye esta función principalmente al dióxido de carbono (CO₂). Subraya la importancia del impacto de las nubes en el equilibrio térmico de la Tierra, aspecto que ha sido subestimado y destaca que, la desinformación ha sido promovida por políticos y figuras públicas en este campo.
El Dr. Clauser enfatiza que la cobertura de nubes tiene un impacto significativo en el equilibrio de calor de la Tierra, ya que las nubes reflejan la luz solar de regreso al espacio. Al revisar los informes del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, se alarmó por “lo descuidado que era el trabajo” y la falta de comprensión de las nubes en estos informes, calificándola de “mala ciencia”.
Esta problemática, según Clauser, tiene sus raíces en el informe inicial de la Academia Nacional de Ciencias en 2003 y continúa en los informes del IPCC. Sin embargo, destaca que uno de los elementos más influyentes en esta cuestión ha sido el libro “Unsettled: What Climate Science Tells Us, What It Doesn’t, and Why It Matters” de Steve Koonin, ex asesor científico de Barack Obama. El Premio Nobel subraya el mensaje clave de este libro: “El IPCC cuenta con 40 modelos informáticos diferentes, todos haciendo predicciones, todos citados en la prensa prediciendo un apocalipsis climático… pero ninguno de ellos es capaz de retroactivamente predecir y explicar la historia climática de la Tierra de los últimos cien años”.
Los modelos que predicen un “apocalipsis climático” se basan en una representación irreal de la Tierra, asumiendo que carece de nubes. Sin embargo, el Dr. Clauser argumenta que esta suposición es incorrecta, ya que las imágenes de satélite muestran que la cobertura de nubes varía del 5 al 95 por ciento en la Tierra. Además, señala que entre un tercio y dos tercios de la superficie terrestre generalmente está cubierta por nubes, y esta cobertura cambia drásticamente en escalas de tiempo diarias y semanales, que es lo que conocemos como clima.
Por otra parte, el albedo, o la fracción de reflectividad, es un concepto clave en el estudio del clima. Se refiere a la cantidad de luz solar que una superficie refleja en lugar de absorber. Superficies con alto albedo, como la nieve o nubes brillantes, reflejan mucha luz solar. Por otro lado, superficies con bajo albedo, como el asfalto oscuro o el océano, absorben más luz solar. Estos factores tienen un impacto significativo en la cantidad de calor que se retiene en la Tierra y, por lo tanto, en la temperatura y el clima.
Clauser destaca que en varios modelos climáticos se ha mantenido incorrectamente constante el albedo, sin considerar la variabilidad natural que oscila entre el 5 y el 95 por ciento en la cobertura de nubes y sostiene que “No puedes tener clima sin nubes. Es esta fluctuación en la cobertura de nubes de la Tierra lo que crea un termostato de reflectividad de la luz solar que controla el clima, la temperatura de la Tierra, y lo estabiliza de manera muy poderosa y dramática, un mecanismo hasta ahora totalmente inadvertido.”.
Desinformación muy deshonesta
El cambio climático antropogénico, es decir, el cambio en el clima de la Tierra causado principalmente por actividades humanas, ha adquirido una enorme relevancia en la política global y está marcando la agenda de numerosos países, entre otros España.
El Dr. Clauser destaca que gran parte de esta presión proviene de Europa y de conferencias internacionales, basándose a menudo en datos científicos incorrectos, o lo que podría considerarse como pseudociencia, afirmaciones que carecen de una sólida base de evidencia. Enfatizando que, “con el cambio climático en particular, en realidad, hay una desinformación muy deshonesta que ha sido presentada por varios políticos.”
El Dr. Clauser describe un ejemplo de lo que él llama “desinformación deshonesta”. Ocurrió cuando la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) publicó un artículo en la revista científica Physics Today en 2013. Este artículo fue escrito por dos no-científicos, Jane Lubchenco, subsecretaria de comercio para el cambio climático y Thomas Karl, director de la NOAA para el cambio climático. Según el Dr. Clauser, este artículo presentó lo que él ha considerado una “desinformación atroz”. En el momento de la publicación de este artículo, el término “calentamiento global” estaba siendo rebautizado y comenzaba a denominarse “cambio climático”, y Lubchenco y Karl argumentaron que el “cambio climático” causaba un aumento dramático en eventos climáticos extremos, como huracanes, olas de calor, inundaciones y sequías.
Sin embargo, el Dr. Clauser tras examinar los datos presentados en el artículo con rigurosidad científica, no encontró evidencia clara de un aumento en eventos climáticos extremos. Además, señaló que el artículo omitió la frecuencia de tornados EF3-plus, cuyos datos de haber sido incluidos mostrarían una disminución de eventos climáticos extremos en lugar de un aumento. En su opinión, esto era una violación de la honestidad por parte del gobierno y de la NOAA y, se hizo “claramente por persuasión política”.
Funcionamiento de las nubes en el control de temperatura
Según explica el Premio Nobel, la luz solar es el principal mecanismo de calentamiento de la Tierra, pero las nubes, que reflejan el 90 por ciento de la luz solar que incide sobre ellas, juegan un papel crítico. Cuando hay poca cobertura de nubes, la luz solar llega en gran cantidad a la Tierra, lo que lleva a la evaporación del agua del océano y la formación de nubes. A medida que aumenta la cobertura de nubes, disminuye la cantidad de luz solar que llega a la Tierra, reduciendo la evaporación y, por lo tanto, la formación de nubes adicionales. Esto crea un sistema autorregulado que controla la temperatura de la Tierra de manera muy efectiva.
Este mecanismo resulta ser 200 veces más influyente en el equilibrio energético de la Tierra que los efectos del CO₂ y el metano. Según indica Clauster, “la pérdida de potencia es como 104 vatios por metro cuadrado cuando solo tenemos un tercio de nubosidad, y 208 vatios por metro cuadrado de superficie de la tierra cuando tenemos una cubierta de nubes muy baja. La diferencia entre ellos es del orden de 104 vatios por metro cuadrado o un área de superficie. Eso debe compararse con este minúsculo medio vatio por metro cuadrado de superficie que aporta el CO₂.”. Por lo tanto, concluye que, “La potencia en este termostato en términos de lo que se puede llamar forzamiento radiativo, esta es la cantidad de vatios por metro cuadrado de área de superficie involucrada, y es 200 veces más potente que el efecto del CO₂ y el metano.”.
El Dr. Clauser plantea de manera contundente que el mecanismo de control basado en la variación en la cobertura de nubes se erige como el factor más influyente en la regulación de la temperatura y el clima de nuestro planeta, y esto relega significativamente la influencia del CO₂ y el metano. Su llamado a la acción es claro, “todos los programas gubernamentales que están diseñados para limitar el CO₂ y el metano deben eliminarse inmediatamente. “, porque el costo astronómico asociado a estos esfuerzos merece una seria reconsideración en vista de esta reveladora perspectiva.
A. Hernández