Jul 06, 2023

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PALOMO, EL CABALLO BLANCO DE BOLÍVAR

Rafael Gallegos


                  

A finales de 1814, el Libertador tomó militarmente Bogotá, en una acción que generó la unificación de la Nueva Granada. Por ese tiempo, pasó por la población de Santa Rosa de Viterbo (hoy Boyacá), a unos 200 kilómetros de Bogotá. Observó en un corral a una hermosa yegua blanca, y la pidió para sí. La dueña de la yegua, una maestra y hacendada llamada Casilda Zafra, le dijo a Bolívar que no podía entregársela porque estaba preñada y “está destinada a parir un caballo que pertenecerá a un gran general”.

EL SUEÑO DE CASILDA ZAFRA

La maestra, una mujer joven y hermosa que según las lenguas del pueblo tenía dotes adivinatorias, le explicó a Bolívar que había soñado que esa yegua paría un potro muy bello y muy blanco que, montado por un gran general iba a ganar muchas batallas en muchos países. Bolívar le respondió, que ese mismo era su sueño. Tal vez pensando que él podría ser ese general, siguió su camino.

LA VIRGEN DE LA LIBERTAD

Cinco años después el Libertador remontó el Páramo de Pisba. Quería sorprender al ejercito español al entrar a la Nueva Granada… y lo logró. Nadie en sus cabales imaginaba que el ejército patriota llegaría por Pisba. El mismo Páez le huyó al paso con la excusa de que distraería a las tropas españolas por Cúcuta, y ni siquiera se apareció por allá. Se quedó en su llano. Eso sí, dejó en el sitio a muchos llaneros que descalzos, desprovistos de vestimenta adecuada, tiritando de frío y deslumbrados por las altas montañas, acometieron el paso de Pisba, muriendo muchos en el ascenso. Luego los llaneros sobrevivientes al mando de Rondón el de “salve usted la patria”, decidieron la batalla de Pantano de Vargas.

Días antes de esa batalla, cuando Bolívar y su tropa pasaron la noche en Tutazá, el Libertador se dirigió a la iglesia del pueblo y le rezó a la Virgen del Rosario.

Cuenta la leyenda, que cuando la batalla del Pantano de Vargas estaba casi perdida, el Libertador, que no recordaba la advocación de la Virgen de Tutazá, rezó: “Virgen de allá donde hacen los tiestecitos, échanos una mano” …   y que en ese momento la montaña se llenó de neblina y los soldados españoles confundidos se mataban entre ellos.

A partir de allí, la Virgen de la iglesia de Tutazá pasó a ser conocida como la Virgen de los Tiestecitos y también como la Virgen de la Libertad.

PALOMO

La primera parte del sueño de Casilda se cumplió. Su yegua parió un hermoso caballo blanco como un copo de nieve, con mucha prestancia, de gran alzada y una gigantesca cola. Cuando Casilda recibió el mensaje ¿Divino?… que el general de sueño era el que había pasado años ha por su finca y que había regresado a luchar por la libertad, no dudó un instante enviarle su caballo blanco.

Ante tamaño regalo, el Libertador se emocionó. Dicen que de inmediato se generó una gran química amo – caballo. Que éste se alebrestaba con su voz y hasta cuando sentía sus pisadas. El Libertador lo bautizó Palomo y fue su corcel preferido. Con él estuvo en las batallas del Pantano de Vargas, Boyacá, Carabobo, Bomboná y Junín.

Y con Palomo hizo Simón Bolívar sus entradas triunfales en Bogotá, donde se enamoró perdidamente de Bernardina Ibáñez, bella bogotana de su comité de recepción; en Caracas luego de Carabobo, y en Quito, donde comenzó sus tormentosos amores con Manuelita Sáenz.

Las malas lenguas decían que Bolívar era pavoso. Antes de la subida al Páramo de Pisba hubo un grupo de oficiales que intentó deponerlo aduciendo la mala suerte que lo perseguía, que se agudizaba por la temeraria acción que proyectaba para Pisba. Y es que realmente, el Libertador perdió la mitad de sus batallas. Sin embargo, tenía mucha fe en Palomo, decía que éste le traía suerte. Y la verdad es que el caballo quedó invicto, se ganaron todas las batallas donde hizo acto de presencia.

En Carabobo, Bolívar estuvo con su caballo Palomo y a su perro Nevado, un mucuchíes llamado así porque tenía la cabeza como un copo de nieve. Nevado fue a la batalla en una cesta, se escapó y recibió un lanzazo. Tulio Febres Cordero en su relato afirma que luego de la batalla, Bolívar asomó una lágrima a su rostro, por la muerte de su perro.

LUEGO DE JUNÍN

La última batalla de Palomo fue Junín. Allí le confirmó a Bolívar su condición de amuleto. Cuando el Libertador huía derrotado de la batalla, lo alcanzaron para explicarle que los resultados se habían revertido. Dicen que el Libertador no creía, que costó convencerlo que regresara al campo de batalla a celebrar su triunfo.

Sucedió que el mayor peruano José Andrés Rázuri, había desobedecido una orden de retirada y engaño a su jefe inmediato Isidoro Borges (bisabuelo del gran escritor Jorge Luis Borges), para que ordenara lanzar contra el enemigo al heroico batallón “Húsares del Perú”, que -sorpresivamente- logró la victoria.

“La batalla de lanzas en la que no resonó un solo tiro”. Recordaría Borges en un poema dedicado a su heroico bisabuelo, en el que también expresaría:

… “para él había florecido esa rosa

    la encarnada Batalla de Junín, el instante infinito

    en que las lanzas se tocaron” …

Y DESPUÉS…

Hay dos versiones acerca del final de Palomo. Una es que Bolívar se lo regaló al general peruano Andrés de Santa Cruz, y murió en Perú.

La otra versión es que murió en un poblado cercano a Cali llamado Mulalá. Allí, en la plaza y bajo un samán más que centenario, está su tumba. La lápida reza que Palomo murió el 17 de diciembre de 1840… a los diez años exactos de la muerte del Libertador. Tal vez y solo tal vez, Bolívar recibió a Palomo en el más allá con el inmenso cariño de siempre. Quién quita que lo haya pedido a los cielos para celebrar sus primeros diez años en a eternidad.

PD: Bolívar tuvo muchos caballos. Y muchas mulas, tantas que mi inolvidable padre, Rafael Gallegos Ortiz decía que Bolívar no había sido tanto un hombre “de a caballo”, como un hombre “de a mula”. Lo cierto es que el Libertador recorrió miles de kilómetros sobre una silla de montar. América Latina para arriba y para abajo. Por algo lo motearon “culo de hierro”.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.

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