¿Cuáles son los principales procesos en la gerencia integrada de campos de hidrocarburos? | Capitulo ( I )

Por: Julián Andrés Salazar Velásquez

 

 

Estimados lectores.

Como lo menciono en mi libro “Gerencia integrada de campos de hidrocarburos”,  los principales procesos y actividades que están inmersos dentro de la cadena de valor de la industria petrolera, se inician con la exploración, continúa con la explotación y finaliza con el mercadeo.

Esta cadena de valor en realidad no es lineal, como tradicionalmente se conoce, con un inicio y un final en un tiempo determinado, sino que más bien, si se visualiza desde el punto de vista de los conceptos del mejoramiento, es una cadena compuesta por círculos virtuosos en cada etapa, que continuamente está mejorando hasta llegar al máximo de la extracción acumulada de las reservas estimadas, hasta entrar en el círculo vicioso terminal del agotamiento que conduce al abandono del campo, como se visualiza en la figura.

El flujograma de trabajo se inicia con la fase de exploración, la cual consta de los procesos de estudios regionales y plays exploratorios, estudios de: prospectos exploratorios, localización exploratoria y estudio integrado de delimitación y caracterización de nuevos yacimientos descubiertos.

Una vez determinada la viabilidad técnica y económica de los nuevos yacimientos incorporados, se inicia la fase de explotación, misma que está soportada en el Plan de Desarrollo que involucra la perforación de pozos de desarrollo y avanzada; la construcción de instalaciones y facilidades; el seguimiento y monitoreo de la producción; revisión y actualización de los modelos de yacimientos, y por ende los planes de explotación.

Paralelamente, está la fase de mercadeo con sus procesos de construcción de instalaciones de almacenamiento, transporte y entrega al cliente.

Como mencioné anteriormente y se visualiza en la gráfica, la cadena de valor en la gerencia integrada de campos de hidrocarburos es circular y continuamente se está retroalimentando en cada una de sus fases por actividades que generan nuevas oportunidades para incrementar el valor agregado.

Durante la fase de exploración, una vez que se descubre un nuevo campo o se incorporan nuevas estructuras de campos ya descubiertos, ese proceso no se detiene sino que más bien continúa enriqueciéndose mediante actividades como el reprocesamiento sísmico del área, que en conjunto con la incorporación de nuevas tecnologías de exploración, permite la reinterpretación y caracterización más precisa del modelo estático y dinámico de los yacimientos existentes, lo cual permite mediante la reexploración y perforación de pozos delimitadores y de avanzada, la incorporación de nuevas reservas y, por lo tanto, nuevas oportunidades de perforación, captura de información adicional, evaluación de estructuras aledañas a lo existente así como nuevas zonas prospectivas en zonas someras o más profundas a las ya caracterizadas. Esto activa el círculo virtuoso de la exploración con su valor adicional de nuevas reservas, nuevo pozos, más producción e incremento de ingresos y valor económico agregado.

Simultáneamente, en la fase de explotación se activa también el círculo virtuoso de la explotación mediante la revisión continua del modelo estático y dinámico de los yacimientos, con la subsiguiente actualización del factor de recobro y modificación del plan de explotación con la incorporación de nuevas localizaciones no vistas en los modelos anteriores, nuevas tecnologías de interpretación apoyadas con atributos sísmicos, mejoramiento de la curva de aprendizaje de perforación y reparación de pozos, optimización de las actividades de producción de pozos, todo lo cual converge hacia el incremento de la producción, disminución de los costos de inversión y operaciones e incremento de los ingresos por ventas, es decir, mayor incremento del valor económico agregado.

Al conjugarse la mejora continua por exploración y explotación, los resultados se pueden observar a lo largo de la historia de vida del campo, desde su descubrimiento y explotación, con incrementos sucesivos de producción como producto de los círculos virtuosos de ambas fases, hasta su abandono.

Al agotarse las oportunidades de generación de producción económicamente sostenible, comienza a activarse el círculo vicioso del agotamiento, algo similar a lo que ocurre en todos los organismos vivos con sus etapas de nacimiento, crecimiento, mantenimiento, agotamiento y muerte. De igual manera en las empresas, las instituciones y en sistemas mecánicos.

Del mismo modo, los yacimientos de hidrocarburos se descubren, se inicia su desarrollo y mantenimiento, se incorporan nuevas oportunidades para continuar la generación de producción; sin embargo, la disminución de reservas llega a su máximo, lo cual impacta negativamente en los niveles de producción y simultáneamente en los incrementos de costos y merma de la rentabilidad del negocio; cadena que conduce inevitablemente al abandono del campo.

