Dic 22, 2025

El auge de la supermente de los geocientíficos

La IA con capacidad de acción transforma el subsuelo

El zumbido de la plataforma de perforación se desvaneció en el fondo de su conciencia, reemplazado por el murmullo rítmico de los servidores en un centro de datos con poca luz a miles de kilómetros de distancia.

Susan Nash/AAPG

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Una geocientífica experimentada con 22 años de experiencia se inclinó hacia el monitor, con el ceño fruncido por la concentración, pero no por preocupación, sino por una profunda reflexión estratégica. En la pantalla, un complejo modelo 3D de un yacimiento submarino brillaba, con sus intrincadas fallas y contactos de fluidos representados con una precisión asombrosa. No se trataba de una simple visualización estática; era un gemelo digital vivo, que era analizado y perfeccionado constantemente por un enjambre de “agentes” invisibles.

Estos agentes —entidades de IA autónomas— analizaban incansablemente datos sísmicos, registros de pozos, historiales de producción y lecturas de sensores de fondo de pozo en tiempo real. Un agente, especializado en el flujo de fluidos, detectó una anomalía de presión inesperada; otro, centrado en la mecánica de las rocas, predijo una posible zona de fractura.

Los agentes no reemplazaban a la geocientífica; actuaban como una extensión instantánea e incansable de su propia capacidad cognitiva. En lugar de pasar días revisando datos para encontrar un problema, ahora dedicaba su tiempo a evaluar las recomendaciones proactivas de los agentes sobre las rutas de perforación óptimas, las fallas de equipos previstas y los ajustes propuestos a las estrategias de inyección.

Este no era el futuro de la exploración del subsuelo. Para la geocientífica y su equipo, era el presente: un día en el que su intelecto humano se veía potenciado por la inteligencia artificial, creando una “Supermente de Geocientífica”.

Este escenario, antes confinado al ámbito de la ciencia ficción, se está convirtiendo rápidamente en realidad tanto en la industria petrolera como en la geotérmica, gracias a la llegada de la IA basada en agentes. Mucho más allá de los algoritmos prescriptivos y los modelos reactivos de las primeras versiones de IA, la IA basada en agentes representa un cambio de paradigma: sistemas autónomos y orientados a objetivos, capaces de tomar decisiones de forma independiente, aprender e interactuar en entornos complejos, lo que permite a los geocientíficos pasar de ser intérpretes de datos a arquitectos de decisiones estratégicas.

Decodificando la IA Agéntica: El Asistente Cognitivo

La IA agéntica crea agentes inteligentes: entidades de software diseñadas para percibir su entorno a través de sensores, procesar información y actuar sobre dicho entorno mediante efectores, todo ello mientras se esfuerzan por alcanzar objetivos específicos. Esta tecnología es el asistente cognitivo definitivo para el geocientífico, permitiendo un análisis más rápido y robusto al gestionar la vasta escala y complejidad de los datos del subsuelo.

En esencia, un agente es una entidad autónoma programada para ejecutar flujos de trabajo complejos. Su comprensión del entorno —el mundo de los datos sísmicos, registros de pozos, modelos y datos de mercado— se obtiene a través de la percepción, el proceso de ingesta continua de datos mediante API y flujos de datos. El propósito del agente está definido por su objetivo, ya sea optimizar la recuperación o minimizar los costos. Logra este objetivo mediante la acción, como actualizar un modelo o recomendar una ruta. Todo el sistema está diseñado para la autonomía, lo que significa que el agente puede tomar decisiones y ejecutar tareas de forma independiente dentro de los parámetros establecidos por el experto humano. Cuando varios agentes colaboran, forman sistemas multiagente, replicando la forma en que un equipo de geocientíficos distribuye tareas especializadas, pero a una velocidad vertiginosa. Esta inteligencia se adapta con el tiempo mediante el aprendizaje por refuerzo, que enseña al agente a tomar decisiones óptimas basándose en éxitos y fracasos pasados. Toda esta acción se desarrolla dentro del “Gemelo Digital”, una réplica virtual y dinámica del activo físico, que proporciona un entorno seguro para probar ideas estratégicas.

La Forja Digital

Los sofisticados marcos necesarios para la IA agéntica son proporcionados por una combinación de plataformas en la nube y software especializado, todos diseñados para dotar al geocientífico de un poder analítico sin precedentes.

La base de esta inteligencia superior es una enorme capacidad computacional y accesibilidad a los datos, un papel que a menudo desempeña Amazon Web Services. Como facilitador fundamental, AWS proporciona la computación escalable (EC2), el vasto almacenamiento (S3) y un conjunto de servicios de IA/ML (SageMaker, Lookout for Equipment) esenciales para construir e implementar sistemas complejos de IA agéntica. AWS permite a las empresas almacenar petabytes de datos sísmicos, de pozos y de producción en lagos de datos seguros, que los agentes consultan y analizan a una velocidad imposible de igualar para un ser humano. Esta capacidad libera fundamentalmente al geocientífico de los problemas de gestión de datos, permitiéndole centrarse por completo en la interpretación de resultados de alto valor.

El dominio del subsuelo se beneficia de un rico ecosistema de software especializado, donde se están integrando agentes para automatizar flujos de trabajo tediosos y acelerar la comprensión de la complejidad geológica. Empresas líderes como Halliburton (con sus soluciones Landmark) y SLB (con su plataforma DELFI) están transformando sus completas suites de software. Estas plataformas ahora incorporan agentes de IA para la interpretación automatizada, la optimización de la perforación en tiempo real y la previsión de la producción, actuando como un socio operativo siempre vigilante. La plataforma DELFI, por ejemplo, se centra en la automatización de flujos de trabajo y la optimización de la ubicación de pozos, reduciendo de días a horas el tiempo de simulación manual.

