Motivado por la necesidad de rescatar la Industria Petrolera Nacional (IPN), en la coordinación de un grupo de profesionales vinculados directa e indirectamente a ésta, constituidos en el Centro de Estudios de Energia de Venezuela (CEEV) de Cedice Libertad, he elaborado este documento con el propósito de promover discusiones y acciones para lograr una industria petrolera en Venezuela potenciada organizacion al, tecnológica y financieramente, con inversiones públicas y privadas en beneficio de sus propietarios legítimos, los venezolanos, y que contribuya a generar una dinámica socioeconómica que nos permita transitar la vía hacia un país desarrollado.

Este documento tiene como objetivo inicial proponer acciones para ga- rantizar la Seguridad Energética, mediante medidas tendentes a lograr la Gobernabilidad y la Normalidad Operativa de PDVSA y del resto de las empresas que conforman la IPN. Es parte de la premisa el grave deterioro de nuestra principal industria y de la urgencia de mejorar su eficiencia y eficacia, mediante un modelo diferente al que existió hasta

1998 y al que existe actualmente. Por otra parte, el tiempo ha puesto de relieve que el desarrollo del país basado solamente en los ingresos de las divisas petroleras es absurdo e inflacionario; las fluctuaciones de los precios del crudo han ocasionado repetidas crisis en lo presupuestario, en lo fiscal, y en lo monetario. Cuando los precios caen se imponen ajustes violentos que los gobiernos no han sabido manejar, que deterio- ran el bienestar de la población, situaciones que se tratan de resolver aumentando la deuda interna y externa (comprometiendo al país con potencias como China y Rusia), disminuyendo las reservas del Banco Central, y terminando por vender activos de la estatal PDVSA.

Otro aspecto a tomar en cuenta, es que si bien los derivados del petróleo siguen siendo la principal fuente de energía, es de visualizar que en un plazo de 30 a 40 años perderá importancia relativa frente al gas natural y las fuentes alternas. De allí la necesidad de desarrollarlo con eficiencia e invertir adecuadamente sus ingresos asegurando el bienestar de las generaciones actuales y futuras. Cabe resaltar que es probable encontrarnos en el 2016 con un escenario económico complicado, si el Gobierno sigue utilizando los recursos del petróleo para efectos electorales populistas, dejando al país con menos reservas, con lo que aumentarán los problemas de caja en la estatal PDVSA y en el Fisco.

Dada la precaria situación de reservas del BCV y que el servicio de la deuda pública será más elevado para el año 2016 y el siguiente, es muy posible que el próximo gobierno vea disminuida su capacidad de maniobra macroeconómica. Estamos estimando que las exportaciones de crudo deberán alcanzar a no menos de 71.000 millones de dólares para garantizar dichos pagos, las importaciones más indispensables y los compromisos de PDVSA, cifra por demás inalcanzable con la situación de los precios en lo que resta de 2015, y para el 2016; y ni hablar de elevar sustancialmente la producción para compensar la situación de los precios.

Consideramos que cualquier acción orientada a abordar el futuro de la Industria Petrolera Nacional debe ser suficientemente discutida con el país político y nacional, en un marco de una gestión honesta, transparente y competitiva, de respeto a los trabajadores y en procura de hacer del negocio petrolero un generador del máximo bienestar para los ciudadanos y la nación. Recordándoles a los Grupos de interés que los hidrocarburos, en especial el petróleo no tiene nada de estratégico, ni es una industria básica, y mucho menos que es sinónimo de soberanía, independencia y para el desarrollo social. Paradigmas crea- dos por nuestra clase política, que se han arraigado en el imaginario nacional.

Con los recursos y reservas ciertas de petróleo y gas natural con que cuenta el país, es que se harán las propuestas para rescatar y relanzar la Industria Petrolera Nacional (IPN). Teniendo presente que una cosa es tener recursos y aun reservas y otra cosa estar en la capacidad real de producirlas y comercializarlas, que es la tragedia de la mayoría de los países OPEP, en especial Venezuela, cuyo gobierno no se cansa de decir que somos el país con mayores reservas de petróleo, sobre todo en la Faja del Orinoco, pero no logra aumentar la producción. Es importante recordar que la cifra de reservas probadas de petróleo de la Faja del Orinoco, derivó de un capricho presidencial en 2007. Por lo antes expuesto, la mayor parte de las reservas de petróleo que presenta PDVSA al país y al mundo, que corresponden a las de la Faja del Orinoco, no cumplen con las Normas del Despacho de Petróleo y Minería de Venezuela ni con las Regulaciones internacionales, por lo tanto no se pueden considerar reservas probadas.