Como tradicionalmente ocurre, -por experiencia propia- en el caso particular del plan de explotación original de un campo recién descubierto este se concibe y ejecuta con base en la primera aproximación del volumen de reservas estimadas de la delineación y caracterización inicial del modelo estático y dinámico de los yacimientos, tomando en consideración la información generada por la sísmica, por el pozo exploratorio descubridor y los delimitadores, más los pozos de desarrollo perforados durante esta etapa. Esto permite estimar el perfil de producción y su máximo nivel a alcanzar, la producción acumulada durante el tiempo de vida del campo y el valor económico agregado a obtener con esta concepción original.

Posteriormente, al lograrse el máximo nivel de producción o “plateau” e inicio de la declinación, se logra rejuvenecer el mismo con las actividades de reexploración, avanzada, nuevas tecnologías, recuperación secundaria y mejorada, cambios de métodos de producción y optimización de pozos, lo que permite extender la vida del mismo y el volumen de reservas estimadas y extraídas.

La práctica que se ha hecho muy común a la hora de evaluar, caracterizar y establecer el plan de explotación de un campo recién descubierto –la cual no quiere decir que es la apropiada–, consiste en que generalmente el valor económico tomado en cuenta es derivado sólo del “plan de explotación original”, lo cual muchas veces impacta negativamente en la toma de decisiones para invertir en su desarrollo, ya que éste se soporta en reservas muy preliminares sujetas a cambios, generalmente hacia el incremento. Si se parte de esta premisa, las economías dan bajas o marginales, con riesgo alto para la inversión; razón por la cual muchos campos se quedan inexplotados.

Por experiencia propia en las cuencas de Occidente y Oriente en Venezuela, así como en los últimos años en las cuencas de Sabinas y Burgos en el noreste de México, las lecciones aprendidas de las historias de campos análogos han sido significativas, ya que en algunos casos específicos, al comparar el plan original postdescubrimiento versus los resultados de una década de historial de producción acumulada de hidrocarburos, más las reservas remanentes, la diferencia adicional ha sido de hasta ocho veces las reservas de gas y quince veces las reservas de condensado; todo lo anterior, logrado mediante el circulo virtuoso de la gerencia integrada por medio de: reexploración y avanzada; estudios de yacimientos, perforación y reparación de pozos en equipos multidisciplinarios; implantación de tecnologías; optimización de métodos de producción; mejora continua de los procesos; inversiones, y muy especialmente por la capacitación y trabajo en equipo del recurso humano.

 

[perfectpullquote align=”full” bordertop=”false” cite=”” link=”” color=”” class=”” size=””]En síntesis, los yacimientos de petróleo y gas se pueden rejuvenecer e incrementar sus reservas que servirán de plataforma para el crecimiento adicional que alargará la vida productiva de estos, todo lo cual se puede lograr mediante la gerencia integral de esos activos y la aplicación sistemática de prácticas que activen los círculos virtuosos o desaceleren el círculo vicioso del agotamiento.[/perfectpullquote]

 

Julián Andrés Salazar Velásquez
Condensado del libro: Gerencia integrada de campos de hidrocarburos.
Disponible en digital y papel en www.amazon.com
O en http://bit.ly/GerenciaIntegradadeCamposdeHidrocarburos

 

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Julián Andrés Salazar Velásquez

Julián Andrés Salazar Velásquez es Ingeniero Geólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela en Caracas en 1978, con estudios de especialización técnica, gerencial y financiera en instituciones educativas como el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en Venezuela; Wharton Business School de Philadelphia, EUA; Asociación de Ingenieros de Petróleo de México e Instituto Tecnológico de Estudios Superiores (TEC de Monterrey); junto con más de un centenar de cursos técnicos y gerenciales, en geología de exploración y explotación de hidrocarburos, caracterización de yacimientos, operaciones, supervisión y gerencia.

A la fecha cuenta con 42 años de experiencia en actividades  de exploración, explotación y gerencia: 27 años en Venezuela y 15 años en México, en las especialidades de geología, estudios integrados, exploración y explotación de yacimientos, dirección de equipos multidisciplinarios y gerencia de activos de explotación en las cuencas de Occidente y Oriente de Venezuela y en las cuencas de Sabinas, Tampico-Misantla y Burgos  en México.