 Las sanciones a la industria petrolera impuestas en el año 2017, han causado un grave efecto en el capital humano que soporta a la industria petrolera desde el sector privado, afectando a toda la cadena de suministro y contratación, que es parte integral del éxito de esa industria.
La disponibilidad en el país de capital humano profesional y especializado en el área petrolera, comienza a disminuir en el año 2014 y a partir del 2017 la escasez se acelera notablemente.
En el año 2014, cuando Pdvsa y sus asociaciones comienzan a disminuir los pagos a contratistas y proveedores, se produce una automática reducción de personal en el sector petrolero privado conexo, debido a que los profesionales y técnicos fueron mantenidos en las compañías con una compensación laboral baja, motivado a la afectación del flujo de caja. Muchos profesionales permanecían en nómina a la espera de una reactivación o bien fueron retirados por la imposibilidad de pagarles. El encarecimiento del costo de vida fue disminuyendo la capacidad adquisitiva de los profesionales y esto conllevó a la búsqueda de oportunidades de trabajo en otros países.
Desde el año 2017 en adelante, se multiplica el problema del recurso humano en la industria, con la imposición de las sanciones a Pdvsa por parte de Estados Unidos. El efecto sobre el sector petrolero privado ha sido devastador. Partes, piezas, repuestos, equipos y materiales, están sujetos a las sanciones en forma global.
Un fabricante en Estados Unidos de productos o materiales de uso en la industria petrolera, no puede ofrecer sus productos a Venezuela y otros países se abstendrán de vender sus productos a empresas nacionales, ya que se puede complicar severamente su relación con la banca o su relación comercial con Estados Unidos y con otros bloques comerciales del mundo. Muchas empresas locales dependen de su relación con empresas extranjeras y las sanciones las impactan negativamente, ocasionando que proveedores y contratistas venezolanos cierren o reduzcan aún más su actividad, complicando la situación del recurso humano.
El profesional petrolero en Venezuela fue entrenado durante décadas. En muchas labores de la industria, los conocimientos pasan de las personas más experimentadas, a los que tienen menos experiencia y se requieren años de aprendizaje, para que muchas de las actividades laborales y de ingeniería, sean efectuadas con la precisión y experticia requerida. La calidad del profesional petrolero venezolano fue siempre de primera y en otros países no perdieron la oportunidad de recibir a nuestros connacionales con los brazos abiertos.
Muchos de estos profesionales venezolanos, actualmente residen en otros países, donde la capacidad de mejorar su calidad de vida presenta un futuro cierto para ellos, mediante una mejor compensación económica y el acceso a líneas de crédito, por ejemplo, para comprar casa o vehículo, lógicas aspiraciones de todo profesional. Tal vez sea muy difícil hacer que retornen a nuestro país quienes han conseguido buenas oportunidades y sin duda se necesitará un enorme esfuerzo para entrenar a las próximas generaciones en las especialidades requeridas, pero sí se logrará, en la Cámara Petrolera estamos trabajando para que así sea.
Las sanciones deben ser revaluadas como mecanismo para forzar cambios, porque han producido una serie de daños colaterales severos al sector privado, incluyendo la fuga de capital humano, que aún cuando se inició como consecuencia de la falta de pago oportuno por parte de Pdvsa, se potenció con unas sanciones cuyo objetivo está siendo otro distinto al inicialmente concebido. |
