La industria del petróleo lleva años cuestionando la afirmación de que Venezuela posee las mayores reservas del mundo en la extensa Faja Petrolífera del Orinoco. El país sudamericano calcula que cuenta con más de 300.000 millones de barriles de reservas probadas, una cifra que muchos consideran enormemente exagerada puesto que gran parte de sus reservas de bitumen son difíciles de acceder y por tanto muy costosas a la hora de producir.

De acuerdo con un estudio independiente, dos años después de la mayor caída de los precios del petróleo de la última generación, la afirmación de Venezuela parece cada vez menos sostenible. No obstante, la actual crisis económica y política del país está provocando un retroceso de las reservas de petróleo recuperables.

La consultoría noruega Rystad Energy calculó en Julio que las reservas totales de petróleo recuperable de Venezuela suman 75.000 millones de barriles, menos de un cuarto de la cifra oficial de 302.300 millones de barriles de reservas probadas. La diferencia es incluso mayor si se utiliza el método de Rystad para clasificar reservas recuperables de petróleo.

A diferencia del informe de revisión anual de BP, que presenta unas categorías de reservas a partir de la información proporcionada por fuentes oficiales no transparentes, Rystad afirma adoptar un enfoque más riguroso a partir de los estándares de la Sociedad de Ingenieros del Petróleo.
Según este método de cálculo, las reservas probadas de Venezuela suman realmente 8.000 toneladas de barriles diarios, una cifra que representa tan solo una fracción del total oficial y que se sitúa además por debajo de la registrada en el país vecino, Brasil.

Incluso con los cálculos más generosos de reservas probadas y probables, como el de reservas 2P que muchas petroleras consideran adecuado para estimar niveles de petróleo recuperable, Rystad sostiene que Venezuela no dispone de más de 17.000 millones de barriles.

Parte de la diferencia se debe a la variación en los cálculos de viabilidad comercial del petróleo extrapesado del país, una referencia clave para las reservas probadas.

El aumento de las reservas “probadas” de Venezuela se hizo posible en el pasado con la mejora de la tecnología para yacimientos y el ascenso de los precios. Las cifras empezaron a crecer durante el mandato del anterior presidente Hugo Chávez, que en 2011 declaró que las reservas probadas de Venezuela habían eclipsado a las de Arabia Saudí para convertirse en las más grandes del mundo.

Un estudio realizado por el servicio geológico de Estados Unidos en 2009 dio credibilidad a la subida al calcular que la Faja Petrolífera del Orinoco podría contener hasta 650.000 millones de barriles de petróleo recuperable. No obstante, los cálculos del estudio se realizaron a partir de las estimaciones nacionales del petróleo presente en el Orinoco sin tener en cuenta si la producción del crudo viscoso resultaba rentable.

Las dificultades asociadas a la explotación del crudo pesado de Venezuela, que hay que mezclar con diluyentes como la nafta o tratar antes de ser refinado, disminuyeron en 2011 cuando los precios de venta del petróleo se situaron por encima de los 100 US$/barril. A modo de ejemplo, Rystad afirmó en 2015 que más de la mitad del petróleo venezolano no podría explotarse a nivel comercial con el Brent por debajo de los 60 US$/barril, en comparación con el porcentaje de alrededor del 10% en caso del petróleo de Arabia Saudí.

Teniendo en cuenta que los precios rondan los niveles de 45 US$/barril de hace un año, la recuperación económica del crudo explica las recientes revisiones de reservas de Rystad.

Cifras Petroleras

El grupo de Oslo también estudia la rentabilidad de la producción, las operaciones de perforación y los procesos de aprobación a la hora de estimar las reservas de diferentes yacimientos. A raíz de esto, la caída del precio del petróleo registrada desde 2014 y la crisis económica que estalló en Venezuela han repercutido de manera significativa sobre los cálculos de reservas del país. El lento desarrollo de la actividad en la Faja del Orinoco y la caída de la producción también están pasando factura a las reservas.

Según Rystad, las reservas recuperables de Venezuela en el área de mayor anchura han retrocedido 23.000 barriles frente a los 95.000 millones de barriles de mediados de 2016. Las reservas 2P suman ahora 5.000 millones de barriles menos que un año antes.

“Las reservas de Venezuela se han revisado a la baja principalmente por las previsiones de descenso de los precios del petróleo”, explicó el analista de Rystad, Aditya Ravi. “La baja del precio del petróleo ha afectado a Venezuela especialmente y la producción en el país se ha contraído a un ritmo mucho mayor del esperado inicialmente”.

Mientras que las reservas oficiales de Venezuela se han incrementado respecto al año 2000 apoyadas por optimismo generado por la firmeza de los precios, la producción tendió en la dirección opuesta tras la llegada de Chávez al poder en 1998. S&P Global Platts calcula que el país produjo 1,94 millones de barriles diarios en Mayo y 2,7 millones a comienzos de 2015.

Al no realizarse nuevos descubrimientos, la producción de los crudos ligeros y medianos necesarios para diluir el petróleo extrapesado del Orinoco se desplomó, lo que obligó a Caracas a comenzar a importar aceite ligero para su mezcla en el año 2015. Las petroleras extranjeras también se han resistido a comprometer los miles de millones de dólares necesarios para producir crudo más fácil de exportar desde la región.

Asimismo, muchos yacimientos maduros han sufrido descensos interanuales mayores de lo habitual. Ravi destaca el yacimiento de Jobo de PDVSA, ubicado en la zona noreste de la faja de petróleo pesado y considerado un precursor para los nuevos proyectos de petróleo pesado del Orinoco. El proyecto de inyección de vapor iniciado a finales de los años 70 está produciendo ahora unos 8.000 barriles diarios a pesar de que PDVSA asegura que sus reservas alcanzan los 1.300 millones de barriles, un nivel que el analista considera “muy poco realista”.

Creíble o no, la afirmación de que Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo podría ser irrelevante al fin y al cabo. El interés de las petroleras internacionales en la explotación de crudos pesados muy costosos parece estar ya disminuyendo puesto que las iniciativas globales contra el cambio climático están redirigiendo las inversiones a combustibles que generan menos emisiones de carbono como el gas. Este hecho en sí mismo podría hacer que gran parte del petróleo pesado de Venezuela no llegue nunca a salir a la luz.