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PUTIN EL TERRIBLE

Por: Rafael Gallegos


 

Es inconcebible que después de tantos miles de años de civilización, de viajes espaciales, de comunicaciones inimaginables hace dos décadas, de un primer mundo que casi ha doblado la expectativa de vida en los últimos cincuenta años, de tantas revoluciones del conocimiento y avances de los derechos humanos; la civilización esté en un vilo, porque el burócrata Putin juega a la guerra (mundial) como con los pétalos de una margarita: me quiere no me quiere.

Así va arrancando los pétalos. “Lanzo el misil atómico, no lo lanzo, lanzo el misil atómico, no lo lanzo” …

Hoy, la bomba nuclear es infinitamente más poderosa que las de Japón en agosto de 1945. Un misil que llegaría desde Rusia a por ejemplo a Miami, o Nueva York en media hora, arrasando con la ciudad y los alrededores. Y con una carga de radiación que en pocas horas afectaría a Estados Unidos y a América Latina. Nos mataría, a usted y a mí, o nos convertiría en mutantes.

Y cuando la bomba sea respondida … el caos. Tendría razón Fukuyama: el fin de la historia.

Habría que esperar millones de años para que los descendientes de las cucarachas, aprendan a leer y con sus investigaciones, certifiquen este desastre.

Parece un relato de ciencia ficción; pero es mucho más probable de lo que podamos creer.  Ya nueve países:  Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte, poseen casi veinte mil bombas nucleares, y por allí viene Irán pidiendo paso.

La lista se irá engrosando con los años, y seguramente llegará el momento (y no exagero) en que las impresoras tridimensionales fabriquen artefactos nucleares.

En 1962 estuvimos cerca de una catástrofe atómica. Tal vez más cerca que en este 2022.  A última hora, Krucheff y Kennedy (se dice que hubo una gran influencia de Juan XXIII) evitaron la conflagración. El mundo respiró; pero las pulsaciones se mantenían aceleradas. Era la llamada guerra fría.

 En esta esquina la URSS, y en esta otra EEUU…

JAMES KISSINGER BOND

En julio 1971, el asesor de la Casa Blanca, Henry Kissinger en una gestión denominada Operación Marco Polo, digna de una película de James Bond, se encontró secretamente en China con el primer ministro Chou en Lai.

Kissinger armó su viaje. Para la prensa mundial, era una simple visita a Pakistán. Allí participó en una reunión (distractora). En el transcurso de ésta se declaró indispuesto. Se excusó, y se ausentó. Dijo que se retiraba a sus habitaciones. Camuflado, inició su periplo, a escondidas hacia China, por tierra y por avión.

Allí, se encontró con el primer ministro chino.

Kissinger conversó con Chou en Lai acerca de la logística para el histórico – improbable para los paradigmas del momento – viaje de Richard Nixon a China para encontrarse con Mao Tse Tung. Un gigantesco paso en el proceso de distención nuclear, complementado por encuentros Nixon – Brézhnev.

A partir de los acuerdos que generaron esos líderes del mundo, los pobladores de la tierra respiramos más tranquilos. Le habían “bajado dos” a las probabilidades de conflagración nuclear. Hasta el sol de hoy, cuando ocurre la grotesca invasión rusa a Ucrania, que hace renacer los temores.

Mejor dicho, la invasión de Putin. Porque los rusos han expresado su desacuerdo. Más de seis mil presos por protestar en decenas de ciudades, y seiscientos científicos rusos de alto nivel, incluso premios Nobel, expresándose en contra de la invasión. Hasta niños presos, por ese motivo. Y una emisora oficial donde sus valientes trabajadores renuncian frente a las cámaras al grito de “no a la invasión a Ucrania.

A pesar de dimes y diretes, de guerras convencionales como Viet Nam y Afganistán, y de misiles amenazadores como los de Corea del Norte; la Tierra estaba completando 60 años (1962- 2022) sin serias amenazas nucleares. Hasta … que Putin invadió Ucrania.

¿QUIÉN ES PUTIN?

Vladimir Putin, el presidente – ¿vitalicio? – de Rusia, es famoso por la violencia con sus opositores, por la gigantesca corrupción de su régimen, por la expropiación y confiscación de medios de producción y de comunicación, así como por las tramoyas para mantenerse en el poder por la vía “democrática” , con persecución y represión de la disidencia, ventajismo y fraude, sin el apoyo de la ciudadanía (cualquier parecido con otros gobernantes más cercanos no es coincidencia, sino la aplicación de la plana de los autócratas del siglo XXI).

