Dic 14, 2022

Los Barrosos-2

100 Años de un reventón perdido

Los más importantes descubrimientos del siglo XX en la cuenca de Maracaibo de Venezuela ocurrieron en el estado Zulia entre 1910 y 1925, como resultado de la exploración por geología de superficie de concesiones otorgadas a empresas americanas y europeas.

Por Orlando Méndez/Diciembre 14, 2022

El descubrimiento del gran campo La Rosa en la costa oriental del Lago de Maracaibo por la Venezuelan Oil Concessions (VOC), subsidaria de la Royal Dutch Shell, sucedió en 1917.

Esta empresa había adquirido en 1913 los derechos de exploración y explotación de 3.000 millas cuadradas de una extensa concesión otorgada a Antonio Aranguren en estado Zulia por el gobierno del General Juan Vicente Gómez. El contrato tenía una duración de 50 años y era renovable por un tiempo similar. En Octubre de 1913 Antonio Aranguren traspasó la concesión a la VOC, lo cual le permitió a esta compañía ser durante años la empresa más productiva e importante del país.

En 1917 sus geólogos siguiendo la pista de los menes o manaderos de petróleo (oil seepages) que abundan en la región y decidieron perforar el pozo Santa Bárbara N° 1, aproximadamente a un kilómetro al sur de la población de La Rosa. El pozo comenzó a producir 260 BD y se convirtió en el primer pozo comercial de la región. Aún así esta tasa fue decepcionante para la compañía que ya habían perforado varios pozos secos y necesitaban mejores resultados. Sin embargo, Santa Bárbara N°1 sería reconocido como el gran descubridor del gran campo de La Rosa.

En 1918 la VOC estaba explorando unos kilómetros al norte en los pantanos del “Hato Los Barrosos” y perforaron un pozo que lo bautizaron apropiadamente Los Barrosos-1. Este primer pozo resultó seco, por lo que se mudaron un poco más al este de la población de La Rosa y en 1921 comenzaron a perforar el pozo de siglas R-4, llamado Los Barrosos-2. La operación fue suspendida por problemas mecánicos a principios de 1922. Después de reparar el sistema de percusión del taladro se reanudó la perforación en Junio de 1922.

En la segunda semana de diciembre de 1922 se reportaron moderados flujos de gas y petróleo a 1440’ por lo que Mr. Degenais, Superintendente de perforación, ordenó colocar una válvula de seguridad que comenzaron a instalar en el cabezal del pozo.

Nunca se imaginaron que la naturaleza les tenía reservada una formidable sorpresa: ¡Oculto bajo   pantanos de escondía el más importante potencial petrolero de cualquier cuenca sedimentaria del planeta!

Lo que no sabían era que el pozo R-4, herido por la mecha que sin piedad hurgaba sus areniscas, no podía resistir más su lacerante dolor y sin avisar, a las 9 de la mañana del 14 de Diciembre de 1922 se estremeció con un violento y atronador ruido, vomitando un enorme chorro de petróleo que produjo uno de los más grandes reventones de petróleo producidos en el mundo. Fue tan fuerte el formidable surtidor que los obreros cayeron de la planchada bañados totalmente del fluido y solo atinaron huir lo más lejos posible.

La VOC se declaró en emergencia y movilizó hacia el campo La Rosa todas las cuadrillas de obreros y técnicos disponibles, Y grupos de obreros enviados por otras compañías que respondieron al desesperado llamado de ayuda.

El reventón ocurrió a la profundidad de 1550’ disparando a gran presión un chorro de petróleo pesado de 30 cm de diámetro que alcanzaba una altura estimada por algunos en 50 metros, incluso muchos afirmaron que se podía ver desde la Maracaibo en la orilla opuesta del lago (?).

Sin dilación se decidió construir un muro de tierra cerca de La Salina para   cerrarle el paso al río de petróleo que fluía hacia el lago y tratar de recoger el mayor volumen posible para su posterior provecho. Los obreros dirigidos por los ingenieros de la VOC se turnaron día y noche trabajando en medio de la lluvia oleaginosa que empapaba sus ropas y cuerpos. Simultáneamente se procedió a construir una estación de calderas para bombear el petróleo a un depósito terrestre e al lado de la iglesia de la Rosa Vieja.

Las estimaciones del volumen del petróleo derramado fueron efectuadas por el destacado Geólogo estadounidense Hans Karl Stauffer (1891-1989), quien estuvo directamente involucrado en los   descubrimientos de la Shell del campo La Paz y los campos costaneros del Distrito Bolívar en la cuenca de Maracaibo.

Stauffer calculó el volumen del petróleo expulsado determinando la tasa de flujo del pozo midiendo sistemáticamente la profundidad y velocidad del río de petróleo que corría hacia el lago de Maracaibo y así obtuvo una tasa de flujo de más de 100.000 BOPD.

