Chesapeake la víctima más reciente


 

Jorge Zajia

Jorge Zajia Editor in Chief

El primer semestre del 2020 cerró con el anuncio de quiebra de  Chesapeake Energy Corporation, compañía que el pasado domingo Junio 28  solicitó voluntariamente la protección del Capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Texas. Esta drástica decisión es la consecuencia de la crisis mundial, que acorraló las finanzas de una de las principales empresas de explotación de gas de yacimientos no convencionales y la obligó a solicitar la protección por bancarrota para poder hacerle frente a la restructuración de una deuda de 7 mil millones de dólares.

Chesapeake es sólo la más reciente compañía petrolera que quiebra de una larga lista en lo que va de año: Whiting Petroleum, Extraction Oil & Gas, Ultra Petroleum, destacan entre los pequeños y medianos productores , dedicados a la explotación de hidrocarburos en yacimientos no convencionales, que han recibido miles de millones de dólares a bajo interés, lo que le ha permitido a Estados Unidos convertirse en el principal productor de petróleo y gas del mundo, por encima de Arabia Saudita y Rusia.

La caída drástica de la demanda y los precios de la energía, por las razones que todos conocemos, le ha asestado un golpe mortal a la industria petrolera y se estima que la deuda de las compañías petroleras de Estados Unidos, roza los 100 mil millones de dólares; una suma formidable que necesita de acuerdos consensuados para buscarle una solución o al menos palear la situación.

Esta situación de los productores norteamericanos en yacimientos no convencionales o de lutitas se veía venir y el pronóstico era que iba a suceder con o sin la coyuntura del Covid 19. Fueron empresas que crecieron muy rápido, sustentadas en grandes inversiones, por lo que empezaron las quiebras aceleradas cuando el mercado se tambaleo y los precios del crudo cayeron dramáticamente desde los 100 dólares donde estuvieron por casi una década.

Realmente los grandes magnates -y los no tan grandes- del negocio petrolero mundial se miran a los ojos, sin entender muy bien lo qué está pasando, ante esta situación de una empresa mediana, que es modelo de eficiencia y pulcritud administrativa; pero una vez más se cumple lo que siempre dicen los viejos zorros de las finanzas y los negocios: “Hay que tener mucho cuidado y control, porque creciendo también se quiebra”.