Feb 14, 2022

Mi tercer hijo: “El Cují de Diego”

Por Manuel V. Amengual B.

Un imborrable recuerdo para quienes vivimos en Amuay a finales de la década de los setenta será por siempre “El Cují de Diego”: ese árbol centenario, típico de nuestras zonas áridas, ubicado dentro de los terrenos de la Refinería y bajo cuya fronda, se cobijaban del inclemente sol paraguanero, el capataz Diego Subero, -del cual le vino su nombre,- y sus compañeros de trabajo durante el descanso de la hora de almuerzo.

Corría el tercer trimestre de 1.978, a escasos dos años de la nacionalización de la industria petrolera, cuando se iniciaba la construcción del Proyecto Modificación del Patrón de Refinación de la Refinería de Amuay, “MPRA”, y la mirada se enfocó hacia “El Cují de Diego” por cuanto el levantamiento de las nuevas plantas de procesamiento requería del terreno que por ciento cincuenta años, con sus ramas de veinte metros de diámetro y sus treinta y cinco toneladas de peso, había ocupado “El Cují de Diego”.

La tala del cují centenario se hacía inminente ante los requerimientos del MPRA; el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales había dado ya el permiso para su remoción con el compromiso de la siembra de tres samanes en algún otro lugar de la localidad; su madera sería utilizada para construir siete mesas para las oficinas de la Junta Directiva de Lagoven S.A.

Para ese entonces, encargado de la Coordinación de Talleres y Servicios de la Refinería de Amuay, se me encomendó la tala de “El Cují de Diego”. Era yo también en esa época,

Presidente del Club Bahía y habíamos tenido éxito sembrando ocho árboles trasplantados en el campo de bolas criollas. Pensé entonces que deberíamos hacer el intento de trasplantarlo antes de proceder con su tala; comunicada mi inquietud al entonces Sub Gerente de la Refinería, José Manuel Marcano, se obtuvo la aprobación de la Junta Directiva para proceder con su trasplante en la entrada del complejo refinador. La decisión no podía ser otra en una empresa como fue la nuestra, heredera de los arraigados valores corporativos de Creole Petroleum Corporation, de conservar el ambiente, de asumir retos, de orientación al logro y preservar las tradiciones….

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