Las herramientas especializadas de datos e interpretación proporcionan la información sensorial para los agentes. Empresas como i2K Connect utilizan IA basada en agentes para procesar datos, lo que permite a los geocientíficos entrenar a los agentes para identificar características geológicas sutiles y posibles yacimientos con precisión computacional. Esto reduce drásticamente el tiempo entre la adquisición de datos y la definición de prospectos. De manera similar, la plataforma F3 de Bluware, conocida por su visualización interactiva de datos que incorpora elementos del sistema petrolífero, se utiliza para entrenar agentes para una interpretación sísmica consistente y rápida. Para la caracterización de rocas de yacimientos, Stratum Reservoirs analiza sus datos mediante agentes que integran datos de núcleos, registros petrofísicos y resultados de laboratorio para construir modelos de yacimientos más precisos y probabilísticos, mejorando significativamente la certeza de la estimación de recursos.

Las plataformas de gestión y análisis de datos también son cruciales. Petrabytes proporciona la base sólida y nativa de la nube para los datos del subsuelo, garantizando la calidad y la accesibilidad de los datos, el alimento que necesitan los agentes. Quick Suite, con su diseño modular, se convierte en un entorno de implementación en el que los agentes automatizan tareas repetitivas como la correlación de registros de pozos y generan multitud de escenarios de yacimientos, lo que permite al experto humano explorar rápidamente una gama más amplia de posibilidades.

Una de las preocupaciones de muchos geocientíficos es la idea de que, al cargar datos en una plataforma de IA, estos se almacenarán automáticamente en la nube pública. Para disipar estos temores, AWS y otros proveedores de plataformas crean un entorno “cerrado” que garantiza que su ecosistema sea completamente seguro y protegido: todos los datos están protegidos por estas barreras de seguridad.

Finalmente, la IA también actúa como analista de mercado. Empresas como Enverus y S&P Global (que aprovechan los recursos de sus bases de datos) proporcionan amplios conjuntos de datos de energía y mercado. Los agentes encargados de la previsión económica analizan esta información para la predicción de mercados, el análisis de la competencia y la debida diligencia en fusiones y adquisiciones, transformando los datos técnicos en estrategias optimizadas desde el punto de vista financiero.

Decisiones con mayor capacidad de acción

La implementación de IA con capacidad de agencia se está utilizando para empoderar a los geocientíficos, permitiéndoles reducir los riesgos de las inversiones y mejorar la eficiencia operativa al automatizar tareas repetitivas y de gran volumen, y proporcionar información estratégica en tiempo real a lo largo de toda la cadena de valor.

La IA con capacidad de agencia otorga a los geólogos una velocidad de análisis sobrehumana para la evaluación de riesgos complejos. En la reducción de riesgos en la exploración, los agentes analizan vastas bases de datos globales, identificando patrones sutiles que indican potencial, lo que reduce drásticamente el riesgo de perforaciones exploratorias y proporciona un conjunto refinado de objetivos de alta confiabilidad.

Para la previsión de producción, los agentes monitorean continuamente el rendimiento del yacimiento, proporcionando pronósticos dinámicos y de alta precisión que permiten a los geocientíficos optimizar la asignación de capital y gestionar de forma proactiva el valor de los activos. Esto se extiende a la planificación de escenarios económicos, donde los agentes simulan miles de condiciones de mercado para garantizar que el plan técnico sea también una estrategia optimizada desde el punto de vista financiero.

Finalmente, en la predicción de riesgos de perforación, los agentes analizan datos MWD/LWD en tiempo real y modelos geológicos para predecir posibles problemas, como zonas con presión anormal, antes de que ocurran, lo que ahorra millones y mejora la seguridad.

Autonomía y precisión en las operaciones técnicas

En el campo, los agentes actúan como gestores operativos inteligentes en tiempo real, maximizando la eficiencia basándose en el diseño inicial del geocientífico. Para la planificación automatizada de pozos, los agentes integran todos los datos disponibles del subsuelo para generar de forma autónoma trayectorias óptimas, mucho más rápido que los métodos manuales. Durante la perforación, el agente actúa como un controlador autónomo, optimizando la perforación en tiempo real mediante ajustes de parámetros en fracciones de segundo, lo que permite al equipo humano centrarse en la ejecución estratégica.

En la gestión de yacimientos, los agentes analizan los datos de presión y producción para recomendar estrategias de inyección óptimas o intervenciones de reacondicionamiento, actuando como un equipo de vigilancia incansable que garantiza la máxima recuperación.

En el ámbito geotérmico, los agentes gestionan los recursos geotérmicos, optimizando las tasas de extracción y prediciendo problemas como la incrustación, lo que garantiza una producción de energía sostenible y eficiente, supervisada por el experto en geotermia.

El futuro

La transformación que presencia el geocientífico experimentado es la materialización de un futuro en el que las capacidades de los geocientíficos se potencian y su alcance estratégico es ilimitado. La IA basada en agentes es el facilitador definitivo, que permite a geólogos e ingenieros superar la avalancha de datos y centrarse en los desafíos más complejos y de mayor valor, convirtiéndose así en los verdaderos arquitectos de la transición energética del subsuelo.

¿Cómo fomenta la AAPG el desarrollo de la supermente de los geocientíficos?

La respuesta es obvia: reuniendo a profesionales dinámicos y líderes de opinión. Continuando con una larga tradición de apoyo a las herramientas analíticas que potencian a geocientíficos e ingenieros, la AAPG organizará el evento “IA y aprendizaje automático en la energía del subsuelo” los días 7 y 8 de abril de 2026 en el Centro de Conferencias Norris en Houston, Texas.

Susan Nash/ Director of Innovation, Emerging Science and Technology