Sep 13, 2021

Países ricos y ciudadanos pobres: El mito de los países petroleros

Luis Vielma Lobo(*)


 

A lo largo de la historia las sociedades de diversos países latinoamericanos han tratado de organizar un estado democrático que llama la atención por las contradicciones y paradojas que lo sustentan. El concepto de democracia está asociado a la concepción particular de cada gobernante, a sus paradigmas o patrones de pensamiento, determinados por las experiencias vividas durante sus etapas de vida.

El fundamento principal de estas contradicciones lo representan el balance entre libertad y el orden, el cual es interpretado a su manera por quienes ostentan el poder; Los resultados observados, no son nada alentadores, desde los puntos de vista político y social, pues en las últimas cuatro (4) décadas muestran países con niveles de empobrecimiento cada día más altos, y sistemas políticos asaltados por la corrupción.

La desconfianza existente entre los diferentes actores representantes de la sociedad, como lo son: el sector empresarial, los trabajadores, el sector público y los consumidores, constituye el principal factor de desequilibrio, y cuyos efectos en el desarrollo de los países ha sido letal.

En aquellas naciones que poseen los recursos naturales, bien sean minerales o hidrocarburos, la renta petrolera es su principal activo, de allí la importancia del poder político.. La característica común en Latinoamérica ha sido el estatismo, es decir, que cualquier vacío que el mercado pueda tener, debe ser llenado con la intervención del estado. Como consecuencia de ello, se generan regulaciones excesivas, y controles en servicios públicos, e inclusive participación en actividades industriales y comerciales.

Aquellos países de la región favorecidos por la naturaleza, con recursos minerales e hidrocarburos, representan un espacio interesante de discusión, para tratar de entender la dicotomía riqueza vs pobreza. Estos países cuentan con ingresos extraordinarios asociados a la renta petrolera (impuestos varios), no obstante, mantienen un crecimiento consistente en los niveles de pobreza de la población.

En estos paises, el estado es como una mina que genera ingresos para sus trabadores(los ciudadanos), participen o no en las actividades productivas. La principal inversión de esta mina, son los programas sociales de sus trabajadores, y los subsidios destinados a la salud, educación y vivienda. Aunque el objetivo es inobjetable desde el punto de vista humano, la realidad es que esta organización detonó elementos tóxicos que aún perduran y que han herido de gravedad la existencia de los mismos: el crecimiento del clientelismo político y la viveza popular, y la corrupción de funcionarios públicos,.

Así que un factor que debe ser fuente de soluciones a problemas sociales, se ha convertido en palanca de compensación de ineficiencias del sistema, que ha mutado la renta petrolera en una fuente de empobrecimiento. Adicionalmente, han logrado el sometimiento de gran parte de la población a las exigencias de los gobernantes de turno, con lo cual se va creando una profunda frustración, dando lugar al mito de un país rico y  población pobre.

Mexico no escapa a esta realidad, por el contrario, el desmedido crecimiento poblacional de los últimos 30 años, y los vaivenes económicos enfrentados por el país, aunado a deficientes acciones gubernamentales, a lo largo de este periodo, asociadas al clientelismo político y populismo, han contribuido a la pobreza que se mantiene con leves variaciones cerca del 50% de su población, con base en las definiciones y estadísticas mostradas por el ente responsable de llevar el seguimiento de este importante indicador el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica INEGI.

Una mirada a los ingresos recibidos por el país en la última década, nos permite observar que iniciando el año 2010 y hasta el 2014, los ingresos petroleros anuales superaron los 1000 millones de pesos, y partir del 2015 empezaron a declinar hasta los 600 mil millones de pesos en el año 2020. En el periodo 2010 al 2014, el índice general de pobreza se mantuvo entre el 11% y el 9 %, a pesar de la masa monetaria de ingresos petroleros que tuvo el país en ese periodo. Y a partir del año 2015 los ingresos caen de manera importante, y el índice general de pobreza alcanzó el 7.4% en el año 2018, manteniendo esa tendencia hasta llegar a su menor nivel 600 millones de pesos, en la década evaluada.

En términos de millones de personas, en periodo 2010 – 2015, , el número de personas afectadas creció en 3 millones, al pasar de 52.3 millones a 55.3 millones de personas, a pesar de los altos niveles de ingresos que recibió el país; y en el periodo 2015 – 2020, continuó esa tendencia acentuada por la caída de los ingresos.

Estos indicadores nos permiten establecer la dicotomía mencionada, y que destruye el mito de mayores ingresos, menor pobreza, y nos obliga a reflexionar sobre los fundamentos existentes para la administración de esa riqueza, y los mecanismos que dispone el estado para soportar los programas sociales que están supuestamente diseñados para lograr la mejor distribución y empleo.

También nos invita a reflexionar sobre las realidades de la industria energética en Mexico, y en otros países de Latinoamérica, la importancia que tienen las empresas petroleras, de involucrarse más en el tema expuesto,maportando soluciones estructurales de educación, conocimiento, acceso a la información y comunicación, que tanto requiere ese segmento de la población, en aquellas regiones en donde tienen sus actividades.

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Luis Vielma

(*) Luis Vielma Lobo, es Director General de CBMX Servicios de Ingeniería Petrolera, Director del Centro Integral de Desarrollo del Talento (CIDT); colaborador de opinión en varios medios especializados en energía, Autor de los libros: “Testigo de mi tiempo” (2014), “México momentos y opiniones” (2015) y de las novelas “Chapopote, Ficción histórica del petróleo en México” (2016) y “Argentum: vida y muerte tras las minas” (2019).

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