Sep 27, 2021

Blog 509

EL DEBATE DE MADURO VERSUS…

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Excelente que Nicolás Maduro haya retado a dos presidentes latinoamericanos a debatir acerca de democracia y otros temas vitales. Es hora que el gobierno abandone tanto soliloquio. Que deje de hablar y contestarse el mismo. De hablar solo, como si a lo Antonio Machado pudieran referir:

… -quien habla solo espera hablar a Dios un día-

mi soliloquio es plática con este buen amigo…

La verdad es que contrario al gran poeta, el soliloquio aleja al gobierno de Dios, y a los venezolanos nos ha llevado a las propias puertas del infierno, a conversar con el can Cerbero, para pedirle cita con el mismísimo demonio.

EL GUANTE NO RECOGIDO POR CHÁVEZ

Es positivo que Maduro recoja el guante que no quiso recoger Hugo Chávez cuando Mario Vargas Llosa lo retó a debatir acerca de la situación de Venezuela.

Tal vez el “gigante” reflexionó que en tamaño debate que no tenía nada que ganar; pero sí mucho que perder. Tal vez le dio miedo (válido) a un KO por cruzar ideas con un intelectual de la talla del gran escritor. O lo más probable, Chávez estaba consciente de la destrucción (estratégica) que él estaba provocando en Venezuela, y que no podría defender lo indefendible ante un rival como Mario Vargas Llosa.

Y con esa gran viveza que lo caracterizó, el presidente rehuyó al debate aduciendo que apenas era un humilde arañero. Algo así como que un doctor diga que no puede operar a un paciente porque apenas es un humilde camillero.

Hoy Maduro supera a su maestro y no solo recoge guantes, sino que los tira a los presidentes de Paraguay y Uruguay.

EL DEBATE KENNEDY – NIXON, O EL TRIUNFO DE LA IMAGEN

En 1960 los candidatos presidenciales John Kennedy y Richard Nixon hicieron el primer debate por televisión de que se tenga memoria.  Nixon había sido durante ocho años vicepresidente de Estados Unidos, y la experiencia de Kennedy se limitaba al congreso primero como representante, y luego como senador.

Kennedy era buenmozo, proyectaba una imagen juvenil, sonreía y hablaba muy bien. Nixon, muy serio, adusto, huraño y desabrido. Contrastaba con la innovadora imagen de su contendor.

Para remate, mientras Nixon no se quiso maquillar antes del debate, Kennedy, asesorado por su padre que estaba clarito con el poder de la imagen televisiva, se maquilló sin limitantes (no hay que olvidar que esto sucedió hace más de sesenta años).

Nixon, apenas cuatro años mayor que Kennedy, parecía un individuo de una generación anterior. Se veía más cerca del desgastado y multi infartado Eisenhower, que de su juvenil rival.

¿Quién ganó el debate? Depende. Las encuestas reflejaron que Nixon ganó entre los que lo oyeron por radio, y Kennedy… entre los televidentes. Un triunfo de la imagen.

Tal vez Nixon luego de esa derrota pensó: “si me hubiera maquillado”. O se habría recriminado: “¿por qué no reí yo?”

Porque perdió la presidencia de Estados Unidos por mínima diferencia.

EL DEBATE PÉREZ ALFONZO – USLAR PIETRI. UN TRIUNFO DE LA IDEA

Sucedió en 1964. Un lujo. Por si fuera poco, moderado por Carlos Rangel. Se trataron temas trascendentes. Sí más concesiones o No más concesiones. La participación del Estado en el negocio petróleo. Los límites de la inversión en Venezuela de los dividendos del petróleo.

Ideas que todavía se discuten en Venezuela respecto al desarrollo de la industria petrolera y su impacto en el país.

¿Quién ganó? Seguramente los dos contendores. Pero sobre todo fue un triunfo de Venezuela. Más que la imagen, privó la idea.

DEBATE MADURO VERSUS LOS PRESIDENTES

Están retados Mario Abdo Benítez, o Luís Lacalle Pou. Sería muy interesante que aceptaran. Y argumentaran acerca si Venezuela es o no democrática, o los niveles de autocracia del régimen, o los motivos que alegan para el no reconocimiento de Maduro …

Que quede claro, no para buscar culpables y subir o bajar el dedo como si estuviéramos en el coliseo romano, sino para facilitar la búsqueda de soluciones.

DEBATE MADURO VERSUS LOS OPOSITORES VENEZOLANOS

Pero aprovechando la onda de los debates, quisiéramos tirarle el guante a Maduro para que invite a debatir a los dirigentes de la oposición venezolana.

Bienvenido ese debate, porque los venezolanos tenemos derecho a oír argumentos en pro y en contra del desastre en que se ha convertido Venezuela, más allá de las nimias excusas de bloqueos, sanciones o terrorismo que exponen los soliloquios del gobierno.

Los venezolanos tenemos derecho a cotejar argumentos a favor y en contra del porqué de los presos políticos, de los políticos y partidos inhabilitados, de la hiperinflación, de los sueldos y pensiones más bajos del mundo, del decrecimiento del PIB por tantos años, de la desnutrición, de la pobreza, de la monumental quiebra de Pdvsa, de las deficiencias en electricidad, agua, teléfono, internet…

Cualquiera de los principales líderes opositores estaría encantado de recoger el guante, y los venezolanos podríamos observar si este desastre es inducido por el imperio…  o la consecuencia de la estrategia de destrucción made in La Habana.

¿Se atreverá? ¿O imitará a su maestro?

La verdad es que parece un delirio pensar en un debate de esta naturaleza en medio del soliloquio gubernamental que forma parte de la llamada hegemonía comunicacional.

Un sueño pensar que puedan debatir cuando ni siquiera cumplen con las fechas de negociación en México. Porque el soliloquio… es estratégico.

Pero es imperativo forzar todas las formas de diálogo. Venezuela no aguanta.

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Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!

Esta columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21, así como en la revista Petroleum.

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