Después de 9 días el flujo disminuyó por taponamiento del pozo con sus propias arenas y el 23 de diciembre de 1922, cesó la terrible erupción del oscuro y denso petróleo.

Sin embargo, los pobladores de La Rosa y Cabimas afirman que el reventón se apagó gracias a la intervención de su santo patrón San Benito…

EL “MILAGRO” DE SAN BENITO…

El 22 de Diciembre de 1922, después de nueve días el reventón no daba señales de amainar. La gente de Cabimas, devota de San Benito fueron a la capilla de La Rosa y pidieron al cura párroco les permitiera llevar al santo en procesión hasta el pozo. La razón principal era que en su fe confiaban que San Benito por ser del mismo color negro del petróleo del reventón seguramente los podía ayudar.

Entre rezos y tambores, “chapoteando” petróleo, una multitud de fieles acompañados por la comparsa “Los Vasallos de San Benito” con sus “chimbangleros” (orquesta de voces y tambores colgantes, expresión de la cultura negroide llegada desde África en tiempos de la esclavitud) condujeron lentamente en sus hombros a la esfinge del santo al reventón…

Los Barrosos-2, los recibió rugiendo y reventando con más fuerza para demostrar su valía. ¡Los visitantes entonces alzaron sus voces rezando el rosario más fervoroso que se le haya ofrecido a un santo! Muchos sintieron o creyeron ver a San Benito taponando con su cuerpo al chorro de petróleo…

¡Y de pronto a las 8:30 de la mañana del 23 de Diciembre de 1922, el reventón con un profundo suspiro falleció ante el asombro de todos! Durante uno minutos nadie habló, no hacía falta. El silencio fue la respetuosa elocuencia de los petroleros y de la gente…

Rebosante de alegría la religiosa comparsa retornó a Cabimas al compás de sus oraciones, tambores y lágrimas para contar “el milagro de San Benito”. Luego regresaron agradecidos al santo a su capilla de La Rosa…

Obviamente los ingenieros concluyeron que las arenas derrumbadas habían sellado el pozo, pero la gente del pueblo estaba segura que había sido “un milagro” del Santo Negro. En Cabimas aseguraron haber visto unos días después a dos ingenieros de la VOC con sus esposas orando discretamente en la capilla de La Rosa.

Desde entonces Cabimas incorporó a sus tradiciones este mágico suceso y cada 14 de diciembre en homenaje al reventón, salen en procesión los “chimbangleros” con San Benito desde La Rosa hasta el pozo Los Barrosos-2.

DESPUÉS DEL REVENTÓN

Después la VOC cerró el R-4 y pospusieron los trabajos de limpieza de la locación y de toda el área. El 28 de agosto de 1925 comenzaron las labores de limpieza despejando al pozo hasta 1515´. El 5 de diciembre entró de nuevo en producción fluyendo petróleo de gravedad específica de .959 (16°API) a una rata de 700 toneladas (5131 BD) por día hasta que se tapó nuevamente con arena el 2 de enero de 1926.

En Marzo de 1926 se profundizó el R-4 hasta 1550´y se asentó un casing de 8 ½ ¨ el cual fue cañoneado en el intervalo de 1292´- 1520´justo en la arena que produjo el reventón. En junio y julio apenas pudo fluir 25-38 BD y declinó en agosto a 12 BD debido a la alta densidad del petróleo y al continuo derrumbe de sus arenas.

Entonces sugirieron profundizar el pozo y cerrar el tramo superior. El 8 noviembre de 1927 la Superintendencia de Campo de la Venezuelan Oil Concessions con sede en Cabimas giró las instrucciones para abandonar temporalmente al pozo R-4. Su profundidad era de 1550´ y había acumulado hasta esa fecha una producción de 86,447 millones de toneladas (633.657.000 barriles de petróleo).

Venezuela, un pequeño país suramericano acaparó los titulares de las primeras páginas de los diarios del mundo. Las compañías transnacionales se apresuraron a aprovechar las oportunidades que les traería explotar estas reservas, y comienzan a posicionarse en el territorio venezolano. Traen la tecnología requerida y con su presencia incorporan en la sociedad venezolana nuevas actitudes, modo de trabajar y costumbres.

Después del reventón del Barrosos-2, la VOC continuó perforando con éxito muchos pozos en el área de La Rosa

que con el tiempo se transformó en el campo petrolero del mismo nombre. Allí los centenares de obreros contratados por la VOC construyeron sus casas en desorden alrededor de los pozos en producción sin imaginar que serían el preludio de Cabimas.

