Muchos fueron los desafíos y complicaciones que a lo largo de su historia fueron enfrentados con éxito y que hoy nos exponen ante una nueva realidad, compleja y competitiva, exacerbada por un agente biológico, el cambio climático, las nuevas tecnologías, y sobre todo, la alta exposición de una población mundial que cada vez más exige derechos de crecimiento económico, calidad de vida y oportunidades de progreso.

Lo anterior induce cambios necesarios donde los aspectos técnicos y éticos deben ser incluidos en la agendas políticas y diplomáticas. Otros temas que también deben ser centro de atención son: el cambio climático, la transparencia y la credibilidad y los ajustes de consumo afectados por el nuevo orden sanitario.

Por otro lado, en el tema socio económico, más allá de la bandera altruista, se debe involucrar en las prácticas a las concentraciones demográficas alrededor de las fuentes de materias primas y las industrias transformadoras, para convertirlas en mano de obra productiva, con capacidad de crecer en conocimiento y ser parte integral de los desarrollos. Es decir, es necesario conciliar un concepto donde los intereses y prioridades que prevalecen no son solo de un grupo que gerencia los recursos sino también del entorno. Los próximos 60 años dependerán de poder atender estos temas en forma amplia y efectiva.

Para nuestro país, el desafío no es menor al de la OPEP. Se presenta la tarea de modernizar los Servicios Públicos esenciales, como el agua, la electricidad, las comunicaciones, incluyendo también la distribución de combustible, y a su vez, los bienes básicos como alimentos y medicinas. Todo lo anterior, en un contexto complejo de bajos recursos públicos, a lo que se le suma un régimen de sanciones y la emergencia sanitaria.

Estas condiciones extremas, nos colocan en la inminente necesidad de continuar con la recuperación de nuestra industria petrolera, que solo puede ocurrir si nos centramos más en los elementos técnicos y en el carácter humanitario de dichas acciones. El objetivo es lograr la participación efectiva y oportuna de los venezolanos de ambos sectores, público y privado. No podemos seguir debatiendo, las soluciones y nuevos modelos incluyentes están disponibles. Tenemos que avanzar hacia un gran acuerdo nacional, y con esto dar respuesta a la población que espera las oportunidades para poder progresar y mejorar su calidad de vida.

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