Los chinos repudian a Venezuela


 

Jorge Zajia

Jorge Zajia Editor in Chief

Enrique y Francisco Hung, mi profesor de Registros de Pozos y su hermano Paco Hung, una de las glorias de las artes plásticas zulianas y venezolanas. Edie Tsoi Lee y Sion Lima destacados ingenieros, colegas y mejores amigos…el chino Tang y otros muchos que se han cruzado en nuestras vidas y que cohabitan en la generosa tierra venezolana, muy destacados, eficientes, éticos y honestos en las actividades que les ha tocado en suerte realizar. Además, los chinos tienen un denominador común que los caracteriza y es que son muy suaves y afables, siempre con una sonrisa tallada en el rostro…cariñosos, amorosos y solidarios, dispuestos a colaborar y ayudar.

Ellos no. Son los otros chinos los que repudian a Venezuela. O que la deberían repudiar. No a su pueblo sino a su régimen, acusado, acorralado, perseguido, juzgado y encarcelado por su negocio con las drogas fuertes, donde la diosa blanca, la heroína, es la joya mas preciada de su corona de barro.

En el glorioso pueblo chino aún está vivo el recuerdo de los estragos que causó el opio en su cultura milenaria de mujeres y hombres sanos y sencillos, porque vivieron la destrucción de sus familias y de sus valores morales y sociales, en aras de un comercio que le rindió muchos beneficios a las potencias imperiales de occidente y cuya corrupción los redujo a ser una pobre nación dividida que tuvieron que abandonar su país, en pos de nuevos horizontes y en la búsqueda de una mejor calidad de vida para sus hijos.

En virtud de esa cruel y triste experiencia, las leyes chinas son duras e implacables a la hora de castigar los delitos de consumo y tráfico de drogas. 50 gramos -una miseria-, de droga son suficientes para que te caiga todo el peso de la ley y te castiguen con una condena a cadena perpetua o a la pena capital, la pena de muerte, sin ningún tipo de beneficio; pues fue mucho el sufrimiento del pueblo y la sociedad china a merced del opio.

Por eso, quienes hemos hecho del petróleo nuestra profesión y forma de vida, no podemos entender, ni aceptar, como las autoridades y el gobierno de China hacen negocios y le brindan todo su respaldo a un régimen que está investigado, acusado, juzgado y declarado culpable de narcotraficante y como el mayor propiciador del mundo moderno del comercio internacional de drogas duras. La literatura criminal referida a este delito de lesa humanidad, es profusa en casos sustanciados que confirman esa condición que tristemente exhibe la Patria de Simón Bolívar.

De acuerdo a su Constitución Política, vigente desde 1982, la República Popular China es “un Estado socialista dirigido por la clase obrera, en el cual el poder pertenece al pueblo, que lo asume a través de la Asamblea Popular Nacional”.

Esa Clase Obrera, digna represente del noble y glorioso pueblo chino, ¿estará al tanto que su presidente Xi Jinping y su alto gobierno, soportan y apoyan irrestrictamente al régimen venezolano, que promueve, protege y trafica con cocaína y heroína.?

Toda América, consiente de la hipocresía y los intereses bastardos que mueven al gobierno de China, a espaldas de su pueblo, va a ejercer toda su presión para que mas pronto que tarde, esa gran nación tenga un sistema de gobierno de libertad y justicia y, sin lugar a dudas, la chispa que va a encender la llamarada de esos cambios profundos será, como hace 200 años, la gloriosa Venezuela.