El Verdadero Siglo del Petróleo

 

[one-half-first]

Jorge Zajia

Jorge Zajia | Editor in Chief

El 11 de Junio de 1945, en la clausura del VII Congreso del Partido Comunista de China en Yan´an, provincia de Shaanxi, Mao Mao Tsetung (hoy Mao Zedong), durante la presentación del Informe Político evocó una antigua fábula china: El Viejo Tonto que removió las montañas, donde se narra que: “Hace mucho tiempo vivía en el Norte de China un anciano conocido como el Viejo Tonto de las montañas del Norte. Su casa miraba al Sur y frente a ellas, obstruyendo el paso, se alzaban dos grandes montañas: Taijang y Wangwu. El Viejo Tonto decidió llevar a sus hijos a remover con azadones las dos montañas. Otro anciano, conocido como el Viejo Sabio, los vio y, riéndose, les dijo: ¡Qué tontería! Es absolutamente imposible que vosotros, siendo tan pocos, logréis remover montañas tan grandes. El Viejo Tonto respondió: Después que yo muera, seguirán mis hijos; cuando ellos mueran, quedarán mis nietos, y luego sus hijos y los hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Aunque son muy altas, estás montañas no crecen y con cada pedazo que le sacamos se hacen más pequeñas. ¿Por qué no vamos a poder removerlas?. Después de refutar al Viejo Sabio, siguió cavando día tras día, sin cejar en su decisión. Dios, conmovido ante esto, envió a la tierra dos ángeles que se llevaron a cuesta ambas montañas”.

Parodiando al líder de la revolución cultural china, podemos decir que hoy sobre la industria petrolera mundial pesan también dos grandes montañas: las caídas de los precios y de las inversiones para la explotación del preciado carburante.

Para revertir esta situación que incide negativamente, no sólo en la industria petrolera, sino también que afecta a toda la economía global, debemos perseverar en nuestra actitud de trabajar sin cesar, para devolverle al petróleo el sitio de honor que ha ocupado dentro de

[/one-half-first]
[one-half]

las principales fuentes de energía con que cuenta la humanidad.

Los hidrocarburos tienen un futuro radiante y tenemos sobradas razones, pistas irrefutables, para sostener que el Siglo XXI es el verdadero siglo del petróleo. Todo apunta hacia ello: es la fuente de energía más abundante, segura y barata del planeta; realidad ésta que no ha sido suficientemente evaluada por los líderes que actualmente mueven los hilos del mercadeo y el comercio de esta insustituible fuente de energía; porque los petroleros tradicionales conservan aún mucho de la mentalidad de mineros, cuya diferencia con los gambusinos buscadores de oro es que en vez de andar con su burrito, su pico, pala y batea, andan en su jet ejecutivo con su laptop y su celular; pero con la misma mentalidad de explotadores irracionales, afanados en obtener la máxima ganancia, sin otras consideraciones y en el menor tiempo posible.

Afortunadamente, para el bien de la industria petrolera mundial y de la humanidad, está surgiendo una generación de empresarios y líderes, con una visión más humana y dialéctica del negocio, en sintonía con los nuevos tiempos y cuyas voces ya se hacen sentir. Son ellos quienes van a producir un cambio estructural y radical en la forma tradicional de llevar adelante este negocio, para que sea más eficiente y rentable

Dios también se conmoverá y nos enviará dos ángeles, que no son más que nuestra inteligencia y creatividad , impregnadas de optimismo y ética, para unidos aplicarlas en la dirección correcta y cavar juntos para remover esas montañas y transitar de nuevo por las sendas del progreso y la abundancia, a la que todo los seres humanos aspiramos y ansiamos por nuestra naturaleza divina.

(Nota del Editor: Editorial semejante, no idéntico, al publicado en Petroleum 316, Abril 2016)

[/one-half]