US$ 60 mil millones para reconstruir a Venezuela


 

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Jorge Zajia

Jorge Zajia | Editor in Chief

Recientemente el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven T. Mnuchin, se dirigió a la opinión pública para informar al mundo el resultado de la quinta reunión de ministros de finanzas, convocada para “…hablar sobre la grave situación económica y humanitaria de Venezuela”. En esa reunión participaron, entre otros países, los funcionarios de Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, Guatemala, Guyana, Italia, Japón, México, Panamá, Perú, Portugal y el Reino Unido; cuya gran mayoría forma parte de los casi 60 países que hasta ahora han reconocido a Juan Guaidó como Presidente legítimo de la República de Venezuela.

En reuniones anteriores, los ministros habían examinado y repasado lo que hoy todo el mundo conoce (incluyendo a Rusia y China, que se niegan a aceptar la realidad de ese país, motivados por mesquinos intereses geopolíticos, más que económicos y humanitarios), y es la desviación de cuantiosos recursos económicos de la rica nación petrolera, que fueron a parar a los bolsillos de funcionarios y empresarios viles y codiciosos. En esta reunión, los ministros, en base al conocimiento de esa realidad, se avocaron a discutir los planes futuros para el inmediato apoyo económico a Venezuela, orientado a estabilizar su sistema financiero, estimular su crecimiento económico y erradicar de raíz la corrupción.

Esos funcionarios son personas que conocen muy bien cómo las naciones reaccionan después de procesos severos de destrucción, que arrasan con toda su infraestructura institucional y física. A lo largo de la historia son muchos los pueblos que han renacido con fuerza de su ruina y se han levantado con fuerza hacia el progreso y la prosperidad. Por eso Mnuchin fue

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directo al grano sin temor a equivocarse y habló que están dispuestos a realizar un aporte inicial de US$ 10 mil millones, sin precisar que países, para iniciar el rescate de ese rico país. Otros voceros que interpretan las intenciones de los organismos multilaterales, tales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el mismo Fondo Monetario Internacional, aseguran que una primera etapa los fondos destinados para coadyuvar a la reconstrucción de Venezuela rondan los US$ 60 mil millones.

Venezuela tiene todas las condiciones naturales para multiplicar con creces la ayuda que reciba, en virtud de sus múltiples y variadas riquezas naturales y cuenta con la formidable palanca de sus reservas y las facilidades de producción de petróleo y gas para apuntalar su estrategia de reconstrucción y crecimiento económico. El conocimiento y la cultura petrolera de Venezuela ha sido forjada como el temple del acero, por más de 100 años de explotación de los hidrocarburos, son la mejor garantía de que su industria rápidamente va a dar los beneficios por todos esperados.

Lo anterior lo saben los hombres de negocios que andan ávidos de oportunidades para realizar lo que más le gusta que son buenas y productivas inversiones y Venezuela ciertamente ofrece hoy la mejor opción para invertir en la explotación petrolera; pero también en todas las áreas del desarrollo: infraestructura, servicios, comunicaciones, agricultura, ganadería y pesca, turismo, industria pesada; porque además de hidrocarburos, agua y suelos fértiles, esta Tierra de Gracia posee importantes reservas recuperables de carbón, hierro, bauxita, coltán, uranio, oro y diamantes… hasta la inexplotadas minas de níquel, en Niquitao que pertenecieron a El Libertador Simón Bolívar.

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