Nov 22, 2021

Blog 517

NUESTRO PETRÓLEO, ¿TIENE FUTURO?


 

1.- La destrucción de Pdvsa

Lo que ha acontecido a la industria petrolera venezolana no tiene parangón. El gobierno “revolucionario” la destruyó. Y sin echarle la culpa a las sanciones o al bloqueo.

 A la producción, más tres millones de barriles de petróleo, que iban enrumbados hacia seis, la han disminuido hasta menos de un millón. Hoy seríamos el cuarto productor petrolero del mundo, y apenas somos el décimo de la OPEP.

De ser exportadores de gasolina, ahora batimos el récord Guinness de días en la cola de las bombas de gasolina y de gasoil (y ni siquiera nos dan sánduches de mortadela).

La escasez del gas se mide por la poquedad de las bombonas para cocinar, y en los rutinarios apagones.

Por último, acabaron con la renta petrolera. No hay casi divisas y eso se refleja en dinero inorgánico, hiperinflación, salarios y pensiones indigentes, decrecimiento del PIB y por supuesto las cifras de desempleo más altas del mundo. O sea… hambre.

 Todo un Guinness de la destrucción. 

2.- ¿La destrucción de Pdvsa es consecuencia de la nacionalización?

Pues no. La nacionalización (o estatización) de la industria petrolera fue muy exitosa. Veamos: La Internacionalización permitió llevar el petróleo desde los pozos hasta los tanques de combustible de los países consumidores en Europa y Norteamérica. El Cambio de Patrón de Refinación incrementó desde quince hasta cuarenta por ciento la producción de gasolina por barril de petróleo, convirtiendo a Venezuela en un importante exportador de ese producto. La creación del Centro Refinador de Paraguaná (CRP), optimizó la producción de las refinerías de Amuay y Cardón, siendo para ese momento la refinería más grande del mundo. El desarrollo de la Faja, así como la producción de las áreas nuevas de Monagas y Apure. La creación de Intevep y el CIED. La Orimulsión, que se hubiera convertido en un combustible muy importante de la industria eléctrica mundial. El fraccionamiento del gas. La creación del Condominio JOSE.

El proceso de Apertura incorporó capital privado al negocio, desarrollando los campos maduros (500.000 barriles diarios), y los mejoradores de la Faja, otros 500.000 barriles. Y todo ello con venezolanos y en apenas 25 años. Qué orgullo. De una petrolera a un emporio energético.

Hay quienes afirman que la destrucción de Pdvsa fue consecuencia del proceso de nacionalización. Y es todo lo contrario. Pdvsa estaba tan bien encaminada que les costó casi veinte años acabarla. La destrucción pasó por botar la mitad de su gente (a mucha honra y agrupadas en Gente del Petróleo y Unapetrol), en humillar y politizar a los trabajadores que tomaron la decisión de quedarse. Además, triplicaron la nómina hasta el increíble número de 170.000 empleados. Eso sin mencionar la gigantesca corrupción que hace que ellos mismos se encarcelen.

La democracia construyó Pdvsa y la “revolución” la acabó, al igual que acabó al país.

3.- La “recuperación roja”

Cual incendiarios haciendo rol de bomberos, los “revolucionarios” han pregonado planes para la recuperación de Pdvsa. Desde la Siembra Petrolera, que pautó casi seis millones de barriles, hasta el millón y medio de barriles (y cero colas de gasolina) que prometieron para diciembre 2021. Como no les dan sus números, corrigieron la cifra para un millón de barriles. Al paso que van, harán otra corrección en diciembre porque al millón de barriles, no van a llegar. ¡Ah! y de las colas en las bombas, nada dicen. Las refinerías están destruidas.

Al gobierno hay que pedirle seriedad. El petróleo es un negocio de muy alto perfil. Requiere de altas inversiones, tecnología y gerencia, tres cosas que escasean en la Pdvsa roja. Para iniciar una recuperación integral del negocio, deberán comenzar por negar lo que han sido. Y de paso, la recuperación no es de parchetes, es sistémica.

4.- Cambio climático y decadencia del negocio petrolero

Mientras el mundo se recalienta peligrosamente a riesgo de inundar las ciudades costeras y desertificar las áreas agrícolas en pocas décadas, los científicos y políticos discuten si el cambio climático es un fenómeno de ciclos planetarios, o culpa del carbón generado desde la revolución industrial. Por lo pronto en el COP26, los principales países intentan tomar medidas para disminuir la producción de carbono ocasionada por la actividad humana.

El carbón, el petróleo y el gas están en la mira. Descarbonización es la palabra clave.  Algunos países han tomado medidas prohibiendo en el corto plazo los vehículos de gasolina y diésel, e incrementando esfuerzos en relación a las energías alternas.

