Los hombres de las transiciones | Blog 441


 

En la política cuando los esquemas se agotan se hacen necesarias las transiciones que conducen a nuevos gobiernos. Y siempre emerge un equipo que la maneja y un hombre que se convierte en el símbolo del proceso. Las transiciones más significativas suceden cuando se pasa de la dictadura a la democracia, o viceversa.

En Venezuela ha habido varios procesos de transición que han definido el futuro inmediato. Veamos:

De Cipriano Castro a J. V. Gómez (Dictadura a Dictadura)

En abril de 1906 Castro abandonó temporalmente el ejercicio de la presidencia alegando motivos de salud. Dejó a Juan Vicente Gómez encargado. El ala castrista, fundamentalmente valenciana, solicitó a Castro que retomara a la presidencia porque su compadre Gómez quería sacarlo del poder. Luego Castro anunció su decisión de renunciar de manera definitiva. Intrigas y peines en los que no cayó Gómez, quien finalmente casi que le rogó a Castro que retomara su rol presidencial, tal como sucedió el 5 de julio. Este movimiento se denominó “La Aclamación”.

A finales de 1906 Castro enfermó seriamente, dejó la presidencia y se retiró a Macuto. Gómez quedó nuevamente encargado; pero ante los rumores de enfermedad definitiva aspiraban al cargo el Dr. Rafael Revenga, Secretario de la Presidencia y médico personal del presidente, y el general Francisco Linares Alcántara, hijo del expresidente y gobernador de Aragua. Castro es operado y vuelve a asumir la presidencia. El zamarro Gómez nuevamente salió ileso de tanta intriga de este movimiento, que fue denominado La Conjura.

Cuando Castro tuvo que irse a operar a Alemania, Gómez quedó otra vez encargado. Su zamarrería, aunada a la simpatía de Doña Zoila por el compadre ya que éste ni bebía ni acompañaba a Castro en sus parrandas llenas de mujeres y de aguardiente, hizo su efecto. Lo único que odiaba Gómez de su comadre era cuando ella le solicitaba que le capara un gato, porque “el compadre tiene manos de cirujano”. Él no era ningún capagatos, era el vicepresidente.

El acto final que convenció al Cabito fue cuando Gómez, haciendo rodar lágrimas por sus mejillas le pidió a su compadre que lo llevara con él a Alemania. Un Cabito enternecido tomó la decisión. Al despedirse le dijo a sus adláteres: hagan con Juan Vicente como si fuera yo.

Cuando Castro abordó el barco Guadalupe para cruzar el Atlántico, el golpe era un hecho. Nadie lo quería porque se había convertido en un dictador, además había roto relaciones con Estados Unidos, Colombia, Holanda y otros países. Gómez era esperanza de restablecer democracia.

Pero le hizo a su compadre y al país una oferta engañosa, porque se trataba que él apenas iba a cuidar el puesto, no a desplazarlo y menos quedarse por 27 años.

Tanto que se fajó Castro para seleccionar a alguien que le cuidara el coroto mientras se iba por un momentico a Alemania a operarse el riñón.

De J.V. Gómez a López Contreras (Dictadura a Democracia)

El Ministro de Guerra y Marina López Contreras no la tuvo fácil para suceder a Gómez. Su rival era el terrible Eustoquio Gómez, primo hermano del Taita. Pero López jugó mejor sus cartas. Por cierto Gómez a pesar de sus decenas de hijos no había preparado a ninguno para sucederlo. El otrora vicepresidente José Vicentico, tal vez implicado en su intento de asesinato cuando murió Juancho Gómez, ya había fallecido de una penosa enfermedad; y Ali, su hijo más querido, fue víctima de la gripe española en 1918. Dicen que nunca vieron llorar tanto al general Gómez

López resultó, en un período muy duro y a pesar de ciertos bemoles, un político que supo cumplir su rol de conducir al país hacia la democracia. Claro, en una etapa, porque los “chopo e piedra” y los tachirenses siguieron mandando mediante elecciones limitadas e indirectas. Su balance es muy positivo, fue un buen hombre de la transición.