Sí hoy el petróleo no se refina no sirve para nada. Los principales pronosticadores a nivel mundial, tanto instituciones (IEA, EIA, OPEP, WEC, entre otros), empresas financieras, como empresas petrolera (ExxonMobil, Shell, BP), y más recientemente la Academia de Ciencias de Rusia, estiman una participación del petróleo en la matriz energética mundial entre el 23% y 31,8% para el 2035-2040, siendo el estimado de la OPEP de 24,3% para el 2040. Esto es lo que hemos dado por llamar “La ventana de oportunidades para el petróleo venezolano”. El gas natural tiene más futuro que el petróleo, porque es el combustible fósil que menos contamina, y del que hay muchos más recursos. Venezuela tiene inmensos recursos de este hidrocarburo.

Con respecto a las reservas venezolanas, para cualquier efecto de cálculos de producción, las reservas de las áreas tradicionales (“crudos convencionales”) de 76.000 millones de barriles serian más que suficiente. En la cifra anterior entran las 4 anteriores Asociaciones de la Faja. Sin embargo, considerando que hay varios colegas que dudan de esas reservas desarrolladas y no desarrolladas para 1998, y siendo conservador, sugiero para los cálculos la figura de 43.000 millones de barriles, que para todos los efectos son más que las reservas probadas sumadas de México, Brasil, Colombia, Argentina, Ecuador y Perú . Ese volumen de reservas probadas podría resultar en una producción cercana a los 4.000.000 b/d durante los próximos 30 años.

La cadena de valor de la IPN comienza en las actividades de Exploración y Producción (EyP). En general las discusiones y propuestas en relación con la IPN giran habitualmente alrededor de las actividades “aguas arriba”, es decir, a las de EyP.

Después de las actividades de EyP le siguen las de Manufactura de los hidrocarburos producidos (Refinación, Mejoramiento de crudos de la Faja, y Procesamiento del gas natural),; las de Gas Natural, siguen las de Transporte y Almacenamiento; las de Comercio Interno y Externo; las propiamente de Mercado Interno, y continua con las de Investigación, Desarrollo y Adiestramiento, no menos importantes, para terminar final- mente en los Negocios en el exterior. Por Ley todas estas actividades, con excepción de las de EyP no están reservadas al Estado, es decir, que pueden ser realizadas por el sector privado “en conjunto o no con empresas del Estado”, así reza nuestra legislación en materias de hidrocarburos.

Lo anterior significa que con voluntad política se abre todo un abanico de oportunidades para el pleno desarrollo de la IPN con la participación del sector privado, tanto nacional como internacional.

En toda la cadena de valor de la IPN, las oportunidades de negocios son muchas. Por la sencilla razón que todas las actividades, con excepción de la de Exploración y Producción (EyP), no están reservadas al Estado. En Exploración y Producción en materia de petróleo hay seis (6) oportunidades principales, a corto y mediano plazo, aun con la legislación actual; y en Gas Natural hay tres (3) oportunidades principales. Así también hay oportunidades en Mercado Interno, y en Comercio y Suministro.

Cuando preguntamos que cambiar, en lo institucional es necesario acometer tres acciones prioritarias: 1) crear el Ente Regulador de los Hidrocarburos, 2) crear la Comisión Nacional de Energia (CNE), y 3) y dar todos los pasos necesarios para tener un Ministerio de Energía Moderno.

Se requerirá que desde el gobierno nacional se envíen al mundo señales de estabilidad y legalidad que generen confianza con respecto a invertir y trabajar en Venezuela.

Es necesario promover y desarrollar, respondiendo a las condiciones del mercado: La Faja Petrolífera del Orinoco, las reservas probadas no desarrolladas en áreas tradicionales, las áreas inactivas, las áreas nuevas para exploración y futuro desarrollo, el gas costa afuera, así como proyectos de Gas Natural Licuado para exportación. Promover la creación de empresas para industrializar las corrientes de refinación, asi como nuevas petroquímicas. Habrá que revisar, dentro de la ley, aquellos acuerdos internacionales que sean lesivos al país

Es necesario revisar la relación Estado-Sociedad con respecto a la renta que produce la actividad de los hidrocarburos, para que esta vaya di- rectamente a los ciudadanos.

Se deberán revisar los Acuerdos y Convenios bilaterales y acondicionarlos a los mejores intereses de la República; iniciar los procesos para modificar la legislación en materias de hidrocarburos para facilitar la ejecución de los puntos antes mencionados.

Sera preciso que PDVSA deje de ser una operadora y convertirla en una excelente administradora de los Contratos de Producción Compartida (“Production Sharings”), en nombre de los propietarios del recurso, todos los ciudadanos. Sobre lo anterior se tienen los extraordinarios ejemplos de las Asociaciones de la Faja, donde PDVSA tenía menos del 50% de participación y todo marchaba exitosamente. Mientras se cambia la Ley Orgánica de Hidrocarburos, con voluntad política, se puede usar la figura de las empresas mixtas para tal fin, con los particulares teniendo por lo menos el 49% de participación en los negocios. Para las actuales actividades que realiza PDVSA como de esfuerzo propio se pueden firmar Contratos de Servicio…

 


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