Ene 31, 2022

IHS Markit: 350 millones de personas afectadas por cortes de energía

Los eventos climáticos extremos y el ritmo no sincronizado de la transición energética exacerban los desafíos de confiabilidad más antiguos. Los cortes de energía afectaron a 350 millones de personas, más del 4 % de la población mundial, el 2021 a medida que surgieron nuevos desafíos en el suministro de energía, además de los más tradicionales.

El informe, titulado ¿Estamos entrando en una era de crecientes interrupciones en el suministro de energía? por IHS Markit Global Power and Renewables, señala que los mercados de todo tipo son cada vez más propensos a sufrir grandes perturbaciones.

Algunas de las mayores interrupciones en el suministro de energía incluyeron regiones que han tenido un suministro relativamente confiable (apagones continuos y racionamiento de energía en China; crisis eléctrica de Winter Storm Uri en Texas), mientras que otras infligieron más estrés en los mercados con problemas existentes (apagón a nivel nacional en Pakistán; apagones en Sri Lanka).

“Si bien los desafíos del suministro de energía no son nuevos y las interrupciones del suministro de energía han afectado durante mucho tiempo a ciertas partes del mundo, están surgiendo nuevos desafíos y exacerbando los más antiguos.

“La falta de mantenimiento y la falta de inversión crónica en generación y activos de red en muchos mercados del mundo sigue siendo uno de los principales desafíos que causan la escasez de suministro de energía. Agregue a esa la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos y el ritmo no sincronizado de la transición energética, lo que aumenta el potencial para una nueva era de interrupciones del suministro de energía más frecuentes”.

– Rama Zakaria, associate director, global power and renewables, IHS Markit

Los nuevos desafíos, en particular los fenómenos meteorológicos extremos y el ritmo no sincronizado de la transición energética, aumentan el riesgo de interrupción, además de los desafíos más antiguos, como la falta de mantenimiento y la falta de inversión crónica en generación y activos de red en muchos mercados de todo el mundo, dicen en el informe.

Eventos meteorológicos extremos relacionados con el clima:

  • El cambio climático puede aumentar la dificultad de la previsión de la carga y el suministro, aumentando el riesgo de escasez de energía y afectando los precios mayoristas de la energía. La calibración y el rendimiento de los modelos de operadores de red pueden verse afectados por las condiciones que puede alterar el clima, como una mayor demanda de refrigeración o calefacción, voltajes operativos, niveles de frecuencia y flujos de transmisión.
  • Los eventos climáticos extremos, como las olas de frío y las sequías, pueden hacer que la infraestructura de energía que antes no estaba construida para ciertas condiciones climáticas sea mucho más susceptible a los cortes, lo que hace que los equipos de climatización sean cada vez más importantes.

En mercados hidroeléctricos como el sur de China y Brasil, el cambio climático puede afectar el suministro de energía hidroeléctrica y forzar el sistema. En la provincia de Guangdong, por ejemplo, la creciente demanda de energía, impulsada por el crecimiento económico y el clima cálido, y las importaciones hidroeléctricas menores a las esperadas debido a la sequía en el vecino suroeste de China, resultaron en una capacidad inadecuada en 2021. Brasil también enfrentaba la peor sequía en casi un siglo, aumentando su exposición a los crecientes precios mundiales del gas.

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Xizhou Zhou

“Las transiciones son intrínsecamente accidentadas y no son fáciles de manejar. La transición energética no es una excepción. Un ritmo de transición no sincronizado en diferentes partes de la cadena de valor puede crear desafíos y exponer los mercados energéticos a una mayor volatilidad.

“El suministro de combustibles fósiles sigue siendo la forma dominante de energía en la mayor parte del mundo. Si esa oferta se frena más rápido de lo que disminuye la demanda, y antes de que las tecnologías alternativas puedan llenar el vacío, pueden surgir deficiencias, lo que lleva a un aumento de los precios”.

– Xizhou Zhou, vice president and managing director, global power and renewables, IHS Markit

Ritmo no sincronizado de la transición energética a lo largo de la cadena de valor:

  • Suministro de combustible y generación de energía: con la crisis energética global de 2021, el suministro ajustado de gas y carbón frente a la creciente demanda posterior a COVID-19 resultó en un aumento vertiginoso de los precios de la energía en Europa y apagones escalonados en China. En el pasado, estos altos precios conducirían naturalmente a una mayor oferta de gas y carbón, pero la presión de la transición energética ha roto ese vínculo de mercado a medida que los inversionistas evitan nuevas inversiones en la producción de combustibles fósiles. Mientras tanto, la pandemia de COVID-19 había creado cuellos de botella en la cadena de suministro, exacerbando la situación e intensificando las volatilidades. De hecho, muchos mercados mayoristas de energía experimentaron importantes aumentos en los precios de la energía en 2021, mientras que las volatilidades intra anuales aumentaron significativamente.
  • Generación y transmisión de energía: además del suministro de combustible y la generación de energía, también existe un ritmo de transición no sincronizado en la infraestructura de generación y transmisión y distribución de energía. Este es cada vez más el caso de los recursos eólicos y solares que normalmente se encuentran más lejos de los centros de carga. Esto, a su vez, puede provocar cuellos de botella en la red y cortes en el suministro, lo que puede aumentar el riesgo de interrupciones del suministro eléctrico.
  • Mayor dependencia de fuentes intermitentes: la creciente participación de la generación eólica y solar viene con una mayor exposición a patrones climáticos y nuevas formas de variabilidad. Hoy en día, la generación térmica gestionable se suele utilizar para equilibrar la variabilidad de las energías renovables. Pero a medida que los sistemas de energía se descarbonicen, se necesitarán nuevas tecnologías firmes flexibles y libres de carbono, algunas de las cuales aún no están disponibles comercialmente. Las redes eléctricas también deberán evolucionar para facilitar la integración de mayores volúmenes de generación distribuida.

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