(Capítulo VIII)
LA TRÁGICA HISTORIA DE UNA EMPRESA PETROLERA MAL GERENCIADA
Julián Andrés Salazar Velásquez
Condensado de mí libro Gerencia integrada de campos de hidrocarburos.
Disponible en digital y papel en Amazon en: http://bit.ly/GerenciaIntegradadeCamposdeHidrocarburos
Estimados lectores, como he venido compartiendo en artículos anteriores, he hecho hincapié en las cuatro columnas que sustentan la plataforma del éxito en la gerencia integrada de los campos petroleros y gasíferos, las cuales reitero: los recursos humanos, técnicos, financieros y el control de gestión. Con uno solo que falle es suficiente para que la empresa se venga abajo.
En tal sentido, es oportuno el momento para reafirmar lo indicado en otras oportunidades, donde se ha popularizado desde principios del XX una leyenda urbana en la cual se tiene la creencia de que:
“El primer negocio más rentable del mundo era una compañía petrolera bien administrada, y el segundo mejor negocio era una compañía petrolera mal administrada”
Eso es totalmente falso, dado que la historia reciente es muy prolífica en ejemplos de empresas petroleras privadas, públicas y estatales; grandes, medianas y pequeñas, que han perecido en el abismo de la quiebra y la causa principal es originada por su mal gerenciamiento y su forma inapropiada de administrar y ejecutar el trabajo.
Algunos analistas consideran que la causa principal de los problemas de cierre de empresas petroleras, especialmente las privadas, es originada por las fuertes caídas de los precios del petróleo, lo cual afecta sustancialmente sus ingresos e indicadores financieros.
Esto puede ser cierto parcialmente, pero esta amenaza es evitable mediante las mejores prácticas de la planificación estratégica, -tal como mencioné en el capítulo de la Tercera Columna del éxito, relacionado con los Recursos Financieros-, mediante la previsión que puede lograrse con la implantación de los “siete escalones de la escalera estratégica para la sobrevivencia en tiempos de precios bajos del petróleo”. Por consiguiente, aún en tiempos de derrumbes de precios, la empresa puede salir airosa cuando cuenta con un excelente equipo gerencial y directivo con cualidades donde resalten el pensamiento estratégico, la creatividad y el ingenio, la experticia técnica y administrativa en el negocio, equipo humano bien organizado, capacitado, bien remunerado, con estabilidad y profundos valores éticos, con excelente soporte tecnológico y financiero, monitoreados por medio del control de gestión empresarial.
Asimismo, las empresas estatales –muy comunes en Latinoamérica- son las más propensas a la ineficiencia y baja productividad, dado que, unido a los problemas gerenciales se incorporan otros factores como: inherencia política, nombramiento de personal directivo sin experiencia y pericia, descuido de las cuatro columnas fundamentales del éxito. Sin embargo, las empresas estatales, aun cuando estén mal gerenciadas, no quiebran como las privadas, ya que cuentan con el respaldo del estado para sobrevivir, incluso con indicadores evidentes de quiebre técnico y financiero.
El caso más trágico de lo anterior es la terrible historia de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), cuya debacle se inició en forma muy sincronizada con la destrucción planificada del país para la implantación de una dictadura comunista desde 1999 hasta su total colapso en los momentos de finalizar la redacción de este artículo en octubre de 2020. El recurso humano de esta petrolera, dentro del cual me incluyo, alertamos en 2002 sobre las amenazas que se vislumbraban para la empresa y para el país, nos opusimos a los planes del régimen y actuamos en consonancia con nuestros valores enraizados en nuestras conciencias. Al final, la bota militar aplastó a los defensores de la excelencia empresarial y del progreso del país.
Dedico este párrafo para describir muy brevemente sobre el caso de mi país Venezuela y de la empresa donde desarrollé mi carrera profesional desde 1978 hasta 2002. Este caso de estudio ha sido muy divulgado en todos los medios de comunicación, redes sociales, escuelas de negocios, mundo académico, político y gerencial a nivel global, por lo que los resultados catastróficos son ampliamente conocidos. Por tal razón, sintetizaré en forma muy concentrada sobre las malas prácticas que NO se deben realizar en una empresa petrolera, que servirán de ejemplo a la humanidad para que NO se repitan en la historia de ninguna compañía ni de ningún país.
Es conveniente subrayar que esta empresa estatal tiene dos etapas muy bien definidas en su historia: una inicial, conocida como la PDVSA AZUL, de veintidós años (1976-1998) distinguida por la excelencia; y una final, denominada la “pdvsa roja rojita”, de veinte años (1999-2020) manchada por la ineficiencia y los antivalores. Sus resultados son contrastantes: la primera exitosa y la segunda en bancarrota.
Como mencioné en los artículos anteriores publicados en este medio, el modelo de las cuatro columnas que soportan el éxito de la gerencia integrada de los campos de hidrocarburos está compuesto por los recursos humanos, técnicos y financieros, más el control de gestión. Mientras más fuerte y consolidado sea cada pilar, más seguros estarán garantizados los éxitos.
Concretamente, en esta empresa se hizo todo lo contrario a lo establecido sensatamente para cada columna.
En la columna de los Recursos Humanos, se trastocó todo el sistema y estructura organizativa, se eliminó la meritocracia, se basó la selección y empleo del personal tomando primordialmente el pensamiento ideológico y político a los afectos a la revolución comunista, se eliminó el desarrollo de carrera, se ocuparon los principales puestos de dirección por militares y gente sin preparación y sin el mínimo conocimiento, la nómina se triplicó de 40 mil a 140 mil; y lo más trágico, se premió la corrupción y los antivalores a todos los niveles.
En la columna de los Recursos Técnicos se violaron todos los acuerdos y convenios con empresas tecnológicamente reconocidas y se abrieron otros nuevos con empresas desconocidas y países del mundo subdesarrollado alineados a la dictadura, se aislaron de la implantación de tecnologías e innovaciones provenientes de países del primer mundo, se falsearon datos de producción y de reservas, se disminuyó paulatinamente el mantenimiento de infraestructura y muchos otros factores que sería largo enumerar.
En la columna de los Recursos Financieros se desvió el dinero hacia actividades fuera de la misión de la empresa petrolera para sustento del régimen, tales como las misiones populistas de importación y venta de productos de consumo diario por debajo del precio, continuación de la mala práctica de venta de gasolina a precios irrisorios, prácticamente regalada, morosidad de cuentas por pagar a contratistas, expropiaciones de empresas suplidoras de servicios, incremento del endeudamiento con países afines y regalo de más de 100 mil barriles diarios de petróleo gratuitos a Cuba. Todo esto aderezado con altos ingredientes de predominio de la corrupción en todas las actividades.
En la columna del Control de Gestión, ésta fue prácticamente eliminada y los indicadores operacionales, presupuestarios, financieros y económicos se descontinuaron, y lo peor, se falsearon las cifras de producción, reservas, ejecuciones presupuestarias y resultados.
…………………….
¡Oh Dios. Esto fue la tormenta perfecta. Las cuatro columnas colapsaron juntas y sincronizadas! ¡No se podía esperar nada bueno de este coctel mortífero!
Ruego que esto sirva de lección aprendida para tener en cuenta lo que NO se debe hacer al dirigir una empresa petrolera.