Reflexión: Petróleo y Pandemia

Por: Nelson Hernández


 

Los humanos que hoy habitamos la tierra, no habíamos pasado una crisis de sobrevivencia  como especie, desde la pandemia de la “gripe española (1919 – 1920)”, como la que estamos viviendo con el virus COVID-19. La globalización ha permitido la rápida expansión del virus, y una de la forma de contrarrestarla  ha sido la reducción del libre tránsito colectivo e individual de los seres humanos. Es decir, la cuarentena.

Lógicamente, la cuarentena ha afectado nuestros hábitos en todos los sentidos: social, económico y político. Por ende, está implícita la energía en esa afectación, y sobre todo la que mueve al mundo como es el petróleo. La reducción de movilidad ha originado un quiebre en el mercado global del petróleo, representado por una sobreoferta del orden de los 20 MBD, y subiendo[1], con respecto a una demanda – oferta en equilibrio de 100 MBD. En otras palabras, un estancamiento y caída drástica de la demanda.

Esta sobreoferta, ha originado un colapso en la capacidad de almacenamiento, lo cual conlleva a una reducción de la oferta, acción  no muy atractiva para los productores por las implicaciones técnicas y económicas que esto representa, actual y a futuro. Es de destacar, que muchas refinerías, ya se encuentran operando a un 75 % de su capacidad.

[1] Ayer,  Arabia Saudita solicito a la OPEP+ una reunión de urgencia para tratar de parar el excedente de petróleo y poder así subir su precio…

 

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