Desarrollo e industrialización del país
Por: Francisco Arias
Presidente del Capítulo Anzoátegui de la Cámara Petrolera de Venezuela


 

Francisco Arias

Venezuela está pasando por una de las crisis económicas más duras y complejas de su historia, producto de la pandemia y de un fatigado esquema económico que ha sumido al país en un prolongado letargo. De esto, lo importante será dar adecuada lectura a los indicadores macroeconómicos y realizar los ajustes necesarios que impone un nuevo orden mundial.

A pesar de contar con una indiscutible trayectoria petrolera y la garantía de poseer las reservas petroleras más grandes del planeta, Venezuela tiene un largo camino que recorrer para ser una Nación en donde las condiciones de vida de sus ciudadanos estén entre las más altas del mundo; debe en consecuencia, desarrollar e implementar un nuevo modelo, sustentando su crecimiento en la diversificación de las demás actividades económicas del país.

Por mucho tiempo Venezuela ha basado su economía en el petróleo, como recurso natural exportable y del cual tenemos en abundancia, olvidando atender y desarrollar otras áreas de mucha importancia para el país. Es aquí en donde quizás hemos fallado, convirtiéndonos lamentablemente en un estado extractivista, dependiente del petróleo y sus minerales, para poder funcionar. Para tener una idea, nuestras exportaciones rondan los $22.975 millones anuales (2019), y solo eso se refiere a petróleo y minerales.

Son muy pocos los avances que hemos tenido en el desarrollo industrial y tecnológico del país, convirtiéndonos en dependientes de servicios y productos manufacturados en el exterior, con una cifra que oscila en $18.630 millones anuales (2019). Importamos casi todo lo que consumimos como: productos agrícolas, ganado, maquinarias, materiales de construcción, productos farmacéuticos y médicos, productos derivados del petróleo, etc. Esto realmente nos deja en una condición de minusvalía, que eventualmente seguirá debilitando nuestra economía.

Cada vez se vuelve más inviable pensar que sea el petróleo el que genere casi la totalidad de los ingresos de la Nación. Son conocidos y ampliamente estudiados los negativos efectos que generan las economías monoproductoras, en el desarrollo industrial y tecnológico de un país.

Nuestra actual dependencia del sector petrolero, hace que el pasillo entre el modelo rentista que actualmente tenemos y la necesaria industrialización que necesitamos, sea más largo de transitar, dejando la interesante tarea de acortar esa distancia, a través de nuestras potencialidades.

Por ello, urge que comencemos a construir vías que nos permitan cambiar nuestro modelo de país monodependiente, a un modelo de país industrial y tecnológico, donde nuestro producto de exportación no sea solamente el petróleo y los minerales, sino que además, sean las materias primas transformadas y poder competir dentro de un mercado mundial, cada vez más demandante de productos terminados.

Son muchas las áreas que necesitamos fortalecer, para lograr el verdadero cambio hacia un nuevo modelo económico. Actualizando los contenidos programáticos de estudios y adaptándolos a las necesidades que contribuyan en el desarrollo del país; estimulando con financiamiento y atractivas políticas fiscales a la inversión en industrias de manejo y transformación de materias primas y lo más importante de todo, crear un entorno de confianza entre el Estado y el capital privado, en donde se respete el marco jurídico, como principal regla entre las partes.

Es, sin duda, una necesaria y audaz apuesta de cambio, donde la participación de todos es indispensable. Venezuela tiene lo más importante para convertirse en una economía emergente: recursos minerales y talento humano para lograrlo, solo falta la inversión y la intención para implementar un nuevo modelo económico. Industrializando al país y moviéndonos del sector primario, hacia el secundario y terciario, tendremos positivos resultados en nuestra economía.

Solo cuando el país comience a diversificar su economía y comience a invertir en la transformación de sus recursos naturales, es cuando verdaderamente empezaremos a tener un desarrollo sostenible y tendremos una real independencia.

“Utilicemos y transformemos los recursos que más tenemos, para crear las bases del desarrollo industrial y sostenible del país”

 

Copyright © All rights reserved.*