Jun 20, 2023

Las Reservas y Producción de Gas en Colombia

El Gobierno de Colombia quiere implantar la política de no más derechos para la exploración y producción de hidrocarburos, lo que para algunos representaría poner en riesgo la seguridad energética del país.

Por Jesús M. Aboud


 

Para soportar esta política, la ANH recientemente publicó la base de recursos para el cierre del 2021, donde se incluyeron todas las categorías de reservas y recursos contingentes reportados por las empresas operadoras y estimadas por sus respectivas empresas certificadoras.

Durante semanas se generó una discusión en los ámbitos político y técnico de los hidrocarburos, sobre la suficiencia de esos recursos para garantizar el suministro energético en el futuro. Este tema es de importancia para Venezuela por cuanto ante la relativa alta probabilidad de que Colombia no pueda satisfacer su mercado de gas, Venezuela será la mejor de las opciones para importarlo, y ciertamente, ese mercado es muy atractivo por las razones de precios y cercanía geográfica. El resumen de esa base de recursos para el caso del gas es mostrado con la Tabla 1.

Las reservas probadas de tan solo 2.817 Gpc es el nivel histórico más bajo de Colombia. En el informe destacan el indicador de la relación Reservas/Producción (R/P) de 7,2 años como adecuado. Este es calculado con base a los 392 Gpc reportados como producción comercializada. El mensaje oficial fue que la situación no reviste gravedad por cuanto existe la holgura dada por los demás volúmenes gas de las otras categorías de reservas y recursos contingentes.

El indicador estático de Reservas/Producción (R/P) pudiera no ser adecuado para medir el tiempo de duración de las reservas, especialmente cuando el mismo es de solo siete (7) años, tiempo corto cuando se compara con la duración del ciclo completo de exploración-desarrollo-producción. Un inconveniente con este indicador es que no considera debidamente la declinación y desprecia el hecho de que no se puede producir todas las reservas antes de llegado el tiempo de la R/P y que una gran parte se producirá después de ese punto, originándose en consecuencia, un déficit entre producción y demanda más temprano de lo que la R/P indica. Es decir, si no hubiera incorporación de reservas probadas y nueva capacidad de producción de gas, antes de los siete años, en Colombia la producción no bastaría para satisfacer el nivel de demanda actual.

La producción fiscalizada de gas de Colombia (Figura 1) ha bajado de unos 2.040 MMpcd en enero del 2020 hasta 1.640 MMpcd para febrero del 2023. De manera que en el 2022 se produjeron 604 Gpc y se comercializaron 392 Gpc. Calcular la relación R/P con base al volumen comercializado tendría sentido solo si no existieran pérdidas y mermas en los procesos de producción y procesamiento y que todo el resto del volumen no comercializado estuviese siendo inyectado para futura recuperación. De los 604 Gpc producidos, 142 Gpc fueron inyectados, de manera que la relación R/P debería ser calculada con la diferencia entre esas dos cifras, es decir 462 Gpc, lo cual resultaría en una relación R/P de 6,1 años.

El desglose de la producción de gas según las provincias geológicas indica la importancia relativa del Piedemonte, donde se ubican los campos conocidos como Cusiana, Cupiagua y Pauto, y donde el esquema de explotación ha sido principalmente la inyección de gas para recuperación secundaria. La segunda fuente de gas es el Valle Inferior de Magdalena, donde a pesar de los numerosos descubrimientos en el mejor “play” exploratorio del momento, el crecimiento no ha sido suficiente para compensar la caída de la producción en el Piedemonte y Costa Afuera.

La producción histórica de las principales fuentes de gas natural del país, el piedemonte y costa afuera, (Figura 2), indica claramente que esos campos entraron en sus etapas de declinación en el 2005 y el 2013, para el Piedemonte y Chuchupa-Ballena respectivamente. En la gráfica se aprecia el periodo durante el cual se exportaron 0,45 Gpc de gas a Venezuela, provenientes de Chuchupa-Ballena.

Los recursos contingentes se estiman en 4.222 Gpc, de los cuales 2.878 Gpc, una cantidad similar a las reservas probadas, se encuentran en costa afuera. Se entiende que actualmente Ecopetrol y sus socios, están evaluando la factibilidad del desarrollo de esos recursos. La decisión final sobre inversión en todo caso dependerá de la economicidad de esos proyectos, y la probabilidad de que el desarrollo prospere no es la más alta dado los relativos bajos volúmenes de recursos y el hecho de que se encuentran en aguas profundas, en el orden de los 2.400 metros de agua.

La inyección de gas en Colombia ocurre principalmente en los campos del Piedemonte (Figura 3). Para finales del 2022 la producción e inyección de gas se han reducido a los 1.000 MMpcd y 300 MMpcd respectivamente. Ese volumen inyectado podría disponerse para el mercado en una situación de necesidad, pero siempre en detrimento del recobro de los líquidos y de la vida de esos campos.

A pesar de que un debido análisis del balance entre oferta y demanda de gas debe hacerse con base a la producción de gas estimada a lo largo del tiempo, se ha hecho un ejercicio de cálculo del indicador R/P, pero aplicando una probabilidad de ocurrencia a las diferentes categorías de los recursos (Tabla 2). Para ello se asume un nivel de inyección en el Piedemonte como el actual y un mercado sin crecimiento de 392 Gpc anuales. Las reservas probadas tendrían una vida estática de 5 años y con la consideración de las reservas probables y posibles, y los recursos contingentes 2C, la vida estática se extendería hasta los 8.3 años.

La base de recursos publicada por la ANH pareciera indicar que Colombia necesitará descubrimientos y desarrollos de nuevas fuentes de gas, o de la importación desde Venezuela. En ambos casos se requieren acciones con la debida antelación para evitar una situación de crisis.

Un último aspecto por mencionar es sobre la premisa de un consumo de gas sin crecimiento. La Figura 4 ilustra el consumo de energía eléctrica por habitante para algunos países. La ubicación relativa de Colombia y Venezuela, por debajo del promedio mundial, es un indicativo de lo que se puede aspirar para mejorar la calidad de vida de 50 millones de personas o para aumentar el nivel de desarrollo industrial y con ello el tamaño de la economía y el bienestar de todos.

En conclusión, la información sobre la situación de las reservas y la capacidad de producción de gas en Colombia permite predecir con alta certidumbre que en un futuro cercano habrá la necesidad de importar gas para satisfacer la demanda interna del país. Para los productores de gas en Venezuela esa sería una buena oportunidad de negocio por cuanto se trata de un mercado con precios atractivos y de relativo fácil acceso.