BALANCE PETROLERO:

Segunda mitad de 2024

Con precios internacionales del petróleo que promediaron los $80,5 USD/Bl en el año 2024, esta industria vio contracciones significativas respecto a 2023 en la perforación de pozos exploratorios, con 17 pozos menos (-33,3), así como 123 pozos menos de desarrollo (-20,5%).


 

Asimismo, el promedio de taladros activos se ubicó en 107 equipos, 20 menos (-15,7%) frente al mismo año, mientras que la producción promedio de petróleo fue de 772,7 KBPD y la de gas comercializado de 958,5 MPCD, lo que representó una reducción de 4,5 KBPD (-0,6%) y de 100,1 MPCD (-9,5%), respectivamente, en comparación con el 2023. La importación de gas, en el mismo año, fue de 214,1 MPCD lo que representó el 18,3% del gas comercializado que necesitó el país. En el Balance Petrolero 2024 de CAMPETROL, el lector podrá encontrar un exhaustivo análisis de cada una de las variables que componen esta industria y las principales causas de la coyuntura.

El inicio del 2025 muestra un panorama complejo, la dinámica geopolítica puede llevar a que este año el precio internacional del crudo esté en el rango de los $60 a $70 USD/Bl. Esto impactaría fuertemente la actividad en toda su cadena de valor, especialmente los proyectos exploratorios y la capacidad de mantener niveles de producción. En este sentido, es importante fortalecer la unión de todos los actores de esta industria en pro de enfrentar de manera conjunta los desafíos que se avecinan.

Desde CAMPETROL, hemos acompañado al Ministerio de Minas y Energía y a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) en el Comité Interinstitucional de Hidrocarburos. Este espacio, liderado por el Gobierno Nacional, tiene como objetivo que las entidades del sector analicemos de forma conjunta los retos actuales y formulemos propuestas para, en el corto plazo, recuperar los niveles de producción de crudo de 800 KBPD y, en el mediano plazo, alcanzar nuevamente la autosuficiencia en gas comercial. Estos son desafíos significativos, especialmente ante la decisión de Gobierno de no firmar nuevos contratos ni desarrollar los yacimientos no convencionales, una postura con la que no estamos de acuerdo, dado el alto potencial de estos recursos para generar ingresos que permitirían reducir el déficit fiscal, cargar la refinería de Barrancabermeja con crudos nacionales y apoyar significativamente en el cierre de las brechas sociales del país.

Hemos planteado propuestas concretas y pragmáticas, orientadas a dinamizar los contratos existentes y asegurar la continuidad operativa y competitiva del sector. Estas propuestas se articulan en torno a ejes estratégicos.

Proponemos dinamizar la inversión y estimular la producción mediante el ajuste de condiciones contractuales para la producción incremental (ajustando factores X, implementando regalías variables), ampliar oportunidades de asignación de campos, declarar los proyectos offshore de interés nacional estratégicos (PINE) vía CONPES, evaluar contratos suspendidos, incentivar la mejora de factores de recobro en cuencas clave y extender la vida útil de los contratos hasta su límite económico.

Consideramos la necesidad de asegurar el orden público y mejorar la competitividad territorial, enfrentando problemáticas como bloqueos, extorsión y costos distorsionados (intermediación laboral, tarifas de servicios). Para ello, es necesaria una acción coordinada con la Fiscalía General de la Nación, la intervención de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) para establecer precios de referencia, y mecanismos de alerta temprana y diálogo directo para prevenir conflictos.

Planteamos la importancia de sincerar la estructura de costos, reconociendo y gestionando adecuadamente la inversión social vía sobredotaciones de personal y tarifas de servicios locales por fuera del mercado, para que no impacten negativamente las reservas económicamente explotables, resolver cuellos de botella contractuales y operativos que frenan desarrollos estratégicos, y articular de manera más efectiva las inversiones vía regalías con las necesidades de las comunidades en las zonas de influencia.

La discusión de estas propuestas es esencial para navegar la coyuntura actual, fortalecer la resiliencia del sector de hidrocarburos y garantizar que continúe siendo un soporte fundamental para el bienestar económico y social de Colombia.

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