De Rómulo Gallegos a Delgado Chalbaud y Pérez Jiménez (Democracia a Dictadura en dos actos)

Gallegos fue un gran escritor y un gran venezolano; pero dicen que le faltaba habilidad política. No supo salir de Pérez Jiménez, ni aplacar el militarismo. Para remate, el militar que más influenciaba en los cuarteles el apoyo a la democracia, Mario Vargas, enfermó de la entonces incurable tuberculosis. Además las habladurías sobre quién mandaba le hicieron desarrollar rivalidad con Rómulo Betancourt.

Pérez Jiménez dirigió el golpe y Delgado Chalbaud, quien a pesar de ser asimilado era el más antiguo, asumió el liderazgo. La verdad es que no estaba muy entusiasmado. Rómulo Gallegos lo consideraba como un hijo. Tal vez cuando el golpe hubiera podido decirle como César a Bruto: “¿Tú también hijo mío?”. En un arrebato ante la inminencia de su caída, el Maestro le ofreció unos latigazos en la cara durante una conversación telefónica.

Nadie defendió a los adecos luego del golpe. No se manifestó el más de 70% de apoyo popular que nueve meses antes habían obtenido en las elecciones. Caldera y Villalba, como si nada se apersonaron en Miraflores a conversar con el nuevo gobierno. Delgado Chalbaud prometía prontas elecciones.

Delgado fue un hombre de la transición que pisó en falso, porque Pérez Jiménez estaba claro en que no saldría del poder. El primer acto finalizó cuando Delgado insistía en hacer elecciones. Lo secuestraron y asesinaron en 1950. Pérez Jiménez quedó como el hombre fuerte y condujo al país hacia la dictadura. No hay que olvidar que el pueblo NO lo quería. Tuvo que hacer dos fraudes y torturar y matar a un gentío para permanecer el poder.

De Pérez Jiménez a Larrazábal (Dictadura a Democracia)

El almirante Wolfang Larrazábal era Director del Círculo Militar. Unos diez días antes de caer, Pérez Jiménez lo nombró Comandante de la Marina. El 23 de enero era el oficial más antiguo y quedó como Presidente de la Junta. No quiero ni imaginar las redes (si hubieran existido en aquella época) denigrando sobre el Almirante y planteando que ese era un hombre de confianza del régimen, que era el que le servía los güisquis al dictador, que con él en la Junta todo iba a quedar igual… pero la política es el arte de lo posible. Larrazábal resultó un gran hombre de la transición. Supo cumplir su rol. Cuando se lanzó de candidato presidencial dejó el gobierno para evitar habladurías y no abusar del poder en la campaña.

Tuve el placer de conocerlo. Me contó que se fue de Embajador a Canadá para tener tranquilidad económica. Y también cómo cuando sus compañeros de fuerza le incitaban a dar un golpe y quedarse con el poder, él les respondía: ¿o sea, ustedes me pusieron a aquí para sacar a un dictador y ahora quieren que yo me convierta en otro? Larrazábal, un hombre honesto, capaz y demócrata que supo cumplir su rol. Honor a su memoria.

2020 ¿Hora de transición?

Decíamos que las transiciones ocurren cuando los sistemas se agotan. Y Venezuela nunca había estado tan agotada.

Presenciamos la quiebra de Pdvsa, el desmantelamiento de las refinerías, el acabose de la CVP y del Guri, los apagones, la escasez de agua, la desaparición de las tarjetas de crédito, de los préstamos bancarios, de la agricultura, de la industria, la hiperinflación, el hambre, la diáspora, la creciente pobreza. Y por cierto, todo ello desde antes de las sanciones y el coronavirus. Vamos en la acelerada ruta a un ex país en medio de elecciones cuestionadas y una institucionalidad que deja mucho que desear.

La política tiene muchos bemoles. El futuro es incierto. Cuando pensábamos que tocábamos fondo, llegó coronavirus. Los tiempos de la política son diferentes a los tiempos de los hombres. ¿Qué hora marca su reloj?

 

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial…