Feb 28, 2025

La Teoría Abiótica del Origen del Petróleo

Yo no soy un geólogo y no tengo suficientes conocimientos para darles una visión detallada de este asunto, así que cumpliendo una petición me centraré en sus aspectos fundamentales y analizaré brevemente la teoría abiótica del origen del petróleo y su relación con la discusión del Peak Oil.

Antonio Turiel / turiel@icm.csic.es

Cuerno de la abundancia o cornucopia, que podía proporcionar todos los bienes que uno le pidiese

Aquellos que deseen profundzar les emplazo a leer un buen ensayo que resume el problema, escrito hace ya 6 años por Richard Heinberg. Todas las referencias relevantes se pueden encontrar al final de ese artículo de Heinberg, las cuales serán las referencias implícitas en lo que resta de este post.

La teoría estándar sobre la formación del petróleo establece que el petróleo es el resultado de la transformación de depósitos de algas marinas en el lecho arenoso del mar o de un lago. Estas acumulaciones de algas, con el devenir de los tiempos, acabaron siendo estratos profundos que, por la acción de las fuerzas tectónicas que operan sobre la corteza terrestre, y cuando llegaron a un régimen apropiado de presión y temperatura (la llamada “ventana óptima”) se fueron transformando en petróleo, que queda así empapando la roca de arenisca porosa del que luego se extrae. 

Si esta mezcla no se entierra a la suficiente profundidad, el resultado es un petróleo poco “cocinado”, que es origen de las pizarras bituminosas (oil shale) y de las arenas asfálticas (tar sands), en el cual los compuestos más volátiles se han evaporado ya y sólo quedan las cadenas de carbono más pesadas e insaturadas, que se tendrán que hidrogenar para convertirlas en los heptanos y octanos típicos de nuestros combustibles. 

Si la mezcla se entierra a demasiada profundidad, hay una franja crítica de la relación presión-temperatura que fuerza la descomposición de todas las cadenas y al final sólo subsiste la cadena de hidrocarburos más simples, un carbono rodeado de cuatro hidrógenos, es decir, el metano o gas natural. 

Esta morfogénesis del petróleo es bien conocida y reproducida muchas veces en experiencias de laboratorio, es consistente con la mayoría de los hallazgos de petróleo en el mundo y explica por qué se encuentra con mayor frecuencia gas que petróleo, bien sea porque el estrato prospeccionado está a demasiada profundidad para tolerar la presencia de petróleo, bien sea porque la datación geológica revela que el estrato en cuestión estuvo enterrado a esa profundiad critica que disocia todas las cadenas más complejas. 

En añadidura, numerosas pruebas empíricas (como la relación de carbono 12-carbono 13, o la presencia de determinadas cadenas que son productos específicos de la degeneración de la clorofila) avalan que el petróleo tiene un origen biológico. Esta “Teoría Biótica del Origen del Petróleo” es avalada por el 99% de los geólogos que trabajan en la industria petrolífera.

En contraste, una minoría de geólogos sustenta que, en realidad, el petróleo no se origina por la transformación tectónica de sustratos biológicos, sino que son el producto de fenómenos de naturaleza esencialmente geológica; esta teoría es la denominada Teoría Abiótica del Origen del Petróleo (TAOP en lo que sigue). 

Según los defensores de esta teoría, el petróleo tiene su origen en el manto terreste (a unos 200 Km de profundidad), el cual estaría impregnado de carbono e hidrógeno que se combinarían para dar cadenas complejas como las que se presentan en el petróleo; el petróleo después va migrando a la corteza, formando los yacimientos que luego nosotros explotamos. He aquí la razón por la que los tecnooptimistas le dan tanta importancia a la TAOP; según la TAOP hay una cantidad increíble de petróleo, mucho mayor a la ya explotada, que estaría fluyendo contínuamente del manto a la corteza, y que está ahí simplemente esperando a que lo sepamos explotar. En el fondo, la TAOP es el prototipo de cornucopia que nos daría un recurso, el petróleo, de manera inagotable.

Los procesos que presume la TAOP que se producen en el manto son los mismos que explicarían la presencia de hidrocarburos simples observados en algunos planetas del sistema solar, mayoritariamente metano, aunque en muy poca concentración en planetas rocosos como la Tierra. Pruebas de laboratorio demostraron que bajo las condiciones apropiadas es factible que se produzcan hidrocarburos con las presiones y temperaturas propias del manto terrestre, con lo que no se puede descartar que hayas pequeñas concentraciones a nivel del manto (e incluso hay indicios de que se evaporan pequeñas cantidades de metano en las dorsales oceánicas). 

Sin embargo, los defensores de la TAOP tienen complicado explicar por qué hay moléculas de claro origen orgánico en el petróleo; habitualmente lo justifican asumiendo que el petróleo se contamina en su camino desde el subsuelo hasta la superficie, aunque no deja de ser paradójico que en la misma localización se contamine siempre de la misma manera y en la misma concentración, y casualmente con los porcentajes que son compatibles con el conocimiento conseguido con la Teoría Biótica.

Una característica particular de la TAOP es que es anterior a la teoría de la tectónica de placas y, por tanto, no considera que las fuerzas tectónicas pueda reordenar los estratos de diversas eras geológicas. Por ese motivo, en los pocos casos de pozos que se rellenaban espontáneamente de petróleo y que ese petróleo no estaba en roca sedimentaria, lo cual parecería dar la razón a la TAOP, se ha podido comprobar que el petróleo migraba desde un reservorio sedimentario subyacente, que por plegamiento de los estratos había ido a parar debajo de la roca cristalina. De hecho, en todos esos yacimientos, tras una fase inicial de rellenado se siguió una curva típica de evolución y están en su mayoría en declive.

Y aquí entramos en la sustancia de la crítica a la TAOP: dado que se basa en la existencia de un generador de petróleo a una profundidad inaccesible (no es posible excavar hasta el manto; las gigantescas presiones destrozarían cualquier material de perforación que se intentase usar) es una teoría no verificable de manera directa, lo cual resulta bastante conveniente para poder hacer cualquier afirmación, por rocambolesca que sea. 

Por otro lado, su única consecuencia relevante indirecta es que los yacimientos de petróleo se rellenan (lo que sería muy conveniente para calmar los miedos sobre el Peak Oil), pero desgraciadamente hoy en día no se está observando ningún rellenado apreciable. Incluso aunque la TAOP tuviera parcialmente razón, el ritmo de rellenado es tan lento que no está teniendo ninguna influencia sobre nuestra crítica situación actual. Al final, los proponentes de la TAOP acaban haciendo una glosa de las viejas demandas de la industria extractiva petrolera, en esencia buscando que se eliminen las pocas restricciones a la prospección que la prudencia y el respeto al medio ambiento han permitido. En suma, el Drill, baby, drill, como si perforando alocamente pudiéramos excavar nuestra salida del hoyo en el que estamos.

Éste es el resumen de los aspectos más fundamentales de la TAOP. Los lectores interesados pueden consultar también un par de artículos más: “Más petróleo abiótico“, de Matt Savinar; y “Aceite de serpiente abiótico” (referencia irónica al remedio de los buhoneros de lejano Oeste) de Dave Cohen