LA INTELECTUALIDAD “PROGRESISTA” DE USA FAVORECE LA PERMANENCIA DE MADURO EN EL PODER


 

**** Sin mala intención unos, con mala intención otros, favorecen la permanencia del chavismo en el poder 

Gustavo Coronel, geólogo venezolano

El término “progresista” sugiere la idea de ir adelante, en contraste a la noción de estancamiento. Por ello resulta difícil comprender la razón por la cual políticos e intelectuales estadounidenses definidos como progresistas, por ejemplo, Bernie Sanders, Noah Chomsky Jeffrey Sachs, David Smilde, Miguel Tinker Salas, Oliver Stone, Michael Moore y tantos otros manifiesten su simpatía por dictadores como Fidel Castro, Hugo Chávez y, ahora, Nicolás Maduro, quienes han sepultado a sus pueblos en la miseria y el atraso. Esta simpatía ha tenido eco en importantes centros de reflexión (Think Tanks) basados en Washington, como el Wilson Center, WOLA y hasta el usualmente más discreto y objetivo Diálogo Interamericano. Nos preguntamos cuál será la razón que lleva a estos intelectuales e instituciones a adoptar esta postura. ¿Es ella el producto de análisis realmente objetivos o de una acrítica solidaridad izquierdista? Si fuese lo segundo ello los llevaría a promover regímenes que claramente actúan en contra de los principios que el “progresismo” dice mantener.

Esta postura que va desde la abierta promoción de esos regímenes a una postura más moderada pero también favorable a tales regímenes puede observarse en varios ejemplos recientes:

  1. La publicación de Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs en https://cepr.net/report/economic-sanctions-as-collective-punishment-the-case-of-venezuela/

En esta publicación los autores Mark Weisbro9t (portavoz declarado de las dictaduras de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro) y Jeffrey Sachs, distinguido economista, le dan al régimen de Nicolás Maduro un fuerte apoyo, por la vía de denunciar como criminales e ilegales las sanciones personales y económicas que el gobierno de los Estados Unidos le han impuesto al régimen de Maduro. Afirman textualmente, sin respaldo alguno, que las sanciones estadounidenses han provocado miles de muertes: “Encontramos que las sanciones han infligido, y progresivamente infligen, daños muy graves a la vida y la salud humanas, incluidas más de 40 000 muertes entre 2017 y 2018”. Tildan de ilegales tales sanciones y sugieren que ellas han impedido que el régimen de Maduro haya tomado medidas de estabilización económica que hubiesen mejorado la situación. Se ve que estos autores desconocen la magnitud de la ineficiencia, de la crueldad y la codicia del régimen que defienden. Mencionan que esta estabilización económica se hubiese llevado a cabo mediante la titularización (monetización?) de las reservas “de “300.000 millones de barriles de petróleo” que posee el país. Al decir esto desconocen que esa medida hubiese sido imposible de tomar, ya que se hubiese tratado del remate de activos nacionales que son de ilegal enajenación de acuerdo a las leyes venezolanas.

  1. La publicación del Wilson Center sobre Venezuela, de la autoría de David Smilde y Abraham Blumenthal, ver: https://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2019/12/lowenthal-y-smilde-malos-consejos-sobre.html. En esta publicación los autores promueven una negociación/transacción con el régimen de Nicolás Maduro y le hacen concesiones francamente entreguistas, tales como:
  • Aceptar que confían en la sinceridad de propósitos del régimen de Nicolás Maduro, dándolo como legítimo
  • Desconocer la identidad mafiosa del régimen y minimizar el grado de tutelaje cubano que se ejerce desde La Habana
  • Sugerir como estrategia oponerse a Maduro en público pero negociar con él en privado
  • Incluir a chavistas en futuros gobiernos
  • Ser tolerantes con la justicia a ser aplicada, aunque ella no sea la requerida
  1. El artículo del Washington Office Para América latina, WOLA, ver: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2020/03/wola-centro-de-reflexion-de-washington.htmlhttps://www.wola.org/analysis/beyond-the-narco-state-narrative-what-u-s-drug-trade-monitoring-data-says-about-venezuela/escrito por David Smilde y Geoff Ramsey, el cual es un llamado a la negociación con el régimen de Nicolás Maduro como vía para resolver el conflicto venezolano. En defensa del régimen de Maduro los autores dicen: “Venezuela no es un país primario de tránsito de drogas hacia USA. La política de USA hacia Venezuela debe ser basada en un entendimiento realista del tráfico internacional de drogas”. En otras palabras: ¿por qué ser tan severos con   el régimen de Maduro si no es el mayor traficante de drogas  hacia USA? Infortunadamente para los autores esta vehemente defensa viene en el momento en el cual Maduro y sus cómplices principales acaban de ser oficialmente clasificados como narcotraficantes y terroristas por el gobierno de los Estados Unidos, en documentos abiertos por tribunales del estado de Nueva York. ¿Que pueden decir ahora estos autores?  ¿Que esto es una maniobra política contra el inocente régimen de Maduro?

