La nueva industria petrolera mundial*


 

Jorge Zajia

Jorge Zajia Editor in Chief

El precio del crudo ha repuntado en las últimas semanas, coqueteando con los 50$/Bbl, el nivel más alto del año, lo que ha despertado de nuevo el optimismo en la industria petrolera que, en esta oportunidad, está tomando las cosas con calma en previsión de la incertidumbre que aún se cierne sobre el repunte de las economías del mundo y a que “la culebra ha picado otras veces”, en una clara alusión a que hay que andar con mucho cuidado para evitar caer en los excesos del pasado reciente, ya que no se tiene la certeza que esta tendencia sea sostenible a mediano y largo plazo.

Sin embargo, el pronóstico de hoy es que ese nivel de precios se va a mantener durante el segundo semestre de este año y que incluso podría subir, aunque sea ligeramente. Es decir, los planificadores de la explotación de petróleo y gas, pueden revertir la tendencia a la baja de las inversiones en exploración y producción e incrementarlas para hacerle frente a la declinación de la producción.

Por otra parte se observa, lo que era una tendencia lógica, que el precio relativamente bajo del carburante por excelencia ha inducido al incremento de su consumo, en detrimento de otras fuentes de energía convencionales, las cuales al final de esta historia tenderán a desaparecer o a reducir su participación en el cuadro del consumo de energía mundial. Estamos refiriéndonos al carbón y la leña o carbón vegetal; y a las fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, entre otras, por sus costos y las limitaciones en su aplicación.

Hacia el futuro lejano, solamente los hidrocarburos -petróleo y gas natural-, y la energía nuclear tendrán un rol importante y determinante en el consumo de energía. Los devastadores efectos contaminantes de esta última, la energía nuclear, es un asunto que la tecnología va a resolver y solucionar como ha sido siempre. Las contaminantes emisiones de CO2 de los hidrocarburos es algo que también se va a resolverse con tecnologías nuevas y paliar sus efectos con la siembra masiva de árboles, que de paso es una necesidad inaplazable del planeta.

Volviendo al tema de la E&P de petróleo y gas, el repunte de los precios ha despertado de nuevo el interés en los Estados Unidos por reanudar la explotación de los hidrocarburos contenidos en los yacimientos no convencionales de lutitas, cuya riqueza ha convertido al gran país del norte en el mayor productor de petróleo y gas del mundo desde el 2012, desplazando al segundo y tercer lugar a Rusia y Arabia Saudita, respectivamente. Ya los explotadores del oro negro están haciendo los ajustes, para adaptar su explotación a un nivel de precio que oscile en los 50$/Bbl.

Toda esta reactivación de la industria petrolera que va a consolidar al valioso combustible como principal e insustituible, por ahora, fuente de energía de la humanidad, está ocurriendo dentro de un cambio estructural en la forma de hacer el negocio, para ceñirlo y enmarcarlo dentro de los tres principios fundamentales que debe reunir un energético: que sea Abundante, Barato y Confiable; y hacia ese horizonte se dirige la nueva industria petrolera mundial. Dicho en términos coloquiales: así como los viejos mineros explotadores del oro se bajaron del burrito, los nuevos mineros explotadores del petróleo se tienen que bajar del costoso jet ejecutivo.

Queda un asunto pendiente que constituye la variable fundamental de este asunto y es del recurso humano, que ha sido tratado vilmente y sin misericordia al producirse despidos masivos, que buscan principalmente mantener el nivel de ganancias de los inversionistas. ¿Estará dispuesto ese contingente humano altamente entrenado y calificado a volver a una industria que los ha tratado mal?

*Este Editorial fue publicado en la revista Petroleum en Julio 2016. Parece que todo está igual. Nada ha cambiado.