Mar 23, 2023
Antes de comenzar a hablar del petroleo
“…Hasta ahora son las élites políticas y económicas las que han controlado al Estado y por tanto han dispuesto del petróleo con infinidad de vicios, comenzando por el clientelismo, que no es otra cosa que darles prioridad a sus seguidores en detrimento del resto de la población…”
Jorge Puigbó
La tierra, superficialmente o en su profundidad, es la principal fuente de riqueza, si no la única, para el ser humano. Asimismo, debido a su importancia vital, es y ha sido, la causa primordial de desavenencias políticas y enfrentamientos, no existe ninguna duda. Las ideas conceptuales acerca de la explotación y apropiación de los bienes que contiene, condujeron a la creación de diversas formas y normas, para controlarlas, así como propiciaron las ideologías que trataron y tratan de justificar esas diferentes actitudes, debido a ello surgieron un conjunto de acciones a través del tiempo que dieron lugar a la apropiación, control o intervención, por imposición o por cesión, de los derechos de propiedad de tierras y subsuelos. Sin entrar mucho en detalles fueron las monarquías absolutas en primer lugar, con su inmenso poder, quienes decretaron para sí el derecho de propiedad de la tierra y sus riquezas. Como resultado de todo un largo proceso político que buscó ponerle coto a los poderes sin límites de reyes, emperadores y príncipes, se creó la figura del estado moderno, una entelequia, una personificación jurídica de una nación que, por delegación del pueblo asume la administración, el gobierno y la soberanía del territorio, rigiéndose por un conjunto de normas establecidas en un documento que se denominó Constitución, el cual para poder obtener legitimidad debía ser aprobado por toda la población. Existe una cuestión previa, la cual hay que aclarar muy bien, porque pareciera que, a determinados partidos o políticos, les encanta confundir y fundir dos entidades en una sola: Estado y Gobierno, conceptos que nunca serán sinónimos. El gobierno es la organización del Estado para la administración de los recursos y velar por la población, mediante la división de poderes, con la cualidad esencial de ser renovable, por tanto, temporal. El Estado, al contrario, es inmutable, salvo que se reforme la Constitución, el Contrato Social. Hasta ahora son las élites políticas y económicas las que han controlado al Estado y por tanto han dispuesto del petróleo con infinidad de vicios, comenzando por el clientelismo, que no es otra cosa que darles prioridad a sus seguidores en detrimento del resto de la población.
Puede ser que algunos lo consideran innecesario, y hasta fastidioso, la repetición de explicaciones que son básicas para entender determinada materia, pero cuando se trata de llevar conocimiento de forma pedagógica a un conglomerado, es relevante el insistir en el conocimiento de términos fundamentales.
Cómo riquezas se denominan a un conjunto de cosas, materias, en fin, elementos que de una u otra forma contribuyen al progreso y bienestar de la humanidad, petróleo, hierro, tierras, o le son apetecibles por razones estéticas, placenteras o por su escasez, como el oro o los diamantes, lo primero que intuimos es que, quien las controle tendrá un gran poder sobre la población, de Perogrullo, por tanto, las soluciones políticas que se impusieron en los diferentes países, difirieron enormemente, tanto en su ejecución, como en sus objetivos, creando a la final diferentes resultados en las sociedades.
En resumidas cuentas y para no entrar en detalles históricos y legales que harían interminable el artículo, podemos decir que existen en líneas generales dos tipos de regímenes para el subsuelo. En los Estados Unidos y otros, priva el principio de la unidad por el cual el propietario de la superficie lo es también del subsuelo, impulsó esta solución el concepto de libertad, democracia y sobre todo el de la propiedad de la tierra. En el caso de Venezuela las riquezas del subsuelo siempre han sido señaladas como del pueblo, de la nación, pero reservada su explotación y administración para el Estado quien dispone de ellas, no existe la posibilidad de que el dueño de unas tierras se haga de su control y disposición, es una herencia del derecho hispánico, la Corona era la dueña de todas las riquezas y tierras. Los diferentes nombres y matices conducen al mismo fin, llámense reserva legal o dominio inminente, o propiedad de los recursos por el Estado, al final producen en América Latina, un régimen dual en el derecho de propiedad de la tierra, o por lo menos lo menoscaba, o reglamenta, esto es un hecho cumplido del cual debemos partir para reconstruir la industria petrolera. Escritos y análisis sobran, sus autores son venezolanos capaces, con grandes conocimientos acerca de la industria petrolera, uno de ellos se denomina “El Petróleo como Instrumento del Progreso: Una Nueva Relación Ciudadano-Estado-Petróleo”, editado por IESA en el 2012, y cuyos autores son Pedro Luis Rodríguez Sosa y Luis Roberto Rodríguez Pardo. Esta obra presenta un nuevo enfoque, uno más acorde con la prédica, busca el método o la forma de que, la explotación de los recursos petroleros se traduzca realmente en un medio para el progreso de los venezolanos y no en la caja chica del gobierno de turno. Copio, sobre el contenido del libro el siguiente comentario del amigo, excelente economista y profesor, José Guerra: «El libro de Pedro Luis Rodríguez y Luis Roberto Rodríguez es uno de los mejores que se ha escrito en Venezuela sobre el tema del petróleo. No solamente analiza los problemas que giran en torno a la naturaleza de ese recurso natural y sus efectos en la economía sino también se adentra en propuestas para resolver uno de los asuntos cardinales de Venezuela: el uso de los recursos del petróleo. Este tema no es uno cualquiera. Allí, creo yo, reside una de las transformaciones más importantes y a la vez pendientes para la política económica y la institucionalidad del país. Lo que hemos aprendido en los últimos diez años es que ningún gobierno, por bien intencionado que sea, debe manejar los recursos que se derivan del petróleo de manera discrecional porque ello fortalece las tendencias autoritarias y personalistas. De allí la proposición de establecer el Fondo Patrimonial de los Venezolanos, como mecanismo para empoderar a los ciudadanos y acercarlos de forma directa al usufructo de una riqueza perecedera». Creemos que todo está dicho y los análisis realizados, faltaría entonces una propuesta que los contenga, discutirla y presentarla a la ciudadanía. Para concluir cito unas palabras del profesor y economista Antonio Paiva que creo son lógicas, acertadas y con las cuales coincidimos: “Debemos analizar los problemas de manera racional, no bajo ideologías empobrecedoras. El debate sobre el petróleo debe deslastrarse de dogmatismos y, sobre todo, de resabios izquierdosos, nacionalismos y de mucho antiimperialismo insensato. Tal vez porque nuestras universidades estuvieron bajo esos mantos ideológicos, a los economistas nos cuesta analizar con racionalidad económica los problemas del país”.
El petróleo en Venezuela es de los venezolanos, se le deberá conceder a quien tenga capacidad y pueda administrar mejor su extracción, hay que ser objetivos. PDVSA está arruinada y el estado venezolano no posee, ni marco legal, ni capital, ni tecnología, ni mano de obra calificada para acometer el rescate de la Industria Petrolera. Los expertos dirán.
Jorge Puigbó