¿Petróleo Para 200 Años?

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En Venezuela tenemos las reservas de petróleo más grandes del mundo en el subsuelo. Para monetizarlas, hay que: extraer el crudo, adecuarlo, transportarlo, venderlo,  y realizar otras operaciones. El valor de esas reservas el día de hoy es grandioso. Pero, ¿estamos preparados para lo que viene?

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, las pérdidas ocasionadas anualmente atribuidas al cambio climático superan los cientos de miles de millones de dólares. No hay país que no haya experimentado los efectos del cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, hoy son 50% superiores a las de 1990. El calentamiento global producto del efecto invernadero tendrá consecuencias irreversibles para la sociedad, el ecosistema y todo ser vivo, desde humanos hasta bacterias, si no se toman medidas urgentes ahora.

En el foro de DAVOS 2020 donde se reunieron recientemente líderes de gobierno, empresas, académicos y personas de gran prestigio en la escena mundial, para intercambiar ideas sobre política, economía, ambiente, responsabilidad social, sustentabilidad, etc., se planteó el tema del calentamiento global como la principal amenaza a la sociedad. El tema está perfectamente entendido, los científicos lo han demostrado y ya está aceptado por todos: no es sostenible el crecimiento económico emitiendo a la atmósfera más gases de efecto invernadero, entre los cuales el principal es el dióxido de carbono (CO2), producido principalmente por los combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón, de los cuales el petróleo es el líder indiscutible.

Para limitar el calentamiento global, las emisiones mundiales de CO2 deben disminuir un 45% antes del 2030 y para el 2050 se debe alcanzar la meta de un 0% de emisiones.

El cumplimiento del objetivo de cero emisiones conlleva a una transformación masiva de cada sector de la economía. Cada día hay más gobiernos que se suman a la meta cero emisiones para el 2050. Y este objetivo será posible mediante regulaciones legales, subsidios, políticas de impuestos, prohibiciones, multas, etc.  Es decir, la economía tal como la conocemos, basada en combustibles fósiles, deberá cambiar totalmente antes del 2050.

Para cumplir con la meta de reducir en 45% las emisiones para el año 2030, además de los gobiernos, se están comprometiendo las grandes corporaciones y sus accionistas.  Cada vez son más los ejecutivos y los inversores que comprenden que su éxito a largo plazo, depende también de cómo los percibe el público, del éxito de sus empleados, contratistas, proveedores y de su aporte a la sociedad. Por tal razón, según datos de DAVOS, innumerables empresas con un valor aproximado en su conjunto superior a los treinta y cuatro mil billones de dólares ($34.000.000.000.000.000), se han sumado a la causa de cero emisiones para el 2050.

Todo hace suponer que en esta década sí va en serio la reducción de emisiones y cabe preguntarse: ¿qué haremos en el país para obtener el mayor beneficio de nuestras reservas de petróleo, antes de que se quede toda esa riqueza enterrada para siempre en el subsuelo? ¿Qué estamos esperando?

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