Aún después de este categórico enjuiciamiento del régimen de Maduro y de las jugosas recompensas puestas sobre las cabezas de los principales miembros de la pandilla se escuchan voces de importantes intelectuales estadunidenses que afirman que tal medida del gobierno de USA tendrá “un efecto negativo y que “difícilmente contribuirá a una salida negociada en Venezuela”. Así lo dice el respetado analista sobre Latinoamérica, Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano”, uno de los principales centros de reflexión (Think Tanks) basados en la capital estadounidense. Dice Shifter, ver:  https://www.bbc.com/mundo/amp/noticias-america-latina-52057848?__twitter_impression=true: “Veo más probable que [la medida]  tenga el efecto contrario, en cuanto a cerrar filas, cohesionar a las fuerzas armadas alrededor de Maduro”. Y agrega: “Las fuerzas armadas son clave en esto. Y no puedo imaginar que un tipo de amenaza de EE.UU. a Maduro vaya a cambiar la actitud de las fuerzas armadas….  me parece que esto hace más difícil tener cualquier tipo de negociación”. En su entrevista Shifter afirma: “No sé cómo eso ayudaría a avanzar cualquier proceso de negociación, que es la única vía para resolver el conflicto sin usar la fuerza. Hay dos opciones: negociación o uso de la fuerza…. Espero que el gobierno de Trump sepa perfectamente que Venezuela no es Panamá, que es un país grande de 30 millones de habitantes, con 2.000 generales… Implicaría una ocupación que no tendría mucho apoyo en la región ni en EE.UU”.

Esta opinión de Michael Shifter es muy controversial. No dice que las acusaciones del gobierno de los estados unidos en contra de Maduro son inciertas pero no las da tampoco como ciertas. Sin embargo, ellas son una realidad oficial del gobierno de los Estados Unidos y están respaldadas por una investigación a nivel del sistema judicial, no solamente por una declaración del Ejecutivo estadounidense. Esta acusación, por cierto, viene a reforzar sospechas, afirmaciones de los medios internacionales sobre la naturaleza criminal del régimen venezolano y tienen ya 15 o más  años. Son vox populi. La creencia difundida en el mundo sobre la existencia de grupos de narcotraficantes manejados por altos miembros del régimen venezolano ha constituido por muchos años una de las razones fundamentales para rechazar una negociación con esos bandidos. ¿Por qué continúa Shifter diciendo que solo hay dos alternativas para Venezuela: Negociación o Fuerza? Parecería evidente que la aplicación de sanciones que hagan la vida  difícil para el régimen llevaría al colapso del régimen sin necesidad de negociar con ellos o de invadir al país. En efecto, de eso es que se tratan las sanciones. ¿Por qué insiste Shifter sobre lo que parece ser un falso dilema entre negociación o violencia?

En este momento Maduro y sus compinches narcos y lavadores de dinero están severamente cercados. No todos los militares son enjuiciables. Una minoría lo es. Esa minoría permanecerá con Maduro hasta el final, aunque cada uno de ellos está consciente que si entrega a sus compinches podrá atenuar su pena. Eso es lo que ha hecho hace pocas horas Clíver Alcalá Cordones.

Es hora de que el “progresismo” deje a un lado sus solidaridades automáticas con los  regímenes dictatoriales de izquierda. Dictaduras de izquierda o de derecha son igualmente aborrecibles.

 

Publicado por Gustavo Coronel