Jul 16, 2024

EL MEA CULPA DE CARLOS ANDRÉS PÉREZ

Rafael Gallegos  642       

---

             

Los períodos presidenciales de Carlos Andrés Pérez, reflejan dos maneras diferentes de utilizar la renta petrolera. Su primera presidencia fue un boom que en pocos años dio paso a la devaluación de la moneda, y la segunda un intento fallido de recuperar el tiempo perdido. Dos períodos que debemos estudiar y asimilar para no repetir errores, sobre todo en este momento cuando el cambio político está a la vuelta de la esquina.

¿ABUNDANCIA CON CRITERIO DE ESCASEZ?

En 1973 ocurrió la Guerra de Yom Kipur. El precio del petróleo se elevó de 3 a 12 $ el barril. Se iniciaba una era de transferencia de inmensos recursos desde el primer mundo hacia los países petroleros.

Carlos Andrés Pérez ganó las elecciones presidenciales ese diciembre de ese año. La bonanza petrolera le permitió triplicar su primer presupuesto respecto del último de Caldera. Comenzaba un período de abundancia de recursos sin precedentes. Como en un mundo de realismo mágico, el estornudo de un jeque árabe pasó a ser un indicador de prosperidad, ya que podía incrementar uno o dos dólares el precio del barril.

CAP realizó obras extraordinarias en su primer gobierno. En medio de apoyos y críticas condonó la deuda agrícola, además se duplicó la producción de arroz, maíz y sorgo, se incrementó el consumo de alimentos, creó Corpoindustria, desarrolló el Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, creó universidades y centros educativos y hospitalarios, y desarrolló infraestructuras  a lo largo y ancho del país. Adelantó las obras de Guri, nacionalizó el petróleo y el hierro, desarrolló la industria del aluminio… redimensionó a Venezuela

EFECTO VENEZUELA

Sin embargo, Juan Pablo Pérez Alfonso (JPPA) se mostró muy preocupado por el exceso de divisas que ingresaba al país. Predijo que su cuantía podía intoxicar a Venezuela, tal como si un indigente se ganara el premio gordo de la lotería, comenzara a comer siete veces al día, y se descompensara.

–      Venezuela se va a descompensar igual que el indigente – afirmó JPPA – y esa descompensación se va a denominar Efecto Venezuela.

El padre de la OPEP planteó que para evitar ese efecto, Venezuela debía bajar su producción petrolera hasta 1 millón de barriles por día. Para él, el petróleo se revaluaría en el subsuelo.

CAP, en línea con la idea de represar los excedentes presupuestarios y utilizarlos en inversión, creó el Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV). Sin embargo la inercia del gasto y el consumo, se hizo imparable.

Al finalizar su gobierno, se había duplicado la burocracia, multiplicado  varias veces el gasto público, y generado una importante deuda externa. Y el petroestado, sacaba su partida de nacimiento.

DEL BOOM A LA DEVALUACIÓN

Recibo un país hipotecado – expresó Luis Herrera Campíns al recibir la presidencia. Sin embargo durante su gobierno continuó el endeudamiento y el incremento del gasto público. En 1983 se vio obligado a devaluar la moneda, el fatídico Viernes Negro. Se iniciaban así décadas de inflación y de deterioro de la calidad de vida.

Menos de diez años tardó Venezuela en revertir la infinita prosperidad  de los precios del petróleo.

MEA CULPA

Con el tiempo, CAP se convirtió en un feroz crítico de su primer gobierno. Cuestionó la improcedencia de promover una pequeña y mediana industria que no tenía posibilidades de  crecer en mercados externos, la no superación del paternalismo, que no fueron capaces de devaluar la moneda para entrar en el mercado internacional, que no reformaron el sistema impositivo.

Este mea culpa seguramente analizó las crecientes burocracia y gasto público,  la deuda externa, y la creencia de que el precio del petróleo crecería para siempre.

EL PAQUETE FRUSTRADO

CAP se propuso desfacer entuertos en su segundo gobierno. La situación del país a la salida de Lusinchi se caracterizaba por apenas 300 millones de $ de reservas internacionales, cartas de crédito vencidas por 6.500 millones de $, inflación de 30%, desabastecimiento, moneda sobrevaluada… Venezuela  no daba para más.

Su paquete comenzó por liberar precios de muchos productos de consumo, de la gasolina, de las tasas de interés, de servicios públicos. Intentaba sincerar el país, con un costo político calculado. Habría una recesión económica y para compensar en algo, un ligero aumento de salarios.

En medio del nerviosismo de las medidas, estalló el “caracazo”. Centenares de muertos, el ejército en la calle, CAP perdió mucha de su imagen. Sin embargo, insistió con sus medidas. Luego de dos años Venezuela comenzó a crecer a altas tasas, a incrementarse el consumo, a ceder la inflación. El paquete parecía dar resultados.

Y llegó el alzamiento del 4 de febrero, seguido por el del 27 de noviembre.

Entonces, el paquete retrocedrmemente a lo largo de todo el gobierno, incidiendo en el fracaso del paquete. Por otra parte, que CAP  creyó que su imagen de líder del tercer mundo, dos veces electo presidente de la República, sería más que suficiente para implantarlo. Se equivocó. Creyó como otros grandes políticos, en su “mano mágica”:

–      Solamente Pinochet y yo podemos implantar los cambios- había dicho.

Seguramente pensó que Pinochet por su represión, y “yo” por mi liderazgo…

MEA CULPA HOY

La historia hay que conocerla para no repetir errores. En CAP hubo dos errores garrafales en su primer gobierno: incrementar el gasto público como si el petróleo jamás fuera a bajar de precio, y generar el petroestado.

En su segundo gobierno, el gran error fue pensar que para los cambios basta con el carisma de los líderes. Que no hacen falta las estrategias de acción y sobre todo la comunicación de las medidas para que el pueblo sepa lo que se está buscando.

¡Ah!, y la inexistencia de victorias tempranas.

El próximo gobierno, para enrumbar al país hacia derroteros democráticos y de prosperidad, tiene el deber de internalizar el mea culpa de CAP, de ser más estratega que nunca, de no abusar de la magia de los carismas. El éxito de la próxima transición depende de los Políticos… y de las políticas de gobierno.

Que así sea.

PD: El cambio está en  sus manos, en las mías y en las de su vecino. La estrategia del 28J es Votar y Cobrar… sin excusas.

……………..

…………………………………