La OPEP

Un ciclo que se cierra (y II)


 

Jorge Zajia

Jorge Zajia Editor in Chief

Resumiendo, la OPEP se formó por el enfrentamiento entre los países productores y exportadores de petróleo y las transnacionales petroleras, que se ganaron el calificativo de las Siete Hermanas, porque si bien peleaban a muerte entre ellas a la hora de disputarse la supremacía del mercado, a la hora de acordarse para fijar el precio de referencia del crudo, actuaban como un bloque monolítico, como verdaderas hermanas.

Los precios de referencia eran la base del sistema fiscal acordado entre los productores y las operadoras, por lo que una baja de ellos, significaba una reducción significativa de sus ingresos. Ante esa diatriba, La Liga Árabe convocó en El Cairo el I Congreso Petrolero Árabe, al que asistieron Irán y Venezuela como observadores. Allí se emplazó a las compañías no bajar los precios unilateralmente y se sentaron las bases, a instancias de Abdullah Tariki y Juan Pablo Pérez Alfonso, para la creación de una organización para enfrentar las apetencias de las muy poderosas compañías petroleras. De allí fue que nació la OPEP.

Desde su establecimiento, en Septiembre de 1960, la OPEP ha tenido períodos de auge y fortaleza y otros de gran debilidad y división interna. Durante la crisis de 1973, derivada de la documentada Guerra del Yom Kippur, la organización decidió aumentar los precios unilateralmente hasta 3,65 $/Bbl y su poder se reforzó en virtud de ese conflicto y ob ligó al cartel de las Siete Hermanas a aumentar los precios en forma drástica hasta llegar en 1974 a los 12 dólares por barril, equivalentes a 62,25 $/Bbl del 2019. Exactamente a como se cotiza hoy día, con sus variaciones estacionarias.

Por esa época, los países miembros de OPEP comenzaron a nacionalizar sus industrias petroleras y de allí pasaron a tener un mayor control sobre sus recurso natural, cuya explotación históricamente había estado en función de los intereses de las compañías petroleras y de los avatares del mercado. Con sus altos y sus bajos, la OPEP ha podido navegar en el inestable mercado petrolero internacional, fuertemente influenciado por los vaivenes de la economía y por las coyunturas impredecibles, principalmente de los conflictos armados, cuyos teatros de operaciones se desarrollan en los territorios que aportan en conjunto un porcentaje significativo del petróleo que consume el mundo.

Los hidrocarburos, el petróleo y el gas natural, van a continuar por mucho más tiempo siendo la fuente de energía mas importante con que cuenta la humanidad. El petróleo crudo es el ABC de los energéticos que mueven al globo terrestre: Abundante, Barato y Confiable; sin embargo esa especie de oráculo que ha sido el petróleo hasta nuestro días ya dejó de ser y ahora debe compartir su trono con los otros energéticos desarrollados por el hombre.

En ese sentido, la suerte de una organización como la OPEP -a menos con su filosofía y objetivos-, ya no se justifica y debe darle paso a otras formas más modernas de visualizar su negocio o, también, puede evolucionar para adaptase a la nueva realidad del mercado. No puede cerrar sus puertas porque posee una infraestructura funcional y física de primer orden, que tiene una presencia activa en diferentes frentes del acontecer energético mundial y que lo que se vaya a hacer en el futuro, debe aprovechar toda esa trayectoria.

Hacia el futuro, todos los explotadores del petróleo se va a unir alrededor de un objetivo común, para desarrollar, consolidar y asegurase su espacio en el fabuloso mercado de la energía.

Realmente este es un tema profundo, que no se puede despachar con la opinión expresada en una breve nota editorial, pero si queremos despertar la curiosidad de las mentes más preclaras, para que exploren y estudien el rol que jugarán en el futuro inmediato la OPEP y el petróleo.