Cambios requeridos para reactivar la industria petrolera nacional
Por: José Gregorio Tovar Silva, Mg Sc UTOK


Cuando se comenzó la explotación comercial de petróleo en Venezuela, el gobierno de turno dejó en manos de las compañías extranjeras el relacionamiento Estado-Industria. Famosa es la conseja que se impuso: “como ellos saben de eso, que ellos hagan las leyes”. Las compañías extranjeras diseñaron el marco referencial y regulatorio de la exploración, producción, más tarde refinación, y la comercialización. El Estado venezolano introdujo y avanzó en lo referente al régimen impositivo, pero no creó una industria periférica que supliera lo que necesitaba esa industria, lo que se satisfizo con la importación de insumos y servicios. Ese modelo se ha mantenido post nacionalización y creación de PDVSA. Tenemos un modelo PDVSA-céntrico.

El Pueblo es el dueño de las riquezas del subsuelo, como lo proclamó Bolívar en Quito, el 24 de octubre de 1829. Y el representante legal del dueño es el Gobierno Nacional, cuyo ente encargado de la administración del bien es el Ministerio hoy denominado del Poder Popular del Petróleo (MPPP), y es quien debe elaborar los casos de negocio, cuantificar los dividendos de esos negocios y entregar al Pueblo, a través del Gobierno, la riqueza generada. Hay que crear un modelo Estado-céntrico.

Venezuela, como dueña del bien, puede tener una compañía nacional, en este caso PDVSA, que recibe la asignación de proyectos, cumplir la programación acordada y generar recursos para satisfacer las necesidades sociales. Pero el modelo debe permitir también la conformación de empresas mixtas y privadas, como se contempla en nuestra Constitución, que permita y garantice el sano flujo de capitales de inversión y la repartición de beneficios para las partes.

En los proyectos de hidrocarburos se produce líquidos y gases, agua y desechos. Los primeros son monetizables; los segundos deben canalizarse y valorizarse: por tanto, un marco regulatorio y tributario justo debe sincerarse y compensar los flujos de capitales entre inversión y beneficios, que permita la viabilidad del emprendimientos. Hay que derogar las leyes actuales y crear un marco regulatorio operativo y tributario único, adecuado y equitativo para el inversor-operador y la Nación.

Finalmente, debe desarrollarse una industria periférica de insumos y servicios, que supla los insumos para realizar el aprovechamiento del bien. Ahí entra las universidades, las iniciativas privadas, públicas y comunales, en investigación, fabricación de insumos y servicios. Hay que fomentar una economía que genere tecnologías, insumos y servicios, para impulsar el desarrollo local y colectivo, donde el sujeto activo-creativo sea el talento nacional, que tenemos en abundancia.

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José Gregorio Tovar Silva. Ingeniero de Petróleo (Universidad de Oriente-1977, Ve), Mg Sc en Perforación de Pozos (Universidad de Tulsa-1991, OK). Experiencia en operaciones e investigación en Construcción de Pozos de hidrocarburos. Ha trabajado en Venezuela, EE.UU, Francia, Noruega, Argentina, China, Canadá, Cuba, Perú, Ecuador y Bolivia en la dirección de proyectos de planificación, operación y administración de empresas petroleras. Fue Coordinador Regional de la Misión Ribas en el Estado Sucre. Actualmente es profesor en la cátedra Construcción de Pozos en la Universidad de los Hidrocarburos de Venezuela (UVH), Presidente de ToBoGarQ Proyectos, miembro de la Mesa de Patrimonio del Estado Anzoátegui (Venezuela), y es asesor, en libre ejercicio de la Ingeniería, para compañías privadas y públicas en las áreas de planificación y técnicas de operaciones industriales. Jubilado de PDVSA (donde estuvo 41 años activo).