El petróleo se ha convertido en un niño malo. Y eso, afecta el futuro de la industria petrolera venezolana.

Pero la realidad es que las energías alternas no muestran avances significativos. Podrían parafrasear a Shakespeare, mucho ruido y pocas nueces. Mucho deseo y poca realización. Están a la espera de una tecnología disruptiva.

La industria petrolera juega su permanencia con la tecnología de captura de carbono. De hacerla exitosa en los próximos años en las operaciones de petróleo y gas, en las refinerías y petroquímicas, sucedería un fenómeno que ya se repite: que la alternativa al petróleo… sea el mismo petróleo. Verbigracia el hidrocarburo de lutita que, desde el mismo negocio petrolero, superó de manera significativa la dependencia energética de Estados Unidos.

Si la captura de carbono resulta exitosa, habrá petróleo para cien años. Y su éxito es tan probable o más, que el de cualquier energía alterna.

5.- Las opciones venezolanas

Muchos técnicos opinan que la Faja Petrolífera no tiene futuro. Aducen el cambio climático; pero si la captura de carbono resulta exitosa, ese aspecto pasaría a un segundo plano. Aducen los altos costos, y olvidan que Canadá que maximiza su producción de bitumen a pesar de ser mucho más difícil y costosa que la faja, que requiere desforestar bosques, sacar crudo con palas, trasladar la tierra en correas para extraer el bitumen y luego sembrar lo desforestado, y para remate sin contar con el oleoducto Keyston por ahora, para llegar al Golfo de México. Si los canadienses pueden, por qué no pueden los venezolanos.

De hecho, en el largo plazo y con la captura de carbono como tecnología efectiva, la Faja es una opción para alimentar al mundo. Somos CH, comemos CH y la Faja es CH. Ya existe la proteína oil. De allí a los bistecs y las caraotas de petróleo es cuestión de tecnología. ¿Qué tal la Faja el granero del mundo?

Volviendo al corto plazo, Venezuela tiene reservas de más de 20.000 millones de barriles de crudos livianos y medianos. Con esa cantidad, se pueden producir dos millones de barriles diarios por más de veinte años.

Además, se estiman recursos por alrededor de 14.000 millones de barriles en la lutita, que volvemos a preguntar: si es negocio para los norteamericanos, por qué no para los venezolanos.

Y eso sin nombrar las reservas de gas costa afuera, sin duda una gran oportunidad.

El negocio petrolero es de probabilidades, economía y geopolítica. Las estrategias hacia el futuro deben tomar muchos factores en cuenta y, sobre todo, estar orientadas al aprovechamiento de las cuantiosas reservas.

6.- El futuro exitoso de nuestros hidrocarburos

Pasa por diversas estrategias.

 En primer lugar, un Plan de Emergencia para rescatar la industria del estado en que se encuentra y estabilizar sus mínimas funciones de producción de petróleo y gas, refinación, mercadeo, etc. A tal efecto un equipo de más de 150 técnicos, tiene (tenemos) varios años trabajando ese aspecto. Muy importante porque sin año uno, no hay años dos.

Lo que se haga luego de la emergencia para desarrollar una nueva industria petrolera requiere de: generar confianza para atraer inversiones de miles de millones de dólares, una nueva Ley de Hidrocarburos que permita incorporar capitales privados, mediante Rondas de Licitación y con la creación de una Agencia Nacional de Energía; dejar a Pdvsa como una empresa más en el concierto de nuevas empresas privadas. Control del negocio por parte de los venezolanos. Políticas de Responsabilidad Social dirigidas a dinamizar y desarrollar las áreas aledañas al negocio. Y por último, lo más importante, orientar los ingresos generados para el desarrollo del país de una manera innovadora que evite repetir errores. Por ejemplo, utilizar las regalías e impuestos solo en inversiones. El éxito se construye desde las estrategias.

7.- Conclusiones

Nuestro petróleo sí tiene futuro, pero requiere de …

–      Cambio de modelo de país para generar confianza.

–      Estrategias sistémicas asertivas para atraer capitales, tecnologías y personal, enlazados en una industria petrolera moderna capaz de competir exitosamente en el mundo.

–      Control del negocio por parte de los venezolanos.

–      Y por supuesto, poniendo énfasis en el desarrollo de energías alternas, que a la larga serán el sustituto de los fósiles.

Y por cierto, ayudaría mucho que conservemos Citgo, que por ahora los administradores actuales ( petroleros democráticos y capaces), la han salvado del embargo hacia donde la encaminó la “revolución”.

Una industria de primera que sea capaz de ayudar a la construcción de un país de primera.

De nosotros depende…. estar a la altura del compromiso que se presente.

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Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!

Esta columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21, así como en la revista Petroleum.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.

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