Inmediatamente se desató una febril campaña exploratoria que condujo al descubrimiento de los formidables yacimientos del mioceno, eoceno y cretácico de los célebres campos de La Rosa (1923), Lagunillas (1926), Tía Juana (1928) y Bachaquero (1930). En los siguientes años se perforaron miles de pozos en la costa oriental del Lago de Maracaibo que desde tierra avanzaron sin tregua dentro de las aguas del Lago de Maracaibo resultando un mismo campo gigante: el Campo Costanero Bolívar uno de los mayores a nivel mundial.

Esto creó un acelerado crecimiento de los caseríos y pueblos que luego se convirtieron en campos petroleros y populosas poblaciones y ciudades como Cabimas, Lagunillas, Bachaquero, Santa Rita, Ambrosio, Punta Benítez y Ciudad Ojeda.

A partir de Los Barrosos-2 Venezuela se convirtió en un importante país petrolero y rápidamente dejó de ser uno de los países exportadores de café, cacao y ganado más importantes del mundo.

Sin embargo, hay que reconocer que el reventón de Los Barrosos-2 ha sido una de las más devastadoras tragedias ambientales del mundo petrolero: el torrente de 900.000 barriles de petróleo inundó el Lago de Maracaibo desde Cabimas hasta Bachaquero. La afectación sobre el lago y principalmente toda la vida lacustre y continental dependiente de él, fueron incalculables.

Los Barrosos-2, el pionero y trazador de la ruta petrolera de Venezuela declinó su producción y finalmente fue abandonado, olvidado y tristemente se perdió entre los pantanos. El pozo se volvió barro, como su propio nombre…

EL final del Barrosos-2 ocurrió el 22 de octubre de 1970 cuando fue abandonado definitivamente debido al mal estado mecánico del pozo y a las nulas perspectivas económicas de sus arenas petrolíferas.

Hoy, después de 100 años de este gigantesco reventón vale la pena recordar y celebrar su meritoria historia…

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LOS BARROSOS-2 / UN POZO PERDIDO

Siempre me pregunté: ¿Dónde está los Barrosos-2? ¿Por qué no se le ha hecho un homenaje, un reconocimiento, un monumento, un recuerdo?

Consulté publicaciones, libros, colecciones completas de revistas petroleras editadas en Venezuela antes de la nacionalización del petróleo como “Tópicos Shell” (Royal Ducht Shell) y “El Farol” de la Creole Petroleum Corporation (Standard)  y las editadas luego por Maraven (ex Shell) y  Lagoven (ex-Creole), pero no conseguí referencias de su ubicación.

También busqué en Caracas en la Biblioteca Nacional y las Bibliotecas de Universidad Central de Venezuela y de la Universidad del Zulia, con iguales resultados.

En la década de 1974 yo trabajaba para la Mobil Oil Company de Venezuela que operaba en el oriente del país y en el estado Barinas, muy lejos del Zulia. Sin embargo, no perdía la oportunidad de preguntar a colegas del Departamento de Exploración de la Shell en Maracaibo sobre la ubicación de Los Barrosos-2. Fueron muchas llamadas telefónicas y una visita a sus oficinas para indagar personalmente las coordenadas y aunque en 1974 me dieron las coordenadas de par de locaciones, al ubicarlas resultaron ser otros pozos del campo La Rosa distintos a Los Barrosos-2.

 

En 1977, ya nacionalizada la industria petrolera, visité con el mismo propósito a Maraven. Allí me facilitaron las coordenadas de tres pozos, los cuales fui verificando a lo largo de dos años. Ninguno correspondía a las referencias históricas.

Parecía que a Los Barrosos-2 se lo hubiera tragado el propio reventón…

Así pasaron varios años preguntando a viejos zulianos si habían visto el reventón de 1922 y dónde estaba su locación. Hasta que EL 22 de Julio de 1980 le hice mi trillada pregunta a un señor mayor de nombre Celestino Arvelo que conocí en Lagunillas. Entrecerrando sus ojos, como si comenzara a pasar una película de antaño me respondió con un hablar pausado y acento “maracucho”:

“Yo era un carajito de catorce años y vivía en La Rosa cuando ocurrió el reventón de los Barrosos.  Trabajaba como ayudante marinero de un barco que llevaba cambures (bananos) a Curazao y vimos desde el lago el chorro de petróleo que brotaba de la tierra. Regresamos a La Rosa seis días después y todavía el chorro de petróleo se escapaba hacia el cielo y caía como una estera (alfombra) negra que flotaba sobre el lago”. El señor Arvelo me siguió contando muchas cosas más mientras tomábamos unas frías cervezas hasta que me dijo:

“Ese pozo está escondido en Cabimas en la parte de atrás de una casita rural que queda en la avenida intercomunal entre Cabimas y Tía Juana, la cual creo también es un taller mecánico de reparación de carros”.

