Jul 31, 2025
L ANIVERSARIO
Nacionalización del Petróleo Venezolano
El 29 de Agosto se cumplen 50 años de la la nacionalización petrolera de Venezuela. Gustavo Coronel, miembro de su primera Junta Directiva, hace un recordatorio de esa fecha histórica, preguntándose ¿Hay lecciones que aprender?
Gustavo Coronel

Junta Directiva PDVSA 1976-1977 (izq. a der): Edgar Leal, Carlos Guillermo Rangel, Manuel Ramos, Luis Plaz Bruzual, Domingo Casanova, Alirio Parra, Julio Cesar Arreaza, Gustavo Coronel, Rafael Alfonzo Ravard, Benito Raúl Losada, José Martorano, José Rafael Domínguez, Andrés Aguilar (asesor legal), Julio Sosa Rodríguez, Pablo Reimpell, Coordinador de Finanzas; Manuel Henríquez (representante sindical).
El próximo mes de Agosto hay dos fechas importantes para mí. Una, el 23, es mi cumpleaños 92. Otra, el 29, se cumplen 50 años de la decisión tomada por Venezuela de nacionalizar (estatizar) su industria petrolera.

Carlos Andrés Pérez
Una fecha es claro motivo para regocijo, mi llegada a la etapa del Uranio, el mineral que tiene el número 92 en la Tabla Periódica de los Elementos. Mi uranio ha sido enriquecido con multitud de experiencias felices, lo cual me da entrada al reducido club nuclear, primero que Irán. La otra fecha, la del aniversario de la estatización de la industria petrolera, la cual no creímos sensata, nos inspira sentimientos agridulces. Primero fueron dulces, luego agrios a muy agrios.
La decisión de nacionalizar (estatizar) la industria petrolera venezolana fue política, firmemente inspirada por la ola nacionalista que sacudía al mundo petrolero en esos años de 1971 a 1975 , años en los cuales Gadafi en Libia hizo poner a Occidental Petroleum de rodillas, aumentando unilateralmente el precio de su petróleo. Tanto el gobierno de Rafael Caldera en Venezuela como los candidatos a reemplazarlo, CAP y Lorenzo Fernández, hablaban abiertamente de tomar esa decisión.
Debo confesar que nunca consideré sensato que Venezuela tomara esa decisión, aunque reconozco que ella estuvo mayoritariamente apoyada por el pueblo venezolano, quien veía el paso como algo deseable y deseado por mucho tiempo. Era el equivalente de un adolescente poniéndose los pantalones largos. Era un llamado a la emoción nacionalista, algo respetable y muy fuerte. Yo le tenía mucho miedo a la politización de la industria una vez nacionalizada (estatizada).
Las empresas del estado venezolano todas, siempre han sido un desastre. La escena política venezolana estaba bastante dominada por la izquierda, nadie en Venezuela se atrevía a decir que era de derecha. Era una izquierda agresiva, que decía que nosotros los gerentes y técnicos petroleros teníamos , lo aseguraba Lusinchi, la mente colonizada por las empresas extranjeras. Pedían una estatización a sangre y fuego. Nosotros sabíamos que si se iba a estatizar la industria con éxito debían tomarse medidas que garantizase el acceso de nuestra producción a los mercados internacionales y a la tecnología. El mundo político pensaba que el petróleo “se vendía solo” y producir era solo cuestión de abrir y cerrar llaves de paso.
Nosotros los empleados petroleros nos organizamos para participar en el gran debate que se dio en el país sobre este importante tema y logramos que nuestras voces fueran escuchadas. En una memorable reunión que tuvo lugar en Miraflores con el presidente Pérez y su gabinete en pleno, cuatrocientos gerentes y técnicos petroleros venezolanos hicimos siete presentaciones sobre los diferentes aspectos que debían tomarse en cuenta para dar los pasos correctos. En mi presentación, fue la que inició el evento, dije que ningún político de carrera debía figurar en la directiva de la empresa estatizada, lo cual causó mucha indignación entre esos políticos, pero la aceptación plena de CAP.

General Rafael Alfonzo Ravard
Cuando se tomó la decisión y se creó la empresa matriz, PDVSA, ningún político de carrera estaba en la directiva. Esta tendencia favorable se mantuvo por algunos años, hasta que el general Alfonzo Ravard salió de la presidencia de PDVSA y hasta que el gobierno le sustrajo a PDVSA su fondo de financiamiento, obligándola a ir al Congreso a pedir dinero para llevar a cabo sus tareas.
Esto abrió las puertas a la politización progresiva de la industria. Sin embargo, la empresa mantuvo una relativa eficiencia (fue disminuyendo con el tiempo) hasta que, a fines del siglo, – quizás por razones justificadas – se cambió el modelo de la empresa matriz y tres empresas operadoras, creándose una sola empresa, el modelo de empresa única del estado que ha sido trágico en casi todas las naciones del mundo donde existe (donde funciona bien es porque parte de la acciones están en manos privadas o su dirección incluye gerentes del sector privado).
El siglo terminó con una empresa petrolera estatizada que aun daba a la nación resultados positivos, aunque existían fuertes señales de que se habían perdido parcialmente valores de buena gerencia que existieron con fuerza durante los primeros años, los valores de la meritocracia, de la normalidad operativa, de la autosuficiencia financiera, del apoliticismo y de la gerencia profesional.
Nada, sin embargo, como la tragedia que le esperaba al país y a la industria petrolera con la llegada de Hugo Chávez al poder. La tragedia desencadenada es bien conocida y no es necesario recontarla aquí. Esa pandilla convirtió a PDVSA en una quincalla vendedora de pollos y fabricante de adoboncitos y la arruinó de manera tal que hoy es apenas un pantanal lleno de toda clase de alimañas civiles y militares (quizás con algunos sobrevivientes, no muchos, de otras y mejores épocas).
Los resultados de la nacionalización (estatización) de la industria petrolera venezolana están a la vista. Si el chavismo no hubiese tomado el poder PDVSA todavía estaría dando beneficios para la nación, pero sería una empresa del estado claramente politizada, porque ya lo era en buen grado a finales del siglo pasado, cuando aún Chávez no había aparecido en el radar. CAP 2, quien tan bien se portó con PDVSA durante su primera presidencia, ahora pensaba que ningún petrolero debía ser presidente de PDVSA, lo cual dio al trasto con la meritocracia.

Rafael Caldera
Seguramente pensaba en el símil del civil en el ministerio de la defensa para evitar que PDVSA se convirtiese en una institución políticamente deliberante, pero se fue al extremo de convertir a PDVSA en parte integral del juego político. Luego llegó Caldera y remató la meritocracia con su decisión de marginar a los gerentes petroleros quienes estaban en línea, para ascender a sus subordinados.
Ya tendremos ocasión de hablar más sobre el resultado de esta decisión y reflexionar sobre lo que nos espera ahora, cuando llegue de nuevo al poder un gobierno democrático y libre.
¿Seguiremos adorando el mito de la estatización?
Regresaremos sobre este tema la semana próxima.
Importante información. Gracias a Petroleum magazine
Se quedarán esperando por qué ahora es que hay chavistas en la República Bolivariana de Venezuela 💯🇻🇪👍