Oct 27, 2025

El ecosistema legislativo del metano:

avances, brechas y oportunidades

La gestión de emisiones de metano no depende solo de tecnología. Requiere marcos normativos sólidos, voluntad política y sobre todo una ciudadanía informada.

María Angela Capello, PhD/Red Tree Consulting

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En los últimos años, la legislación sobre metano ha ganado protagonismo en foros internacionales, acuerdos multilaterales y estrategias nacionales; sin embargo, la percepción social sobre este gas sigue siendo limitada, y su regulación enfrenta desafíos técnicos y económicos.

Liderazgo global en regulación

A nivel global, países como Canadá, Alemania, Japón y Estados Unidos han avanzado marcos regulatorios robustos para controlar las emisiones de metano, especialmente en el sector energético. La Unión Europea ha aprobado límites estrictos para las importaciones de petróleo y gas con alta intensidad de metano, que entrarán en vigor en 2030. Estas medidas buscan incentivar la transparencia operativa y penalizar la inacción.

En este contexto, la Unión Europea se posiciona como líder regulatorio. Su Reglamento 2024/1787 establece normas obligatorias para medir, controlar, notificar y reducir emisiones en todo el sector energético. Incluye auditorías externas, programas de detección y reparación de fugas (LDAR), restricciones al venteo y requisitos para exportadores. Este enfoque con alcance extraterritorial incentiva a proveedores internacionales a adoptar estándares equivalentes, convirtiendo a la UE en referente normativo global.

Estados Unidos ha mostrado avances técnicos importantes. En Noviembre del 2024, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) finalizó una norma que exige monitoreo rutinario, eliminación progresiva del venteo, uso obligatorio de tecnologías de detección y aplicación de un “Cargo por Emisiones de Residuos” para grandes emisores. 

Estos lineamientos refuerzan el liderazgo tecnológico del país y abren espacio para que empresas como NextDecade, que este mismo año, 2025, aseguró financiamiento para nuevos trenes de licuefacción de gas natural en Texas, incorporen prácticas avanzadas de monitoreo y reducción de metano desde la fase de diseño, posicionando la infraestructura como plataforma para estándares internacionales. 

Aunque los cambios administrativos pueden influir en la continuidad de ciertas regulaciones, el crecimiento de infraestructura energética moderna también puede facilitar la adopción de estándares internacionales, especialmente si se busca compatibilidad con exigencias europeas para exportaciones de GNL.

Panorama latinoamericano

Recientemente, me interesé en investigar sobre la legislación sobre el metano en Hispanoamérica, y noté que la jerarquización económica de los países o su historia de producción petrolera no necesariamente influye o moldea sus leyes al respecto. 

Puedo resumir que México lidera, con 15 disposiciones legales vinculadas a emisiones, tres de ellas específicas para metano. Su marco incluye identificación obligatoria de fuentes, estimación de línea base, metas de reducción y cronogramas de implementación.

Colombia pudiera ostentar un segundo lugar en regulación de emisiones de metano, pues cuenta con 10 leyes activas, enfocadas en hidrocarburos y residuos sólidos que generan emisiones de metano. 

Brasil tiene siete leyes, dos de ellas específicas para metano, y ha desarrollado sistemas nacionales para mitigar estas emisiones por parte de su sector agrícola, que es muy importante para su economía.

Argentina, por su parte, ha implementado resoluciones puntuales y proyectos piloto, como el despliegue de autobuses eléctricos y la remediación de fugas de gas metano detectadas por satélite. 

La región también ha creado el Observatorio de Emisiones de Metano de América Latina y el Caribe (OEMLAC), impulsado por OLADE, para estandarizar inventarios, consolidar datos y fortalecer capacidades técnicas.

¿Qué falta?

A pesar de estos avances, la percepción social sobre el metano sigue siendo escasa, y no solo en nuestros países latinoamericanos sino también a nivel global. La ciudadanía no lo asocia con problemas visibles, como el humo o el smog. Su invisibilidad física y su origen difuso dificultan su comprensión como riesgo ambiental. Esto limita la presión pública y la voluntad política para actuar.

Además, existe una paradoja: el metano es parcialmente controlable, pero no totalmente. Podemos detectar fugas, mejorar prácticas agrícolas, optimizar rellenos sanitarios. Pero no podemos evitar por completo las emisiones naturales ni eliminar las fuentes difusas sin transformar sistemas enteros. 

Esta complejidad exige una comunicación más clara, que conecte el metano con decisiones locales, salud pública y oportunidades económicas. Una posible solución para mejorar la percepción pública del metano pudiera conseguirse con el uso de la Inteligencia Artificial para la generación de escenarios personalizados, como simulaciones locales que muestran el impacto de las emisiones en la calidad del aire o el rendimiento agrícola, y narrativas educativas adaptadas que explican el metano en lenguaje accesible—como una historia interactiva sobre rellenos sanitarios diseñada para estudiantes de una escuela rural en Medellín, o una simulación que ayude a ganaderos de Veracruz a visualizar cómo prácticas más eficientes pueden mejorar sus ingresos mientras reducen emisiones

Oportunidades regionales

La región latinoamericana cuenta con talento técnico, legislación emergente y oportunidades de contenido local para avanzar en la detección, monitoreo y reducción de emisiones. El desarrollo y la disponibilidad de talento en geociencias, ingeniería ambiental y análisis satelital puede posicionar a América Latina como líder en soluciones adaptadas a contextos diversos.

Instituciones multilaterales como la CAF y el BID están fortaleciendo el ecosistema financiero para la mitigación de metano en América Latina. La CAF apoya el Observatorio OEMLAC y colabora en la definición de estándares regionales, mientras que el BID canaliza recursos a través de programas climáticos como BID CLIMA y fondos como Darby IV, que respaldan proyectos resilientes en energía, residuos y agricultura. Estos mecanismos permiten transformar compromisos ambientales en acciones concretas y escalables.

Además, los pactos internacionales como el Global Methane Pledge ofrecen financiamiento, cooperación técnica y visibilidad para los países que se comprometen a reducir sus emisiones. América Latina ya ha mostrado voluntad: todos sus gobiernos han firmado compromisos de carbono neutralidad, y varios han incluido el metano en sus planes nacionales de desarrollo.

Como indicábamos en el artículo anterior, “El metano importa”, la regulación efectiva requiere no solo leyes, sino también conciencia pública, innovación técnica y pactos institucionales que reflejen el compromiso regional con una energía más responsable.

Para saber más

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Sobre la autora

Maria Angela Capello, PhD, es una líder en la yuxtaposición de sostenibilidad, geociencias, equidad de género y gestión técnica en energía, integrando estos enfoques para promover una transformación ética y global del sector. Miembro Honorario de la SPE, Miembro Vitalicio de la SEG, Directora en AGI y Co-Chair en UNECE, ha sido reconocida con el título de Cavaliere por el Presidente de Italia. Es autora de más de 100 publicaciones técnicas y cuatro libros, y promueve una transformación ética y sostenible en el sector energético a nivel global, con énfasis en los países en desarrollo.

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Maria Angela Capello, Ph.D.
President – Red Tree Consulting, LLC
www.redtreeconsultingllc.com
mcapello@RedTreeConsultingLLC.com
+1 (281) 967 2019 – Houston, TX, USA
Graduate Research Fellow, University of Plymouth
UNECE Co-Chair  Women in Resource Management 
AGI Ambassador & Board Liaison  https://www.americangeosciences.org/Co-Chair SPE Energy Transition Symposium 2025
Executive Editor Sustainable Geosciences: People, Planet and Prosperity

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