Me dio otros detalles y cual “flecha veloz” fui a Cabimas donde encontré la casita rural que en efecto servía de taller mecánico y estaban reparando un Chevy Malibú. Al preguntarle al mecánico por el pozo llamó en voz alta: “¡Romelia, vení acá, que el señor te tiene una pregunta!”. Salió la señora Romelia Moreno, dueña de la casa, repetí la pregunta y me dijo “si mijo aquí está el pozo Barrosos, el R-4, pero me da mucha pena mostrarlo por qué está en el patio de atrás con la basura”.

Emocionado le dije: “Soy el geólogo Orlando Méndez de Lagoven y de la Universidad Central de Venezuela. Tengo muchos años buscándolo, ¡por favor quiero verlo!”, y me llevó a su patio trasero

Allí, entre una letrina y una lavadora inservible estaba esperándome oculto, olvidado y sucio, pero aún altivo, mi ya amado pozo. Era un despojo de lo que antes fue.  Su traje: un oxidado tubo con una placa de hierro soldada donde pude leer con dificultad: CSV / R-4 / ABANDONADO.

Con sentimientos encontrados de alegría por el hallazgo y profunda tristeza al verlo tan miserable y olvidado, no pude evitar abrazarlo y sollozar con él…

¡Los Barrosos-2, el pozo de uno de los reventones más grandiosos del mundo, el pozo que colocó firmemente a Venezuela en el panorama petrolero internacional y consolidó en nuestro país a su industria petrolera, no merecía estar allí como si no existiera, suspirando recuerdos de su reventón y convertido en un desecho de la historia!

En Venezuela se han reconocido con placas, monumentos o similares, la importancia de pozos meritorios como Eureka-1 (Táchira, 1878), que es el primer pozo petrolero perforado en Venezuela; Zumaque-1, primer pozo de producción comercial (Zulia, 1914), Oficina N°1, descubridor del petróleo del flanco sur de la Cuenca Oriental (Anzoátegui, 1937) y Silvestre-2, descubridor de la Cuenca de Barinas (Barinas, 1947).

EL RESCATE DE LOS BARROSOS-2

Sin embargo, a Orlando Méndez le extrañaba que a Los Barrosos-2 no le hubieran hecho un homenaje…

Entonces me prometí, y le prometí, a Los Barrosos-2 que haría los mejores esfuerzos para promover su reconocimiento y en los meses siguientes me dediqué a informar sobre el hallazgo y lograr el apoyo de la industria petrolera e instituciones para hacerle un monumento a la altura de su grandeza.

Así que emprendí a título personal una campaña para rescatar y conmemorar a los Barrosos-2. Desaté una tormenta de llamadas, correos, reuniones, peticiones a empresas, instituciones, autoridades estatales, alcaldía, universidades, colegas, que tuvo gran receptividad.

 

Maraven (la antigua subsidiaria de Shell) y filial de Petróleos de Venezuela, responsable y operadora del campo La Rosa, con respaldo del Ministerio de Minas e Hidrocarburos, la Gobernación del Estado Zulia, la Alcaldía y fuerzas vivas de Cabimas, tomó las riendas de un formidable proyecto y asumió los gastos para construir una Plaza conmemorativa a los Barrosos-2.

Gestionó y obtuvo los correspondientes permisos y autorizaciones. Entre destacados funcionarios que intervinieron en el proyecto puedo mencionar a los ingenieros de petróleo Alberto Finol y Nerio González y al geólogo Hans Krause.

Maraven compró la casa y bienhechurías de la señora Romelia Moreno con todo y taller, las casas de los vecinos y la manzana completa

Para construir la plaza- monumento, PDVSA Maraven compró todas las casas de la manzana completa, incluida la de la señora Romelia Moreno, las cuales fueron demolidas y despejado el terreno, donde se encontraron remanentes del petróleo arrojado drante el reventón.

Las obras comenzaron en Enero de 1982 y culminaron en noviembre de 1983. La plaza conmemorativa fue inaugurada en un solemne acto por el presidente de la República Luis Herrera Campins el 14 de diciembre de 1983, exactamente sesenta y un año después del reventón

En 2012 Petróleos de Venezuela por medio del Centro de Arte La Estancia rehabilitó, amplió y mejoró el monumento, ahora llamado Complejo Artístico-Urbano Los Barrosos-2, el cual se ha convertido en un importante centro de actividades culturales y deportivas de Cabimas.

¡¡Y allí dónde sollozando nos abrazamos el pozo y yo lamentando su triste abandono, hoy está la plaza y monumento con el más alto reconocimiento dedicado a un pozo petrolero, el ahora orgulloso Los Barrosos-2!!

Orlando Méndez/Síntesis Curricular

Geólogo, Universidad Central de Venezuela (1965) / MSC Geología del Petróleo, Universidad Central de Venezuela (1975).