Si el presidente ruso oprime el botón nuclear, se convertirá en el ser humano más influyente -influencia negativa por supuesto – de la humanidad… una historia que seguramente nadie podrá escribir.

ESPACIO VITAL

Putin, con la alegría y la solidaridad del gobierno venezolano, invadió Ucrania, un país pequeño, causando miles de muertos y heridos, muchos civiles, así como daños a la infraestructura. Su excusa, el espacio vital.

La misma excusa de los soviéticos cuando invadieron Hungría en 1956, y Checoslovaquia en 1968, causando miles de muertos y heridos.

El mismo espacio vital de un antecesor ideológico de Putin, Hitler, cuando con la excusa de que había muchos alemanes (te pareces tanto a mí …), tomó a sangre y fuego, Austria y después, los Sudetes de Checoslovaquia. Luego invadiría Polonia, iniciando la segunda guerra mundial

Guerras mundiales, un costoso lujo que podía darse el mundo, ya que al final uno ganaría y supeditaría al otro. Distinto a la terrible realidad del siglo XXI, porque en una guerra nuclear no hay ganadores. Está claro que el primero que oprima el botón nuclear, es un suicida.

Hoy, el espacio vital de Putin son sus países limítrofes: con Europa: Finlandia, Suecia, Letonia, Estonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania…

LA HISTORIA ESTÁ LLENA DE PÚTINES

El mundo parece condenado a ser dirigido por personalidades con serias carencias emocionales. Sicópatas, alcohólicos, bipolares, enfermos terminales, locos, líderes que vengan sus frustraciones en sus pueblos.

Desde antes de Nerón y Calígula pasando por todos los siglos, hasta, por ejemplo, el lejano antecesor de Putin, Iván el Terrible, que da origen al título de este artículo. O por el Duvalier que desenterraba los cadáveres de sus enemigos para sus brujerías, o el Chapita que además de asesinar a sus rivales, asediaba a las esposas e hijas de sus ministros. O como el Stalin de las purgas en Siberia, el Robespierre del terror francés, el Hitler (¿será Putin la venganza de Hitler?) y etc., etc., etc. La lista es gigantesca. Le hacen honor al título del libro: “Aquellos enfermos que nos gobernaron”.

Y Putin … no es segundo de nadie.

¿APOCALIPSIS XXI?

En las elecciones norteamericanas de 1964, Barry Goldwater fue el candidato republicano. Su bandera era solucionar el conflicto con los con los soviéticos, utilizando la bomba atómica.

Los asesores del presidente  Johnson, candidato demócrata, hicieron contra Goldwater una propaganda ingeniosa que hoy es muy actual, y terrible, para todos los niños del planeta: Un niño oliendo una flor que sostenía con la mano, y al fondo el hongo atómico, en un afiche que decía Vota por Goldwater.

Hoy se podría hacer algo similar con Putin. ¿Qué mundo heredaremos a nuestros hijos y nietos?

Los cuatro jinetes del apocalipsis del siglo XXI son: bombas nucleares, pobreza, armas químicas y destrucción ambiental.

Qué vergüenza si nos correspondiere ser la generación que pusiera el punto final a la civilización.

¿SALDREMOS DE ESTA?

Creemos – ¿optimismo de sobrevivencia? –  que esta vez no estallará la bomba nuclear. Pero mientras n la humanidad no proceda al desarme nuclear, el riesgo crecerá día a día. Los habitantes de la tierra tendremos la sombra de un hongo en la espalda.

Los seres humanos o cambiamos y nos hacemos más solidarios y caritativos, y aunque suene cursi, más amorosos…  o el mundo que conocemos desaparece. Cristo tenía razón: amaos los unos a los otros. Ya es una necesidad de vida o muerte.

¡Ah!, y tenemos que ser individuos más políticos, mucho más políticos, con P mayúscula. porque es urgente cambiar la gobernabilidad del planeta. Ur-gen-te.

Oigamos a Einstein cuando expresó que no sabía con qué armas sería la tercera guerra mundial; pero que estaba seguro que la cuarta sería con palos y piedras.

Y humildemente nosotros agregamos: entre mutantes.

PD: Toda mi admiración a Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania. ¡Qué valentía, qué guáramo y qué sindéresis!

Dicen que, en los momentos de grandes crisis, las sociedades paren a sus líderes.

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Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!

Esta columna se publica en Informe 21, y en la revista Petroleum.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.

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